LA MISIÓN

PARTE 6

Durante todo el camino Kakashi no vio ni una sola persona, ni siquiera cuando llegaron a la posada y subieron a su habitación. No había nadie y claro que eso era sospechoso, pero estaba demasiado concentrado en Sakura como para hacer algo. Además, si bien era sospechoso, el aura del lugar no era precisamente de peligro. Subió con su alumna en brazos, llegaron a la habitación y al notar que no había ninguna otra sorpresa desagradable, Kakashi pudo echar a volar todas sus fantasías sin que ninguna otra distracción lo interrumpiera.

Ese era el momento clave, si Sakura decía una sola palabra, si la veía titubear, entonces se detendría por completo y no volvería a intentar cruzar algún otro límite incluso estaba dispuesto a interrumpir la misión y volver a Konoha. Pero antes de que pudiera seguir pensando en lo que haría si su alumna se arrepentía, ella lo besó. Lo besó con la misma intensidad con la que lo hiciera antes, segura, firme en su decisión, eso fue suficiente para el ex ANBU que correspondió al beso, pero ya planeando el siguiente paso. Dejó de cargar a la jovencita para que estuviera de pie en el centro de la habitación, se separó un segundo para verla con el abrigo negro, el kimono rosa un poco desareglado por las caricia anteriores, su cabello suelto, la mirada brillante y la respiración agitada. Casi parecía un sueño, así que quiso asegurarse de que fuera real y de que por fin Sakura correspondía a sus besos, sus caricias y a su deseo.

Se acercó de nuevo a ella, la tomó de la cintura bajo el abrigo, y la otra mano se deslizó en la nuca para acercarla a sus labios y volverla a besar. Le gustaba sentirla así de cerca, mientras su mano acariciaba la espalda de Sakura, se atrevía a bajar hasta su trasero para tocarlo sobre la tela sedosa del kimono y aprovechaba para acercarla más a su cuerpo, para pegarla a su pelvis y que pudiera sentir su erección.

La jovencita disfrutó de ese contacto porque se balanceaba por voluntad propia, porque se acercaba más a él sin ninguna clase de restricción o de timidez, por el contrario, profundizaba la caricias y ansiaba cada toque, tenía las manos en la espalda del ninja así que sus senos chocaban contra el pecho desnudo de de él, le gustaba esa sensación y buscaba repetirla para provocarlo y seguir escuchando esos jadeos contra sus labios. Las manos de su sensei se movían por todo su cuerpo, era como estar entre el fuego, se preguntaba si así se sentía el placer porque nunca lo había experimentado y a veces debía abrir los ojos para asegurarse de que no estaba ardiendo en llamas. Cuando abría los ojos, veía el rostro de su sensei, veía el placer relajado en su expresión, en ocasiones sus miradas se encontraban y sentía que estaba cerca a derretirse en las manos de él y ojalá así fuera porque estaría entre sus brazos. La joven médico experimentaba tanto por primera vez, el roce de su piel con la de alguien más, eran sus primeros besos, sus primeras caricias, el primer deseo transformado en placer, ni siquiera estaba segura de qué hacer, actuaba por puro instinto y por la excitación de no sólo de su placer, también de su sensei. En esos momento no pensaba en alguien que no fuera él, no se cuestionaba que fuera él sino que lo agradecía y estaba fascinada por él, por sus caricias y su cuerpo.

Sintió cómo las manos del ex ANBU se paseaban por su cuerpo, ni siquiera notó cuando le quitó el abrigo que ya estaba en el suelo, y ahora le quitaba el broche del kimono, podría haberlo detenido, pero deseaba que tocara su piel desnuda, y deseaba que la viera, imaginaba su placer al contemplarla y fantaseaba con excitarlo más con su cuerpo. Así que lo dejó quitarle el kimono, él se tomó su tiempo, enredó sus manos en el listón pero sabía perfectamente qué hacer, y pronto el listón del kimono cayó al suelo y parte de su cuerpo quedó al descubierto.

Kakashi la seguía besando, parecía perdido en ese beso, sólo que no era así. De pronto sintió cómo abrió el kimono por completo hasta quitarlo y que cayera a sus pies. Sakura no usaba sostén, con el kimono no lo necesitaba y para qué mentir, había fantaseado con ese momento, tan sólo usaba unas bragas y nada más. Cuando Kakashi la sintió sin sostén le mordió ligeramente el labio inferior, intentaba reprimirse porque quería que ella asimilara lo que estaba sucediendo, lo que estaban haciendo y lo disfrutara, ansiaba llenarla de placer, escucharla gemir y pedir más, sólo que intentaba ir lento. Pero Sakura no quería parar, se puso de puntillas y se acercó tanto a su sensei que sus senos rozaron el pecho desunudo del ninja. Él la recibió excitado, tratando de recorrer cada parte de su cuerpo, ansioso de tocar cada centímetro de ella y moviéndose inquieto para sentir los senos de su alumna subir y bajar, deslizarse en su piel. No podía soportarlo, necesitaba más, necesitaba todo.