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–¿Tie..tienes frío?–Pregunto agitado, era una pregunta tonta porque yo me sentía más acalorada que un día caluroso de verano.
Negué sonriente.

Me besaba el cuello tiernamente mientras yo lo abrazaba y jadeaba en su oído.
No se movía, solo estaba ahí, quieto reteniendo el momento pero yo estaba tan desesperada por sentirlo más.

Un beso lento y pausado, nuestros labios se envuelven y nuestras lenguas se enfrentan en una batalla que no tiene fin.

"Bésame como si me amaras, tómame como si me odiaras"

Narrador Normal.

Las manos de Simon se sentía como fuego en la blanca piel de Adele, quería recordar ese momento como si fuese el último para ellos. Recibía gustosamente los suspiros que salían de su boca. Amaba su mirada cargada de deseo que sentían estar en el paraíso total.

Se sentían en el cielo, un cielo lleno de pensamientos profanos. Ambos se pertenecían, ambos eran solo para el otro. Solo ellos dos.

La fría boca de Simon recorrió uno de sus senos provocando que Adele se inclinara hacia atrás complacida por el placer que su lengua le proporcionaba. Pasó sus grandes manos por cada curva de su cuerpo, acariciando con suma delicadeza y fervor, como si fuera de cristal. Susurraba lo mucho que le encantaba cada parte de ella, jurándole amor eterno.

Soltó un sensual gemido al sentir la lengua de su amado pasando sobre su pezon, una y otra vez, brindando una que otra delicada mordida a sabiendas que a ella le gustaba.

Simon sonrió más que complacido sobre el generoso pecho de la rubia. La sintió comenzar a moverse, de adelante  hacia atrás, tan rápido, demostrando su desesperación.

–Adele–Gruñó apretando su espalda ayudándola con la danza de caderas que ella ya había comenzado.

Pronunciaba su nombre como si de una oración se tratase. Se alejó de aquellos pechos que lo volvían loco para besar con suma pasión sus adictivos labios gruesos.

–Quiero que seamos uno–Pidió enloquecido–Te amo tanto.

La giro dejándola de espaldas a él, logrando que lo más notable a su vista fuera aquel hermoso tatuaje de aves. Tan libres como ella.

De esa manera volvió a penetrar aquel cálido sitio que tantas veces había disfrutado, a pesar de los años, conocía y recordaba perfectamente el cuerpo de Adele como si del suyo se tratara

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De esa manera volvió a penetrar aquel cálido sitio que tantas veces había disfrutado, a pesar de los años, conocía y recordaba perfectamente el cuerpo de Adele como si del suyo se tratara.

La sostuvo del vientre para pegarla de vuelta a el, con su cabeza sobre su hombro.
Dejo su mano ahí sabiendo que dentro de este ya comenzaba a formarse una pequeña personita, pensó. Deseaba con el alma que ella tomara una decisión la cual le permitiera convertirse en papa, más sin embargo, aceptaría lo que ella decidiera porque la amaba, amaba lo que era sin importar que.

Él había entrado, siendo abrazado y gratamente recibido por las paredes de Adele. Deseoso por ir más rápido, pero con el constante temor de lastimarla. Adele giró un poco la cabeza alcanzando a mirar los ojos grises que tanto la volvían loca, que le suplicaban su permiso.

Tú & Yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora