Parte 3

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Kakashi avanzó sintiendo la mano de Sakura en la suya, por fin podía corroborar que era suave y cálida, pero mucho más suave y cálida de lo que podría haber imaginado. Le gustaba esa sensación y aunque tenía muy claro lo erróneo de sus deseos se permitió disfrutarla unos segundos, guardar en su mente y en la piel la sensación de tocar a Sakura. Sería lo más cerca que estaría de ella, ya antes había tocado su mano en algún entrenamiento, pero esto era completamente distinto. Nunca se aprovecharía de la situación, nunca la haría sentir incómoda con alguna de su actitudes o con su cercanía, pero esperaba no irse al infierno por disfrutar de tener la mano de Sakura en la suya o por fantasear con que no fuera una misión y realmente estuvieran casados, con su alumna enamorada de él y amándolo más de lo que nunca podría amar a Sasuke. Durante todo el trayecto no aplicó más fuerza, no movió ni siquiera un dedo que pudiera delatar sus verdaderos deseos, mantuvo una expresión firme y tensa que aparentaba no sentir nada.

Siguieron caminando durante aproximadamente una hora hasta llegar a su destino, durante todo el trayecto no dijeron una palabra, se movieron tan silenciosos que no interpretaban bien su papel de recién casados, o quizá la interpretaban demasiado bien y eran la viva imagen de un matrimonio molesto. En otras misiones nunca fue así, hablaban y bromeaban incluso sin ayuda de Naruto, pero esta vez era tan evidente que ella estaba tensa, lo sentía en su mano un poco rígida, observaba su respiración e iba más acelerada de lo normal, veía su rostro y tenía un gesto de desconcierto e incertidumbre, quizá hasta estaba un poco pálida, podría sentirse a salvo y confiar en él, sólo que no hasta ese nivel.

Así que dejó que su alumna se quedara en silencio y entendiera sus propios pensamientos y lo que estaba sintiendo. Le dio completamente su espacio, excepto por tomar su mano, eso, después de todo, era parte de la misión.

Llegaron a la Aldea sin ninguna clase de contratiempo, tampoco se encontraron a nadie ni se sintieron vigilados, nada sospechoso. Quizá la misión terminaría antes de lo planeado, Tsunade le cedió completa responsabilidad por la misión, si Kakashi aseguraba que nada sucedía en esa Aldea, así fuera con tan sólo dos días en ese lugar, entonces confiaría en él y podrían regresar.

Las calles de la Aldea estaban completamente solitarias, era algo normal considerando su llegada en plena madrugada. Sin embargo, Sakura detectó un cambio en su sensei, un cambio en su expresión que se presentaba en situaciones de riesgo, sólo que no dijo nada al respecto.

-Es por aquí- le indicó Kakashi, le había sido entregado un mapa de la Aldea y sabía dónde estaba la posada.

-Esta Aldea es mucho más fría que Konoha.

-Sí, pero descuida, pronto llegaremos y podrás calentarte un poco. ¿Trajiste algún abrigo? podemos detenernos para que te lo pongas.

-No, no se me ocurrió preguntar por el clima aquí. Creí que sería igual que en Konoha- la vocecita de Sakura sonaba tan tierna.

-Yo tengo un abrigo y si no te gusta, sé que podemos conseguirte algo de tu agrado. Por ahora, ya llegamos a la posada.

Entraron en la pequeña posada y ambos sintieron una agradable mejoría en cuanto al frío que ya comenzaba a entumirles las manos, ahí dentro había una chimenea encendida y con un buen fuego. Kakashi acercó inmediatamente a Sakura a la chimenea, la sentía temblar y tiritar por el frío. Se veía absolutamente hermosa con ese kimono, pero era demasiado ligero para el clima, si se quedaban sin duda que tendrían que conseguirle un abrigo.

-Buenas noches- lo saludó el dueño de la posada, los veía con recelo.

Buenas noches- devolvió el saludo Kakashi y entonces entró en su papel colocando su mano en la cintura de Sakura y acercándola a él -Mi esposa y yo necesitamos una habitación para pasar la noche.

LA MISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora