22 - Demasiado fácil de querer

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San despertó por el sonido de un cierre al abrirse. Era extraño, cada vez que despertaba, Wooyoung estaba a su lado, sin embargo, ahora no se encontraba allí. Giró en la cama y lo vio de espaldas, juntando algunas cosas del escritorio. Era capaz de reconocer su silueta a kilómetros de distancia, o recién levantado, eso era indiscutible.

—Hola Woo —saludó aun ignorando la situación, entonces el chico volteó para verlo y sin quererlo sonrió, porque Wooyoung siempre tenía una sonrisa para San—. ¿Qué haces?

—No quise despertarte, perdona —murmuró, volviendo a lo que estaba haciendo.

San esperó a que el chico respondiera a su pregunta, pero eso no ocurrió, por lo que, decidió salir de la cama para acercarse a él caminando de forma muy perezosa, lo abrazó desde atrás y le dio un beso en la mejilla, eso era tan natural y normal entre ellos, luego apoyó su mentón sobre su hombro, le tomó varios segundos procesar lo que su mejor amigo estaba haciendo, hasta que ocurrió por fin.

—¿A dónde vas? —Preguntó separándose un poco—. ¿Qué haces?

—Me voy a casa —respondió, terminando de cerrar la mochila—. Ya me he quedado mucho tiempo aquí, es hora que deje de molestar.

—Qué dices, tonto —reclamó dándole un pequeño empujón—, tú no molestas, nos encanta tenerte aquí.

—Gracias —murmuró, mucho más apagado que otras veces—. Pero me iré enseguida.

—Odias vivir con tu padre —dijo, haciendo que Woo lo mirara—. ¿En serio volverás con ellos?

—Buscaré un departamento —respondió dejando la mochila a un lado—. Me mudaré solo cuando encuentre uno, mientras, me quedaré con Dahyun.

—¿Qué?

La habitación se quedó en silencio.

—¿Por qué no te quedas aquí?

—Es que ya lo coordiné con ella —intentó excusarse, San lo seguía mirando—. Tengo que ir por mis cosas.

Wooyoung se colgó la mochila sobre los hombros, no iba a despedirse de San como siempre lo hacía; con un beso en la mejilla o un abrazo.

Ahora solo agitó la mano y se dirigió a la puerta de la habitación.

Eran las seis de la tarde del domingo, no había dormido nada desde la fiesta de Jimin y esperó hasta esta hora para poder irse sin encontrarse con los abuelos de San, no quería vivir una escena incómoda. Les dejó una nota agradeciéndoles por recibirlo, junto con unos postres que compró de la pastelería que tanto les gustaba, y se marchó de allí sin más.

«»

Namjoon se sirvió una segunda rebanada de pizza, bajo la mirada de sus padres y sus hermanos, ellos no disimulaban, lo estaban mirando directamente, mientras que él, solo lo hacía de reojo, porque la sensación de ser observado no podía dejarla pasar.

Pero no quería ceder.

El comedor de la casa de sus padres estaría en completo silencio de no ser por la música instrumental que su padre siempre ponía de fondo.

Namjoon mordió la pizza de cuatro quesos y luego la dejó en su plato para limpiarse la boca con una servilleta de papel, no quería mirar a nadie a la cara, prefería seguir haciéndose el tonto.

—¡Ya habla! —Exclamó Bahiyyih, arrojándole su servilleta de papel—. ¡Namjoon!

Pero por supuesto que no iba a ser sencillo.

—¿Qué quieres? —Se quejó aún con un poco de comida de la boca—. No grites, sabes que lo odio.

—¿Por qué nosotros no sabíamos que eres amigo de Kim Seokjin? —Quiso saber su madre—. Es el tipo de cosas que le cuentas a tu madre cuando te pregunta qué hay de nuevo en tu vida.

Checklist || NAMJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora