Tú & Yo.

27.

–No habíamos tenido tiempo pero ahora si me vas a explicar ¿¡Estuvieron juntos?!–Laura me fulmino con la mirada–Necesito respuestas Adkins o te voy a matar

–No–Negué

–Pues mira que extraño porque ese día tu mamá me preguntó que si ya estabas aquí y Simon le dijo a Daniel que si alguien preguntaba estaba con el, las dos son viles mentiras–Bebí del té que acababa de prepararme evitándola–Estoy esperando Adele

–¿Acaso eso significa que estábamos juntos? Tal vez solo fue casualidad Laura, no exageres que Simon y yo no estuvimos ni volveremos a estar en el mismo lugar–Mentí

Yo solo esperaba que me creyera, no era el momento de decirle que lo vi, que lo besé y lo abracé toda la noche. Han pasado tres semanas desde aquel día y tal pareciera que nunca pasó o solo fue un sueño. El no ha vuelto a buscarme y eso me confunde demasiado, me pasó su nuevo número pero honestamente no he tenido el valor de si quiera mandarle un mensaje.

–Que mala eres para mentir Delly–Me miro con los ojos entrecerrados–No quiero que Simon vuelva a hacerte sufrir, pero tengo que contarte algo importante–No le preste mucha atención ya que sentí vibrar mi celular y requerían mi presencia en la empresa

–Lo siento mucho Lau, me cuentas después...necesito irme porque debo ir a la empresa, recuerda que mañana es el desfile en Los Ángeles y tengo muchas cosas por terminar–La abrace y sin esperar respuesta salí casi corriendo de su departamento

Pase el día entero afinando los últimos detalles, estaba demasiado nerviosa, mi mamá ya raramente se presentaba, ahora yo tenía que hacerme cargo la mayoría del tiempo.

Mi madre decía que ya estaba demasiado cansada, que todo esto siempre fue por mi y para mi, si tanto deseaba ser independiente y era la moda lo que me apasionaba ahora era mi momento.
Necesitaba demostrarle que podía y que se sintiera orgullosa de mis logros.

–¿Aún no se ira señorita Adele?–Mi asistente me saco un gran susto, supuse que estaba sola.

–Quizás ni me vaya, aún me falta demasiado por hacer Mary, pero ve a descansar que mañana partiremos temprano–Ella me entendía, aunque fue difícil encontrar a una asistente así, ella también ha sido bastante paciente conmigo–Ademas que casi son las once

–De acuerdo, pero recuerde que usted también necesita descansar–Me dio una sonrisa antes de irse

Me dirigí al cuarto de telas, había un atuendo que me interesaba mucho terminar.
Mi vestido, era un diseño sencillo pero adoraba hacerlo yo misma. Amaba realizar todo el proceso, hasta el más mínimo detalle.

Escuché unos pasos a espaldas de mi, probablemente a Mary se le habría olvidado algo así que no voltee. Sentí sus brazos rodear mi cadera con tanta delicadeza, definitivamente no era mi asistente.

–Hola bonita–Susurro provocando que me recorriera un escalofrío por todo el cuerpo–Casi no puedo encontrarte entre tantas telas, es como un laberinto–Sonreí

–¿Que haces aquí Simon?–Me gire para encararlo–Tengo mucho trabajo y es para mañana así que no puedo atenderte

–Me doy cuenta–Acaricio las mangas del vestido–Es precioso–Acomodo sus lentes y lo admiro–Maravilloso

Pero maravilloso era el, con su traje impecable, su cabello más corto que antes, su barba más abundante y sonrisa deslumbrante. Él admiraba mi creación, pero yo solo lo admiraba a él, como si fuese lo único en el mundo.