Checklist || NAMJIN

50 - El traje que no se estrenará nunca

Yoongi arrancó una uva del racimo y se la llevó a la boca mientras miraba a su alrededor. Era la primera vez que estaba en casa de Hoseok de día, así que podía ver todo con más claridad y detalle. Lo estaba esperando en el jardín, una mujer que parecía muy amable, le llevó un tazón de frutas para que esperara más cómodo. Era lunes, cerca de mediodía y él mismo despertó hace no más de dos horas, con todo el asunto del lanzamiento del juego y las reuniones posteriores, no tuvo tiempo para descansar como merecía, por lo que pidió una semana de home office, donde podía acomodarse a su antojo y ánimos, pensaba que hacer eso de vez en cuando era bueno, él y sus mejores amigos cumplían un horario en la oficina solo por rutina, costumbre y estructura, por el gusto de estar juntos y trabajar entre ellos, de lo contrario, no se levantaría a las siete de la mañana de lunes a viernes.

—Hola, lamento la demora —Hoseok salió al jardín vestido con unos shorts cortos y una playera blanca de cuello redondo, tenía el cabello húmedo así que supuso que se dio un baño antes de bajar, llegó a su casa a las siete de la mañana, porque le tocó grabar en exteriores durante la madrugada, Yoongi lo sabía porque, desde el cumpleaños de Hoseok no habían dejado de comunicarse y encontrarse—. ¿Esperaste mucho?

—¿Media hora? —Se encogió de hombros—. Pensé que dormirías toda la tarde, me sorprendió que me pidieras que venga.

—Quería preguntarte algo —dijo sentándose al lado de Yoongi, en uno de los asientos individuales—. ¿Por qué no me dijiste que tu cumpleaños fue el nueve?

Yoongi lo miró, no alcanzó a meterse otra uva a la boca, solo jugueteó con ella entre sus dedos, para finalmente dejarla sobre un platillo de cerámica, lejos del racimo original, para no mezclarlo. No le dijo de su cumpleaños a Hoseok, no porque no quisiera, sino porque él mismo iba a estar ocupado, sus mejores amigos le compraron un pastel y le cantaron feliz cumpleaños en la oficina, porque él les dejó claro que no quería festejarlo, que iría a cenar con sus padres y luego se acostaría a dormir temprano, estaba agotado. Y Hoseok ya le había dicho que ese día tenía que grabar, por ese motivo ni siquiera se vieron.

—Sabía que tenías cosas que hacer, no quería interrumpirte.

—Festejarte no sería interrumpirme —dijo, haciendo que Yoongi apartara la mirada—. Taehyung me lo dijo hoy, se sintió horrible saber que no te felicité.

—Taehyung es muy chismoso —se quejó.

—Sí, lo es, te dijo cómo encontrarme en el trabajo —se rio, porque Yoongi le contó que decidió preguntarle a Taehyung dónde trabajaba Hoseok, la conversación fue rara al principio, porque no habían tratado más allá de saludos y contadas risas grupales acompañados de Jimin y Jungkook, pero el actor fue muy amable y se prestó a la idea de Yoongi, de sorprender a Hoseok en la empresa el día de su cumpleaños—. Me hubiera gustado verte ese día.

—Estabas ocupado.

—Pues me hubiera hecho de tiempo —un silencio los rodeó, pero no era incómodo, para sorpresa de ambos.

Se quedaron sentados allí, uno al lado del otro, mirando en dirección a la fuente que Hoseok tenía en su jardín, Yoongi siempre pensó que tener una fuente en tu propio jardín era de gente pretenciosa, sin embargo, Hoseok no parecía ser pretencioso, llevaban hablando todos los días durante casi un mes y se sentía capaz de decir muchas cosas acerca de Hoseok, pero ser pretencioso no era una de ellas.

—Lo festejaremos el próximo año —dijo Yoongi, como si no fuera importante—. Ahora ya lo sabes, el próximo año si me molestaré si no me apartas un sitio en tu agenda ese día...

La expresión de Hoseok fue todo un poema; sus ojos se abrieron más, sus labios se separaron dejando escapar un suspiro leve y sus mejillas tomaron un ligero tono rosa, esperaba que fuera un efecto de la resolana y no de las palabras de Yoongi proyectándose con él de aquí a un año.