Tú & Yo.

26.

La seguí besando, no quería despegarme de sus labios nunca pero la falta de aire nos obligó a separarnos.

Soltó un gran suspiro y mordió su labio inferior, sus ojos brillaban tanto como la luna. ¿Como es que esos ojos esmeraldas causan tanto alboroto en mis sentimientos?

–¿Porque destrozaste de esa manera mi corazón?–Me reclamó–No sabes cuando tiempo te llore, cuanto tiempo me culpe porque creí que la responsable de nuestra ruptura era yo, me sentía tan miserable e insuficiente–Sollozo nuevamente–Y que ahora te aparezcas en un momento tan vulnerable en mi vida ¿Que buscas de mi?

–Se que me porte muy cobarde, en ese momento yo necesitaba estar para mi familia solamente, créeme que jamás fue mi intención hacerte tanto daño–Acaricié sus nudillos–Debí buscarte antes pero, creí que estábamos mejor así–Se alejo

–Tu estabas mejor así, sin mi-Se bajo del carro y la seguí, caminaba de un lado a otro–Jamás me preguntaste como me sentía yo

Y tiene razón, me fui de su vida tan cruelmente dejándola llena de dudas, de inseguridades, hice pedazos su corazón.

–Es mejor que entremos.

–No, es mejor irnos...ni si quiera me avisaste que me traerías aquí, no me siento cómoda–Desvío la mirada sonrojada y los recuerdos invadieron mi mente.

|Recuerdo|

–Estoy nerviosa no te mentiré y me da un poco de miedo porque jamas he estado con alguien pero es parte de la vida tambien ¿No?–Bajo la mirada–Algun dia tenia que pasar y se que tu eres él indicado...se que probablemente tu ya la tuviste por eso no estas asi tan nervioso como yo pero estoy lista.

—Bueno prácticamente tambien es mi primera vez–Me observo arrugando sus cejas–Me refiero a que es la primera vez que estoy con alguien que amo de verdad, con la que quiero pasar él resto de mi vida y te equivocas en decir que no estoy nervioso porque si lo estoy...tengo miedo de tocarte y lastimarte–Me tomo del cuello acercándome a ella-De que seas un sueño 

Volvimos a besarnos como hace un rato, quite él broche que sostenía su precioso cabello porque yo amaba verla asi, con su cabello revuelto y lleno de vida.

Nos dejamos caer en él colchón una vez mas, acaricie desde su mejilla a su cuello, su piel estaba totalmente erizada, necesitaba tomarme el tiempo de admirarla y amarla como se merece.

—Te amo–Susurre aunque ella no podia escucharme, sabia que lo había entendido pues me dio una sonrisa bastante coqueta.

Tome su mano y deje un beso en ella, después bese su frente, segui mi recorrido hasta llegar a su cuello. Su aroma era realmente embrigador.

Giro su cabeza dandome un mejor acceso, la observe cerrando sus ojos, mordiendo su labio y apretando la sabana con sus manos.

¡Oh dios! Me sentía tan privilegiado y afortunado de tenerla a mi lado, de ser el primero en su vida en todos los sentidos.

|Fin del recuerdo|

–¿Es incomodidad o miedo?

–¿Miedo a que?–Giro lo ojos

–Estar solos de nuevo, aquí–Me acerque y retrocedió

–Yo ya no siento nada por ti–Parecía muy decidida pero yo sabía que no era así

–Tú boca demostró lo contrario.

–Puedo besar a cualquiera y no quiere decir que me guste–Ok, ese fue un golpe demasiado bajo.

Paso haciéndome a un lado para poder entrar, honestamente me llene de celos al pensar que ella pudiese estar con alguien más.

–Me quedare no porque me agrade tu presencia o desee estar en el mismo lugar que tú-Levantó la manta que cubría los sofás, sacudió un poco y se sentó–No quiero llegar a mi casa aún, pero debo avisarle a mi madre–Saco su celular

–Si te hace feliz hacer como que no hay nadie esta bien señorita, saldré por un poco de leña–Acomode mi saco–Espero no esté aún mojada por la lluvia si no será un reto prender la chimenea.

Narra Adele.

Le avise a mi mamá que estaría con Laura, evidentemente se molestó pero en este momento no me importaba.

El, me volvió a dar vida con su regreso, con esa hermosa voz que fue tal como la imaginé, hizo que ardiera todo lo que se encontraba apagado en mi interior.

Pero no puedo estar feliz, ahora mismo me falta una parte de mi que cuando regrese ya no estará nunca más. ¿Que se supone que haga sin ella? Esa mujer era la única por la cual yo podría superar cualquier cosa, la que me ponía los pies sobre la tierra y me apoyaba. Me parece como si fuera una muy horrible pesadilla.

Me abrace a mi misma, escondí mi rostro sobre mis piernas con ganas de escapar de esta estupida realidad.

–¿Quieres tú te?–Sentí su mano en mi hombro–Ya esta algo frió pero todo lo que venden en esa cafetería es exquisito–Sonrío y solo asentí–También te compré una dona...de chocolate porque supongo que no has comido nada ¿Verdad?–Negué

Tardo una eternidad en lograr encender la chimenea lo que me causo gracia, acomodo una sábana frente a ella y unas almohadas.

–¿Quieres venir?–Solo levante los hombros–Aquí está más calientito–Me acerque sentándome a su lado, con temor me recosté en su hombro y el dejo caer su cabeza sobre la mía.

Sentí su brazo rodearme y no me negué, me gustaba estar así.

"Abrázame que tu calor me salva del invierno"

Me jalo un poco para quedar recostados sobre el suelo, y así, frente a frente volví a besarlo.

Quería sentir sus labios otra vez, aunque probablemente fuese la última vez, no quiero volver a sentir que donde estoy y con quien estoy, no es el lugar correcto.

Quería besarlo mientras nos despedíamos, después si nos volvemos a encontrar. Mis labios esperarán, no tocarán a otros, porque nada es tan dulce, tan extraño, o agradable como sus besos.

Incluso la comida y bebida no tienen sabor, comparado con la sensación de sus labios sobre los míos. En otras palabras, tendría que besarlo a menudo, si es posible, le besaría a todas horas.