Me miro un segundo en el espejo y estoy sudada por la intensidad del baile, con la ropa pegada a mi cuerpo y mi rostro sonrojado. A pesar de eso, algo en mi interior me hace sentir hermosa en ese momento, quizás la energía y la pasión que emanaba de cada movimiento.
Sin embargo, cuando abro la puerta del estudio mi sensación de autocomplacencia se ve rápidamente interrumpida por la expresión de enfado en el rostro de mi mejor amiga, Sara. Su mirada me atraviesa con disgusto, y puedo notar la tensión en el ambiente.
En ese instante, Sara me habla con voz entrecortada, dejando escapar su frustración: "Necesito una explicación. Me encantaría saber por qué has decidido abandonar el baile, lo que se suponía que era tu pasión. ¿Qué me he perdido? Y antes de que preguntes, me enteré al principio de mi querido almuerzo familiar. Todos estábamos reunidos, ya que hace mucho tiempo la familia no estaba unida en casa. Sin embargo, el ambiente era horrible y cada vez más pesado. No es nada nuevo porque entre Alex y abuela las cosas están fatal, sobre todo por parte de Alex es como que ya no es el mismo. Bueno, me estoy desviando. Fue entonces cuando estallaron en una discusión absurda, y Alex, con su típica manera de ser directo, le dijo a abuela que no era su culpa que las expectativas que ella tenía sobre ti no se cumplieran. En ese momento, yo no entendía lo que estaba sucediendo y Alex tuvo la decencia de explicármelo todo".
En ese momento, reflexiono y comienzo a sentirme abrumada por la responsabilidad de la situación, aunque en realidad no debería ser así. En medio de esos pensamientos, respondo con calma: "He decidido dejar el baile porque, aunque sea mi pasión, no disfruto del ambiente que se genera en el escenario. Encuentro mi felicidad en el estudio, bailando para mí misma, y no necesito más que eso. Por favor, créeme cuando te digo que esta elección la he tomado pensando en mi propio bienestar. Necesito dejar el baile".
La expresión de Sara se suaviza ligeramente, y puedo percibir en sus ojos una mezcla de confusión y comprensión. Se toma un momento para procesar mis palabras antes de responder: "Ahora lo entiendo, pero me sorprendió mucho. No lograba entender cómo podía ser tu mejor amiga y no estar al tanto de una decisión tan importante. Pero quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, Mia. Puedes contar conmigo en todo momento". Sara pausa por un instante, antes de continuar: "Sin embargo, me gustaría saber por qué te llevó tanto tiempo tomar esta decisión".
"Sara, no fue por falta de confianza. La verdad es que he estado luchando internamente con mis sentimientos hacia los escenarios y el ambiente que rodea al baile. Siento una conexión más profunda con la danza cuando me libero de las expectativas y presiones del escenario. Ha sido un proceso de autodescubrimiento y aceptación de mi misma y me ha costado mucho. Pero quiero que sepas que valoro nuestra amistad y que siempre estaré aquí para ti. ¿Quieres hablar de tu familia?
"No te preocupes, estoy bien. Solo que siendo la más joven de la familia, no entiendo la actitud inmadura que muestran los demás. Mi padre, como sabes, dicen que cambió desde que mamá falleció. A veces parece estar presente pero ausente al mismo tiempo, como si no le importara nada, pero aún así está ahí. Nuestra abuela siempre ha sido seria y estricta, pero desde que Alex regresó, se encuentra más tensa. No entiende cómo pudo ser tan ingrato con nosotros y sinceramente yo tampoco lo entiendo. ¿Cómo pudo olvidar que tiene una familia? Él conoce el dolor de perder a alguien. Aunque no haya convivido con mamá, siento un vacío en mi corazón porque ella no está. Alex es consciente de esto y, sin embargo, pareciera haberse olvidado de nosotros emocionalmente, aunque en términos materiales y económicos nunca nos falta nada evidentemente. Además, la novia de Alex complica aún más las cosas. A veces parece ser solo un adorno y no se involucra, y otras veces se entromete en todo. Me duele mucho ver a mi familia dividida. A veces pienso que si mamá estuviera aquí, todo sería diferente".
"Sara, entiendo completamente tu situación. Es difícil comprender por qué algunas personas cambian. Desde que éramos niñas, sabes que para tu padre ha sido extremadamente difícil superar la muerte de tu mamá y lidiar con su propio dolor de una manera que a veces no entendemos por completo. En cuanto a tu hermano Alex, no sé qué le ocurre. Tal vez se centra tanto en sus propios problemas que se olvida de cómo afecta a aquellos que lo rodean. Pero no puedes permitir que esto te afecte".
Después de pronunciar estas palabras, abrazo a Sara, quien comienza a llorar. Esto resulta algo complicado para mí, ya que siempre he sido yo quien suele llorar más fácilmente. En ese sentido, Sara parece ser más fuerte o, al menos, lo aparenta mucho mejor que yo. Ella agradece mi apoyo y me dice que tiene que irse porque Alex estará enfadado. Una expresión de confusión se dibuja en mi rostro, y Sara explica: "Es que le dije que me trajera porque me dijo que estabas triste y que lloraste por lo de la abuela. Así que me trajo hasta tu casa, pero tu madre le obligó a entrar, y conociéndolo, seguro que está de mal humor porque hemos tardado".
Al enterarme de que mi madre lo obligó a entrar, me apresuro y bajamos rápidamente las escaleras. Al ver a Alex sentado en la silla del comedor, respondiendo todas las preguntas de mi madre, sonrío. En ese momento, él me mira de arriba abajo y soy consciente de que estoy sudada y con la ropa pegada al cuerpo, pero su mirada no me importa; de hecho, la necesito. Me ruborizo aún más de lo que ya estaba, así que decido hablar mientras me dirijo a buscar un vaso de agua fría.
"Mami, deja a Alex tranquilo. Ya se tienen que ir", digo rápidamente, pues mi madre estaba empezando a invitarlos a quedarse a comer. Antes de que respondan, decido seguir hablando para evitar que mi madre los convenza de quedarse sentados. "Mami, por favor. Además, ellos ya almorzaron y Alex es un hombre ocupado, no puede permitirse esto. Ya ha perdido mucho tiempo hoy", le digo, mirándolo a los ojos, porque sé que eso es lo que piensa.
Finalmente, mi madre lo entiende y se queda callada. El ambiente se vuelve tenso, pero Sara interviene para romper el silencio. "Bueno, ya nos vamos. Por cierto, espero verte hoy en el evento", me dice mientras se acerca para darme un abrazo, tanto a mí como a mi madre. Alex también se acerca para despedirse de mi madre, dándole dos besos. Su gesto me parece tierno, pero definitivamente no esperaba lo que vendrá a continuación.
Alex se dirige hacia mí con paso decidido, y siento un cosquilleo en mi estómago mientras sus labios tocan suavemente mi frente. Sin embargo, su actitud cambia drásticamente en un instante. Baja la cabeza rápidamente, lo suficientemente rápido como para que ni mi madre ni Sara se den cuenta, y susurra en mi oído con un tono provocativo y desafiante: "Espero no seguir perdiendo el tiempo contigo". Sus palabras me golpean como un rayo, dejándome completamente desconcertada y con un escalofrío recorriendo mi espalda.
Quedo sin palabras y me siento en estado de shock, tratando de procesar lo que acabo de escuchar mientras los veo salir de mi casa. A medida que se alejan, el aire vuelve a fluir en mis pulmones y puedo respirar más fácilmente.
No puedo evitar preguntarme qué tenía y tiene ese chico para que haya sido mi debilidad, a pesar de su actitud antipática y distante. Me gustaría tener el valor de decirle que se vaya a la mierda y que me deje en paz, pero nunca he sido de ese tipo de personas.
Recuerdo los momentos en los que era más pequeña y Alex no era así, al menos no tanto. Conmigo nunca estaba a gusto del todo y yo era consciente de ello, al final era el reflejo de su madre sobre todo en mi adolescencia, pero ahora me pregunto qué pudo haber cambiado en él, qué demonios le sucedió para convertirse en alguien tan distante y despectivo. Y me siento muy tonta porque sentir atracción por los chicos malos, incluso cuando sé que son lo peor. Pero ahora, Alex se ha transformado en algo mucho peor de lo que era antes, y eso me asusta.
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Entre Sombras
ChickLitEn el mismo mundo nacieron, un lienzo que moldearían con el tiempo a su antojo. Entre sombras, sus vidas se entrelazaron en un juego peligroso.