LA MISIÓN

PARTE 11

La ceremonia ocurrió sin ningún inconveniente, todos los presentes se quedaron un largo rato después de terminado el homenaje, pero de a poco comenzaron a irse, pero antes de marcharse, uno por uno se acercaba a los dos miembros restantes del equipo siete para ofrecer su pésame, les decían algunas palabras de ánimo, les reafirmaban el compromiso de Kakashi para con ellos y la Aldea y les recordaban que su memoria y legado estaban en buenas manos con ellos, eran dignos predecesores del gran Hatake Kakashi. Sakura y Naruto respondían con un casi inaudible "gracias" y volvían a encerrarse en sus propios pensamientos. Lo que fastidiaba a Sakura era el sol, durante todo el día el sol brilló como si no tuviera respeto por la muerte de Kakashi, como si el cielo no debiera llorar por la pérdida de el famoso ninja que copia.

Ahí estaba el sol en todo su resplandor, dando calor a los presentes vestidos con la ropa negra y quietos sin importarle los rayos de sol que quemaban su piel, pero los dos integrantes del equipo siete no se movieron ni un centímetro, permanecieron inmóviles hasta que el sol se ocultó y comenzó un aire frío que soplaba con tanta fuerza que algunas de las flores en la tumba de Kakashi salieron volando.

Sakura y Naruto no cedieron a ningún clima, estaban ahí silenciosos con los ojos fijos en la tumba simbólica de su sensei, viendo la fotografía que habían elegido en la que el ninja aparecía cuando todavía era un ANBU.

-Es momento de irnos- le susurró Guy a ambos ninjas que lloraban silenciosamente. Ninguno de los dos se había percatado de que Guy se quedó con ellos durante esas interminables horas.

-Sólo un momento más- pidió Sakura sin poder alejarse de ese lugar.

-Vamos, Naruto. Hoy yo invito el ramen.

-Quiero quedarme con Sakura-chan.

-Anda, Naruto, ve- le pidió Sakura -En un momento te alcanzo.

La joven médico no escuchó lo que su compañero le respondió, pero cuando se sintió sola cayó de rodillas frente a la tumba de su sensei. De apoco su espalda se fue doblando hasta que la frente terminó en el suelo y entonces volvió a sollozar. Hasta ese momento tenía la ilusión de que se tratara de una pesadilla, de una ilusión, de una mentira despiadada, pero no. Todo había sido real y nunca recuperaría a su sensei, nunca volvería a tener una misión a su lado, jamás llegaría tarde a sus entramientos, ni lo vería leer sus libros.

-¿Podrás perdonarme, Kakashi?- le preguntó en un susurró -No era cierto lo que dije, no eras un mentiroso, yo solo estaba molesta conmigo misma y te dije cosas que no eran ciertas. La mentirosa soy yo... Lamento no haber valorado el amor que me tenías, y lamento que hayas tenido que morir por salvarme- la joven golpeó el suelo con ambas manos -En todo momento sentí tu amor, tu cuidado y tu ternura, siempre estuve a salvo mientras estuve contigo y habría querido protegerte. Siempre pensé que no podría enamorarme de alguien más, pero estaba tan equivocada... Te llevaré conmigo, estarás en mí en cada momento, lo prometo. Nadie podrá nunca ocupar tu lugar en mi corazón.

Se quedó en la misma posición, llorando desconsoladamente hasta que se quedó sin lágrimas y vacía por dentro. No quería irse, y no tenía fuerza para moverse, pero llegó Naruto y la cargó hasta su casa y hasta su dormitorio.

-Es hora de dormir, Sakura-chan- le susurró su compañero recostándola en la cama, además la tapó con unas mantas -Me quedaré aquí hasta que te duermas.

-Gracias, Naruto.

Sakura se quedó acostada y acurrucada entre las mantas, y seguramente por el cansancio de los últimos días, porque el dolor la dejó agotada, se quedó profundamente dormida y no despertó hasta el día siguiente en plena tarde. A partir de ese día comenzaba la vida sin él, así que se levantó, se vistió con su ropa de luto y salió rumbo a la Torre Hokage.