Parte 4

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-Si, lo estoy- respondió su alumna.

Kakashi no podía creer lo que estaba escuchando. Estaba tan seguro de que Sakura le diría que quería terminar la misión que ahora no sabía qué responder o qué hacer. Se quedó unos segundos en silencio, primero, para darle tiempo a su alumna de cambiar de opinión, y segundo, para encontrar algo qué decir. Como lo primero no sucedió, entonces respondió:

-De acuerdo, si lo considero necesario lo haré.

-También sé que debo... Tomaré un poco más la iniciativa, si no tienes problema. No quiero ser un maniquí de adorno en esta misión, además no estoy dando la impresión de ser tu esposa.

-Sakura, por favor, no quiero que hagas nada con lo que no te sientas cómoda. Encontraré la manera de hacerlo funcionar.

-¿Tiene algún problema en...

-No, no se trata de eso, puedes estar segura. No tengo ningún problema en tomar tu mano, tu cintura o besarte, pero no quiero superar un límite.

-Estamos en una misión, así que no tiene nada de qué preocuparse.

Esa respuesta molestó a Kakashi, claro que sabía que era una maldita misión pero eso no significaba que se olvidara de su principal objetivo: siempre proteger a Sakura tanto física como emocionalmente. Y ella daba una respuesta que parecía tan desinteresada con su cuerpo y sus emociones, por supuesto que iba a enfurecerse. ¿Es que no estaba enamorada de Sasuke? llevaba años dedicándole una fidelidad absoluta a su recuerdo, y ahora ofrecía aquello que siempre reservó para él y todo por una estúpida misión que tenía una ligerísima posibilidad de relacionarse con el Uchiha.

-No hables de ese modo, Sakura- la voz de Kakashi era tensa -¿Hasta dónde estás dispuesta a llegar por esta misión? ¿Por salvar a Sasuke? ¿Sacrificarías tus manos, tu cintura y hasta tus labios?- se acercó a Sakura hasta que estuvieron a escasos centímetros -¿Dime, Sakura? Déjame claro hasta dónde piensas llegar, dime cuál es tu límite- el tono de voz de Kakashi era duro, Sakura nunca había escuchado ese tono, se quedó en silencio sin saber qué responder. Desvió la vista.

Kakashi resopló se dio la vuelta y se metió al baño para darse una ducha. A penas se quedó sólo se talló la cara con ambas manos, estaba terriblemente frustrado y molesto consigo mismo, fue demasiado brusco con su alumna, era casi como si quisiera llevarla al límite para que renunciara de una vez y entonces todo acabara, para que la tentación de besarla, tocarla y acercarse a ella terminara de una vez y para siempre. Se prometió que después de esa misión no volvería a acercarse a Sakura, ni siquiera pensar en ella, así que sí, sería más fácil si todo terminara de una buena vez.

Se pasó las manos por la cabellera gris, no importaba lo que sintiera, fue demasiado brusco y se arrepentía de su actitud, de sus preguntas, de sus reclamos, se arrepentía de ocasionar que Sakura desviara la vista, de avergonzarla. Le debía una gran disculpa a su alumna y claro que se la ofrecería en cuanto saliera de la ducha.

-¡Mierda!- susurró frustrado, como si fuera fácil olvidar a Sakura. Si lo fuera, ella no sería su compañera en esta misión, habría elegido a alguien más.

En el espejo del baño pudo observar su reflejo, hacía un largo tiempo que no se quitaba la máscara durante tanto tiempo y ante tantas personas, Sakura no mostró gran reacción ante uno de los grandes misterios que pocos conocían, esa fue la primera gran desilusión. Se quitó la venda que cubría el sharingan y pudo ver su rostro completo. Abrió la llave de la regadera y se quitó la camisa, y estaba por quitarse también el pantalón cuando Sakura tocó a la puerta y lo llamó:

-¿Sensei?

-¿Qué sucede, Sakura?- su alumna entró en el baño y se paró frente a él. La jovencita tenía los ojos jade llenos de lágrimas. Kakashi se acercó a ella y la abrazó, la médico correspondió a su abrazo, sus delicadas manos se aferraron a su espalda desnuda y escondió el rostro en su pecho -Lo lamento, Sakura, no quise hablarte de ese modo. Perdóname. Por favor no llores- podía sentir el rostro de Sakura contra su pecho, la tibieza de las lágrimas y de sus labios.

LA MISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora