24.

114 8 5
                                    

Tiempo actual.

Narra Adele.

Hoy era mi cumpleaños número veinticinco, estaba muy contenta porque mi mamá me había organizado una fiesta sorpresa, con temática de los 80's. Al llegar la casa estaba decorada hermosa y en realidad estaba totalmente sorprendida. 

–Ve a cambiarte, anda que ya comenzarán a llegar los invitados–Dijo después de darme un fuerte abrazo–Tu ropa esta encima de la cama

Entre a mi habitación, había un vestido gris con blanco un poco exagerado para mi gusto pero muy lindo y acorde. Al salir de bañarme me quede sentada frente al tocador y mis lagrimas recorrieron mis mejillas.

¿Porque sigo llorando?

Porque después de tanto tiempo no puedo dejar de hacerlo. Me perdí a mi misma. No me reconozco.

Pero estoy bien, porque ahora se que todo lo que no es para mi tenía que irse. Que vendrán mejores momentos y nuevas personas.

No voy a caer de nuevo por una desilusión, solo aprenderé a ser más fuerte y a entender lo mucho que valgo.

Al terminar me coloqué esos aparatos en mis oídos que aunque no son de mi mayor agrado, de los cuales aún me es difícil acostumbrarme todavía, me han ayudado bastante.
He logrado escuchar y ahora se que valió la pena hacerle caso a mi madre.

–Estás muy hermosa–Alex tomó mi mano y me dio una vuelta haciendo que mi vestido se levantara causándome gracia–¿Me permites abrazarte?–Asentí–¡Feliz cumpleaños bonita!–Sin esperarlo me levanto dándome vueltas–Te quiero–Susurró cuando me bajo

Muchas graciasBese su mejilla–Yo también te quiero

Los invitados terminaron de llegar, la mayoría ni si quiera los conocía solo eran amigos de mi mamá. Consuelo salió con un pastel que ella misma había hecho, obviamente mi favorito.

–¡Se ve delicioso! ¿Crees que se den cuenta si pruebo un poco?–Rio

-Laura, estás loca.

–Sabes que el chocolate me trastorna totalmente–Su novio Daniel llego abrazándola de lado, yo estaba muy feliz por Laura pero no podía evitar sentirme mal.

Daniel es uno de los mejores amigos de Simon, su mirada hacia a mi a veces es de lástima y eso me hace sentir peor, porque probablemente él esté mejor sin mi ahora mientras yo sigo pensándolo.

–¿Como estás Delly?–Solo levante mis hombros y sonreí, dándole a entender que estaba bien aunque no fuese así–Muchas felicidades–Asentí

–¿Como va tu bebe Lau?

–La verdad qué hay días que estoy fatal y con muchos antojos pero Daniel siempre me consiente–Se le colgó del cuello

Mas le vale que lo hagaLe advertí, el solo levanto los brazos en forma de defensa.

Ya era media noche, el único que quedaba era Alex que se sentó a mi lado en uno de los columpios.

–¿Cuando me aceptaras?–Pregunto

No estoy listaLo mire bajar la cabeza–No es tu culpa, eres un hombre maravilloso y muy guapo...cualquier mujer desearía estar contigo.

–La única mujer que quiero es a ti-Se acercó colocándose frente a mi–Me enamore de ti desde la primera vez que te vi

Por favor Alex, si no lo puedes entender es mejor que nos alejemos por un tiempoMe gire viendo hacia otro lugar y se fue, seguro ya estaba cansado de tanto que lo rechazó.

–Hola mi niña–Consuelo se sentó en el césped y con su mano me señaló que me sentara con ella–Salió un poquito enojado ese muchacho ¿Me quieres contar?

Pues es que sigue insistiendo nana, pero no puedo solo aceptarlo por no hacerlo sentir malAcarició mi cabello como cuando era una niña–Solo puedo verlo como un amigo

Me sentí esa niña a la que ella cuidaba con su propia vida, cada que mi madre no estaba en casa por muchos meses, se convirtió en mi confidente, no podría soportar perderla.

–Se que te cuesta volver a confiar en alguien–Me rodeó con sus brazos–Si te vas enamorar de nuevo trata esta vez de ir más lento y no entregar tanto que difícilmente van a valorarte como te mereces–Me apretó más a ella moviéndome de un lado a otro haciéndome soltar una carcajada–¡Vive y no pierdas la cordura ni bajes la guardia!

Narrador Normal.

Adele disfrutaba mucho las conversaciones que tenía con Consuelo, sus palabras siempre la hacían sentir tranquila. Aún más que su propia madre.

A la mañana siguiente ella despertó después de las once de la mañana, bajo corriendo las escaleras dirigiéndose a la cocina para darle el abrazo de cada mañana a Consuelo antes de desayunar con ella.

Se encontró con la sorpresa de que no estaba y para ella era demasiado extraño, tampoco estaba listo el desayuno como era costumbre.

Mama ¿Has visto a Consuelo?Le pregunto entrando a la oficina de Penny

–No mi amor, debió terminar muy cansada y probablemente siga dormida.

Adele no quedó muy convencida, decidió alegrarle la mañana y llevarle el desayuno a la cama, toco varias veces sin respuesta. Al entrar la encontró aún recostada en la cama.

Camino lentamente tratando de hacer el menos ruido posible para no despertarla, dejo la charola en el buró y acaricio su brazo sutilmente pero ella ni si quiera se inmutó.

Algo no andaba bien.

Tomo su pulso e inmediatamente sus lágrimas rodaron, no pudo evitar pensar que la plática de una noche antes fueron palabras de despedida. Sus cálidos abrazos eran de adiós.

Te amo nana, muchísimo-Repitió en su mente–Espero nunca hayas dudado de lo mucho que te queríaLa cubrió con la cobija acostándose a su lado sin dejar de llorar, le dolía en el alma recostarse en su pecho y ya no sentir los latidos de su corazón que desde muy pequeña eran lo único que podían tranquilizarla.

La muerte es algo que nunca vamos a entender, nos arrebata a quienes amamos, nos causa gran herida y una cicatriz que dolerá para toda la vida.

Y casi nunca estamos consientes de lo felices que somos mientras lo estamos siendo.
Solemos recordarlo y valorarlo después.

Tú & Yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora