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Cómo siempre, Spreen llegaba primero con un Ramón dormitando

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Cómo siempre, Spreen llegaba primero con un Ramón dormitando.

-Spreen, Esto no es parte de mi trabajo, Pero si quieres puedo ir yo por Ramón un poco más tarde a tu casa, Necesita dormir más-

Roier hablaba, Había cargado a Ramón y este dormia ahora en sus brazos, pero antes de que Spreen se hubiera marchado le gritó para hablar.

-Mira, Vos no tenés que meterte dónde no te llaman, Cuida al niño que ese es tu trabajo-

-Spreen, por favor, Ramón ha estado casi desmayando se estos días por el sueño-

Roier sintió un escalofrío pasar por todo su cuerpo cuando spreen soltó un gruñido, pudo ver por un momento sus colmillos y eso le asustaba aunque quiesiera ocultarlo, aún sabiendo que el era bastante más fuerte que el híbrido de Oso.

-Mira capo, No te reviento la cara únicamente por lo que pasó, no quiero que tengas más problemas, pero vos no te vuelvas un problema para mí-

Spreen posiblemente se retracto de recordar algo así a Roier en cuánto vio sus ojos cristalizarse, el osos retiro sus lentes oscuros, que aún siendo de noche llevaba, Dejo ver sus ojos morados a su contrarió, pero este no pareció tener la misma reacción que siempre tuvo cuándo spreen le permitía ver sus ojos, No noto felicidad o tranquilidad.

-Ve con cuidado, Yo me encargo de Ramón-

Roier cerró la puerta de cristal y se alejó de esta, fue directo a el segundo piso de la guardería donde se encontraban varios cuartos, todos con dibujos en las puertas de colores, entro a la de puerta celeste que tenia algunas flores dibujadas, dentro se encontraba una cama.

El hibrido colocó a el niño en la cama y le cubrió con las cobijas, Dejando un beso en la frente del infante antes de irse de la habitación.

El hibrido colocó a el niño en la cama y le cubrió con las cobijas, Dejando un beso en la frente del infante antes de irse de la habitación

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Roier se estaba muriendo de sueño, pero no pensaba en dormirse en ese momento, menos con un niño ya en la guardería y muchos por llegar.

Justo cuando iba a entrar a la cocina a prepararse un café, escuchó el timbre sonar, suspiro pesadamente, su expresión cambió momentáneamente a una de enojo, pero rápido volvió a tener aquella sonrisa característica y fue rápido a atender.

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