❝Capítulo 15❞

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Corría sin control, con su corazón amenazando con salir de su caja torácica. Si Kakashi no le hubiese obligado a venirse caminando se estuviera ahorrando esa carrera con su motocicleta, pero no, debía de correr.

Quería saber qué había pasado, el porqué de eso. Su cabeza era un mar de preguntas sin respuestas, y sólo quería golpear a esos desastrosos sin razón. Cuando comentó que ellos terminarían en la cárcel y él los sacaría lo pensó en sentido figurado, no creyó que se volvería canon de golpe.

Al estar frente a la comisaría tomó aire desesperadamente mientras reposaba sus manos en sus rodillas con cansancio.

"Debo trabajar en mi resistencia" Se dijo, sin darse cuenta de que había corrido como diez cuadras a alta velocidad y sin perder aceleración. Si eso no era resistencia para él entonces no quería saber cuánto duraría si practicaba; quizás pasar tiempo entrenando fútbol le había rendido bastante.

Recibió una llamada en ese momento, era Deidara nuevamente; tomó el celular y se lo llevó a la oreja sin pensarlo mucho.

Perdona lo de hace un momento, Obito. Sasori suele muy indiscreto y directo hm —Soltó el rubio apenas contestó al tono.

—Ahm... está bien, está bien —Dijo jadeando exhausto.

¿Estás bien, hm? —Preguntó Deidara algo preocupado.

—Es que... corrí mucho. No te exaltes.

¿Qué...? ¿Estás en un maratón ahora o algo así, hm?

—No... es que-

—¡Déjennos ir, carajo! —Se escuchó a lo lejos. Obito miró, y notó que sus colegas estaban siendo adentrados a las instalaciones policíacas casi a la fuerza. Anko era la que más se quejaba, soltando insultos y tratando de zafarse. Todo era un caos, los policías, los gritos, sirenas y demás. Pareciese que estaba en una de esas escenas de "Bad Boys" cuando los protagonistas echaban a perder una misión y el jefe los regañaba y todo a su alrededor era una mierda. O quizás la de "¿En dónde están las Rubias?" Cuando después de volver todo un revuelo en el desfile de modas, el jefe por fin reconoce a los oficiales y les agradece su trabajo, pero pongan atención que, me refiero al desastre colectivo a enfrente de él, no de lo buena situación que era esa escena.

¡¿Esas son sirenas?! ¡¿Qué está pasando, hm?! —Preguntó Deidara, asustado.

—Eh... te llamo después. Byee —Soltó el pelinegro.

—¡ESPE- — Y zas, el Uchiha cortó con la llamada.

Tobi se dispuso entonces a entrar a la comisaría que, para su mala suerte, era la misma dónde Deidara había terminado hacía unos días.

—Hey, tú otra vez —Dijo el oficial, a lo mejor estaban escasos de personal y también tenía que cubrir horarios extras—. Déjame adivinar, vienes a redimir otra alma y sacarla de su encierro, ¿No?

—Vaya, usted es profeta —Se burló el azabache rodando los ojos.

—Si no me equivoco debe ser el grupito que acaba de entrar.

—Ese mismo, ¿habrá una forma que pueda hablar con ellos o...?

—Lo siento joven, pero tu misión de sacar gente de prisión tendrá que esperar hasta que hagamos un informe y los pongamos en el expediente. Si quieres puedes sentarte en esas sillas o dejarlos.

—Bueno, gracias por su ayuda —Soltó con sarcasmo yéndose luego a sentar.

Estaba frustrado, no entendía nada. Ni siquiera se había dado el tiempo de mirar en dónde estaba parado cuando vió que se llevaban a sus amigos y se dispuso a correr detrás de una patrulla. Debió de parecer un anormal o algo parecido.

Psicología para Fracasados ϟ 𝐎𝐛𝐢𝐃𝐞𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora