Una semana había pasado desde que el barco zarpó del puerto, los nuevos novatos no han visto a sus padres en una semana entera, aparte de que esa semana, fue la más pesada de todas. ¿Qué su amiga blanquirroja quería matarlos? ¿Estaba loca de remate? Ni siquiera el chino o el finlandés podían con el entrenamiento que ella exigía, y ya habían entrenado con almirantes antes.
Solo había pasado una semana y ya se estaban hartando de todo eso, y la peruana se encontraba sentada como si nada en el mundo fuese a pasar, como si ellos no estuvieran sufriendo por aquel entrenamiento. Eso les estaba hartando, y mucho.
— Mierda — soltó el chino junto a un fuerte suspiro a la vez que se sentaba realmente exhausto en el suelo, ya no podía seguir, apenas había dormido en esa semana — Hasta parece que su objetivo es que nos fuéramos... —
— ¿Tú crees? Yo ya me rendí en todo esto... Es el colmo que se encuentre tan tranquila con su hija, como si esto no fuese una tortura — exclamó la mexicana, dando jadeos de agotamiento, sentándose en el suelo junto a los dos hermanos norteamericanos, que al igual que ella, apenas podían contener el aliento — Estoy para morirme... —
— Muero de hambre... Apenas hemos desayunado un poco ¿Cómo nos puede mantener así? — bufó con enojo el americano de estrellas en su cabello, apenas podía contener el aliento por tanto ejercicio que les mandaba su, ahora nueva almirante.
— Ni siquiera Ucrania le dice algo... Qué horror... — suspiró con algo de decepción el canadiense, al ver a un lado, notó como su amigo ruso solo veía a la dirección de la blanquirroja, no se veía agotado pese a que hacía un poco más de entrenamiento que ellos — ¿Y tú por qué te vez normal? No es justo Rusia —
Al escuchar a su amigo canadiense, miró a sus amigos realmente confundido, tenía razón en algo, no estaba tan cansado como ellos, por lo que volvió a ver a la pelirroja junto a su pequeña hija — Creo que... Es por la fruta del diablo que comí... Per mencionó que las frutas del diablo aumentan la fuerza y resistencia del usuario, también dependiendo del tipo de fruta —apartó la vista de, ahora madre de su hija para sentarse junto a los demás, parecía que la pelirroja no se había percatado que tomaron un pequeño descanso — Esto es extraño... No sudo, no siento que haga frío, más bien siento demasiado calor, pero, aun así, ni una sola gota de sudor... Este nuevo cuerpo es... demasiado extraño... —
— Te acostumbrarás a él —
La voz del ucraniano los sorprendió a todos, estaba tan cerca de ellos y ninguno se dio cuenta de su presencia ¿Desde cuándo los estaba escuchando? ¿Por qué hasta ahora se digna a decir una palabra? Ahora si querían morirse, no sabían cuál era más estricto, la peruana o el ucraniano.
— ¿Desde cuándo-...? — se levantó rápidamente el chino del suelo con temor que los regañaran, era algo normal para él al estar bajo la tutela del Almirante de las Flota.
El ucraniano por su parte, solo levantó su mano permitiendo ese pequeño respiro que los novatos se estaban tomando — Desde el principio y como lloraban como niñas, aunque mi Hiyori no se queja tanto como ustedes —
Ante esto, la mexicana solo soltó una ligera risa burlona — Ella no está entrenando como nosotros lo estamos haciendo —
— Su entrenamiento comenzará cuando cumpla 4 años, como Tama, ella recién está entrenando, no con el consentimiento de Perú por que la Almirante no quiere eso, pero aun así está entrenando magia, y mi Hiyori también tendrá magia — remarcó el ucraniano señalando a un lado, viendo desde lejos como su pequeña hija solo dibujaba en el suelo algunas figuras con una tiza — Lo que ella dibuja son los primeros indicios que ella tendrá magia —
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Club del Enredo
Roman d'amour¿Alguna vez han sentido que su vida parece una telenovela? ¿que cada pequeño movimiento puede cambiar el mundo? Bueno... Ellos nunca sintieron eso, aunque siempre vieron, que ciertas personas si tenían eso. "Novelas vivientes", eso es lo que siempre...