Parte 5

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Kakashi despertó antes que Sakura, no era de extrañar si se tenía en cuenta que la joven había bebido de más la noche anterior y no estaba acostumbrada al alcohol ni a los efectos que producía, se veía demasiado adorable para regañarla y además, ya no era una niña y él estaba a su lado para cuidarla en caso de que lo necesitara. Así que ella seguía profundamente dormida, enredada en las sábanas y muy cerca de él, pero dándole la espalda, hacía un par de horas desde que ya no lo abrazaba, simplemente se dio la vuelta como siguiendo a algún otro sueño y se alejó de su lado. Toda la noche estuvo durmiendo en su pecho, abrazada a su cuerpo, no podía pedir más, y sin embargo, se encontraba deseando que algún otro sueño la trajera de regreso. Se quedó quieto esperando que se acercara, como una mariposa que sólo se posa en las plantas quietas, pensó que si se movía podría despertarla y alejarla todavía más.

Cuando se dio cuenta de que ella no volvería, se levantó de la cama. Evitaba ver a Sakura, su alumna tenía algunas partes del cuerpo descubiertas y él prefería no confirmar cuáles eran, de reojo pudo ver su espalda, el broche del sostén, parte de sus muslos y su vientre, era una escena bastante peligrosa, en especial después de que durante la mayor parte del noche la hubiera sentido tan cerca y con tan poca ropa. Entre las reglas que se había impuesto estaba no ver el cuerpo de Sakura cuando no fuera necesario, no tocarla cuando estuvieran dentro de la habitación, si no lo hacía, si no ponía límites se volvería loco. Se metió al baño antes de cometer alguna imprudencia.

En ocasiones creía haber enterrado el amor que sentía por Sakura, a veces lograba verla sin sucumbir y sin desear tocarla, la veía reír en la lejanía y era feliz simplemente con eso. Pero ahora, a escasos metros de ella, acosada en la cama, era evidente que no, su alumna seguía clavada en lo más hondo de su pecho. No había cicatrizado el amor que sentía por ella, y no estaba cerca de hacerlo. Volvió a frotarse la cara con ambas manos. Deseaba volver al lado de Sakura y meterse a la cama con ella, y lo más importante, deseaba que ella correspondiera a su deseo, que ansiara tocarlo y besarlo. La imagen de su alumna seduciéndolo, buscando sus labios y su cuerpo era sumamente excitante.

-Lo que daría por olvidarme de ti, Sakura. Debería olvidarme de tus ojos, de la sensación de tenerte entre mis brazos, del sabor de tus labios. Mejor dicho, lo que daría por una noche a tu lado, quizá sólo necesito esa noche para sacarte de mi sistema.

Los besos de ayer habían sido tantos y de una intensidad que no creía posible. Pero todo era parte de la misión y quizá eso era lo más frustrante, los disfrutaba, pero no dejaba de pensar en que Sakura no lo besaría voluntariamente, no por deseo propio.

-¡Mierda! ¡mierda! ¡mierda! ¡mierda!- susurró apretando la mandíbula -¿De verdad no hay alguna solución?

-¡Sensei!- gritó su alumna en el dormitorio. El ninja salió corriendo del baño, para ese momento ya se había quitado la camisa, pero eso fue lo que menos le importó.

-¿Qué sucede, Sakura?, ¿estás bien?- la joven estaba arriba de la cama, semidesnuda.

-Hay una serpiente. Me despertó un ruido, era su siseo, y cuando abrí los ojos estaba frente a mí, después se deslizó bajo la cama. Es una serpiente negra y asquerosa.

El ninja enseguida se inclinó y efectivamente ahí estaba, se retorcía y estaba dispuesta a atacar. Era una serpiente agresiva y venenosa, mortal si no se contaba con ayuda médica y curiosamente había aparecido en su dormitorio cuando la ventana y la puerta estaban cerradas perfectamente.

-Quédate arriba, Sakura.

-Ten cuidado, por favor.

El ninja hizo un par de sellos y en un segundo después estaba Pakkun en la habitación, el compañero de Kakashi levantó la vista y vio a Sakura semidesnuda, sólo con ropa interior, a él sin camisa y la cama completamente destendida. Sin mencionar la obviedad de que estaban en el cuarto de alguna posada.

LA MISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora