Obito quería acariciar a un gato, a su gata para ser más específicos.
¿Ustedes saben acerca de las mascotas terapéuticas? Bueno, él consideraba que su gatita Kamui era la suya. Decía que pasar tu mano sobre el pelaje de un gato era una de las mejores sensaciones de la vida, que era reconfortante, tranquilizador y sanador. Y pelearía con cualquiera que dijera la contrario, bueno, no literalmente pero sí lo destruiría con sus buenos argumentos.
Pero por desgracia, no podría verla de nuevo hasta las vacaciones invernales, ya que ella se encontraba en la casa familiar, y porque no admitían animales en las residencias universitarias.
Así que, tendría que conformarse con el libro que le había dado Nagato. No quería centrarse en el reporte ni en las cuestiones personales, provocando que ese día limpiara la residencia y se pusiera a leer cómodamente en el sofá. Zetsu había salido con Sasori -por ser sábado otra vez- por lo que podría darse cierto espacio para sí mismo.
Por fin tenía algo de tiempo, la temporada de exámenes sería dentro de un mes y medio pero justo en ese instante tampoco quería pensar en eso, es decir, se sabía todos los temas perfectamente, sólo tendría que darles un breve repaso y listo.
Qué facilidad tener buena memoria.
La conversación con la maestra Tsunade también había dado sus frutos, pero tampoco quería recordar eso. Ese día era para tener la mente en blanco, ya luego podría encargarse de todos sus problemas. Ese momento era en automático.
<<Creía que no podría superar sus obstáculos, su confianza en sí mismo era prácticamente nula. Se asfixiaba en su propia miseria, no podía pensar con claridad, la oscuridad le carcomía, aunque se hiciera de la vista gorda y tratara de ignorarlo, ese dolor seguía presente, muy persistente. Pero una luz en ese momento apareció...>>
Tocaron a la puerta, interrumpiendo su lectura.
"¡Ay, Dios! ¡El cobrador!" Pensó "Espera... no hay cobrador, la residencia se paga con la mensualidad".
Se golpeó mentalmente por tonto, y se levantó para ir a abrir. Pero se detuvo. ¿Quién podría ser?
—Ahm... ¿Quién? —Preguntó.
—Yo, hm.
Le reconoció la voz, y sonrió.
—¿Quién es "Yo"?
Escuchó que suspiraron con flojera—. El otro mal tercio en la relación de Zetsu y Sasori, Deidara. Vine a ser mal tercio contigo, aunque la pareja no esté aquí.
Obito aún no tenía claro el porqué de su visita.
Abrió la puerta, dudoso. El rubio estaba ahí, con ropa bastante casual, constaba de una sudadera gris junto con pantalones ajustados y unos converse. Su cabello estaba atado como siempre en una media coleta dejando suelto su flequillo, el cual tapaba la mitad izquierda de su rostro.
A Obito le daban ganas de ponerle unos lindos broches en ese fleco.
Deidara miró el interior de la residencia, estaba bastante limpia, de hecho, impecable, totalmente opuesta a ese unos días que vino y estaban desperdigados esos montones de bolas de papel por el suelo.
—¿Qué haces aquí? —Escuchó que dijo el peli-negro.
—Ya te lo dije —Respondió, claramente no podía decirle que estaba allí porque se sentía algo preocupado por él y su salud mental después de leer notas raras en el piso de su "casa". ¿Qué sería entonces de su credibilidad como futuro psicólogo?
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Psicología para Fracasados ϟ 𝐎𝐛𝐢𝐃𝐞𝐢
FanfictionObito Uchiha, un estudiante de psicología que trae detrás de sí recuerdos fatídicos y fantasmas del pasado; no tiene otra aspiración más que terminar su carrera. Aunque eso podría cambiar por las diferentes intercepciones que entran a su vida, espec...