9. Capítulo 8.

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Hi~ Seguimos acá milagrosamente a 1/3 más o menos de la dinamica, estas cosas siempre se pasan volando y la verdad es que ha sido un poco así incluso si antes había preparado otra trama, como les comenté, seguimos en momentos dulces y bonitos pero ya entrando a los conflictos entonces ojito con lo que dicen.

Espero que les guste.

Espero que les guste

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Le gusta Eiji.

Sí.

Ash lleva un tiempo metabolizando la idea, la ha dejado reposar en su lengua hasta derretirse y luego poderla tragar, la ha sentido digerirla burbuja por burbuja que se hace mariposa y eso le ha permitido al mismo tiempo, concluir que sí. Le gusta la compañía de Eiji. Que le haga desayuno incluso si apesta como una bomba de calcetines sucios. Sus nombres de estornudo. Su terquedad. Cómo sostiene con suma concentración la cámara y sus ojos brillan, pero brillan de verdad, haciendo que el flash no sea tan intimidante. Qué tenga hábitos de señora. Lo arrastre de la cama. Sus ropas feas. Su voz. Su parte más benevolente y también su parte más cruel. Le gusta Eiji en general.

Le gusta como un amigo, se dice a sí mismo.

Porque definitivamente los quiere así.

Siendo realista Ash no se encargará de un bebé ni quiere formar una familia, así que, incluso si llegara a gustarle como algo más sería en vano, no lo ilusionará con algo que no puede darle y Eiji desea con todo su corazón.

Así que prefiere dejarlo como un crush pasajero, hace tiempo no era cercano a otro ser humano, era esperable que acabara desarrollando esta clase de sentimientos confusos por eso, pero ya va a pasar.

—¿Está quedando bien? —Y aun así...

—De maravilla. —Acá está, lo tiene sentado en el lavamanos del bar con los ojos cerrados, los muslos envolviendo su cadera y una actitud vulnerable ya que intenta delinearlo—. Pensé que los japoneses tenían los ojos más rasgados, pero los tuyos son diferentes.

—Eso es racista. —No abre los ojos, más arruga el ceño—. Y mis ojos son grandes, eso me acompleja.

—¿Por qué? —Me encantan tus ojos, quiere decirle—. ¿Eso es malo allá?

—No exactamente.

—¿Entonces?

—Tengo miopía y debería usar anteojos, pero me veré peor, así que los evito.

—Yo creo que te verías lindo. —Entonces Eiji eleva esos racimos que tiene por pestañas para enlazar sus miradas aunque no se dirán nada—. Creo que te verías bonito con anteojos.

—Dices eso porque tú te ves guapo con lentes. —El nipón ríe, está apenado y probablemente sea al haberse vuelto consciente de lo vergonzosa que es esa posición, con las piernas separadas alrededor de Ash y las caderas prácticamente juntas—. Te da un aire intelectual que te sienta de maravilla.

Dandelions [Agosto de MPreg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora