Durante su última expedición, Levi fue forzado a dejar a Elsie atrás, una cadete que se sacrificó a sí misma para salvarlo a él y su equipo. Ha sido devorado por la culpabilidad desde entonces.
Cuando la encuentra de nuevo, aun con vida contra todo...
El mundo cambia una vez más cuando Trost cae bajo el ataque de los titanes y, de forma inesperada, un titán parece estar del lado de los humanos.
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Un año después del primer intento de cultivar la tierra que rodea la Muralla Rose, la escasez de alimentos seguía teniendo un impacto en la población, pero la contribución de los campos recién cultivados proporcionaron al menos un alivio parcial. Era exactamente lo que pretendían: todos sabían que lo mejor que podían esperar era un alivio leve en la escasez de suministros, pero aun así tuvo un impacto visible sobre la población desgastada.
Sin embargo, la principal misión de la Legión de Reconocimiento de recuperar la Muralla María aun no había producido resultados significativos. Sin importar cuántos titanes derrotaban, el problema principal seguía siendo la brecha en la muralla. Mientras se mantuviera abierta, más titanes entrarían y el área no podría ser declarada como segura.
Estaba tan desbordada con titanes que, incluso con la ventaja de ser capaces de quedarse fuera de las murallas durante la noche, solo consiguieron llevar unos pocos ingenieros para estudiar la brecha. Aparentemente aun no tenían los recursos para sellar una brecha tan grande, y sobre todo, no tenía idea de qué tipo de material aguantaría contra los titanes. La naturaleza de las Murallas por si solas era un misterio ya que no había registros sobre cómo fueron construidas. E incluso si supieran eso, aun tendrían que buscar nuevas soluciones ahora que había titanes que podían atravesar las Murallas. ¿Qué tipo de material podría ser efectivo contra esas criaturas.
Parecía un problema sin soluciones. La moral de la Legión de Reconocimiento era bastante inestable cuando regresaron de esa misión. Si, finalmente llegaron a Shiganshina y sabían que esa solo era una exploración preliminar de las murallas que serían seguidas por más estudios. Pero los soldados estaban tan desesperados por una solución final para entonces que la evaluación desalentadora los dejó bastante desanimados.
Pasaron la noche en Shiganshina, conscientes de que la protección de la noche solo era relativa. Esos titanes anormales siempre habían cambiado la forma en que la Legión lidiaba con sus expediciones. Ahora esperaban que aparecieran enormes anomalías en cualquier momento.
Levi y Elsie estaban haciendo guardia sobre la Muralla María exterior. Se suponía que debían estar pendientes de posibles amenazas provenientes del otro lado de la Muralla, otros soldados estaban vigilando los territorios del interior, pero Elsie no podía dejar de mirar a la ciudad.
—Debe ser difícil verla así —dijo Levi.
Elsie suspiró.
—Es mi hogar. Cada vez que pensaba en ella, solía sentirme segura, cálida, en paz. Ahora tengo pesadillas sobre este lugar.
Levi lo sabía. Aunque encontraban consuelo en la presencia del otro, las pesadillas todavía los perseguían. Siempre que uno de ellos se despertaba a mitad de la noche con la respiración agitada y terror en sus ojos, el otro lo sostendría en sus brazos y susurraría palabras tranquilizadoras. Las pesadillas de Levi usualmente se trataban de quienes no pudo salvar, o incluso imágenes aterradoras de Elsie muriendo en frente de él. Las de Elsie con frecuencia eran sobre Shiganshina.