Roier, El dueño de la mejor y más confiable guardería de la ciudad.
Que problemas podrían ocurrir alrededor de niños y un edificio ocupado de guardería? Déjame decirte, Muchos.
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La niña dormía entre el abrazo de Roier, sobre sus piernas y ocultando su rostro en el pecho de el mayor, Quien susurraba una canción de cuna.
Su padre miraba de reojo mientras se mantenía atento a la calle, donde manejaba camino a la casa su hijo.
-Ro, ¿Sabes dónde está Quackity?-
-No, Y tampoco iba a ir a buscarlo con la niña de noche, Será mejor que se quede conmigo, ya mañana seguro va por ella-
El mayor asintió, Agradecía que su hijo hubiera pensado en la menor mientras aparcaba el coche, frente la solitaria mansión donde hace tanto vivían sus dos hijos mayores junto su nieto, una presión en su pecho se hizo presente al recordar los gritos de emoción de Bobby cada que iba a visitar, siempre con un peluche en manos para regalar a su único nieto.
-Vendre a recogerte en un rato, ¿a qué hora sales?-
-Mejor no papá, salgo en unas 3 horas, mejor déjame ir solo y ya me recoges, ¿sale?-
Vegetta negó, Nisiquiera el, quien tenía que acerse cargo de tantas cosas tenía que despertar tan temprano, suspiro mientras miraba a su hijo quien esperaba respuesta.
-¿Por qué tan temprano?-
-Necesito llegar a preparar todo apa-
-Ro, Contrata a alguien para que ayude-
Roier río mientras negaba, Eso lo molesto un poco.
-Apa, No necesito ni quiero ayuda, ¿Si?, Ahora, Gracias por tráeme, regresa con papá-
Abrió la puerta y salió de el vehículo con la niña en brazos, quien se quejo un poco por el movimiento pero siguió durmiendo plácidamente.
Roier entro a el terreno y hasta que cerró la puerta de la muralla que rodeaba la casa Vegetta avanzo, El hombro conducía mientras sorprendentemente de alguien como el, maldecía.
Cómo vicepresidente de la región tenía mucho trabajo, pero nunca tuvo aquellos horarios como los que ahora sabía su hijo tenía, nisiquiera su esposo tenía aquellos problemas de sueño.
Sabía que Roier solo dormiría 3 horas o incluso 2 ese día, ¿Cuánto dormía los demás días, cuando el no se enteraba de nada?.
Estava tan medito en su mente que no noto cuando ya estaba frente a su casa, Dio un golpe a el volante regañandose por distraerse manejando, más con la mancha que los accidentes en auto habían dejado en su familia.
Salió de el coche y con pereza se dirigió a el interior de su casa, buscando que su esposo le reconfortara con un simple abrazo, como siempre lo hacía.
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