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Decidí quedarme un poco más en el balcón, necesitaba tomar aire fresco y en ese preciso instante, mi móvil sonó, rompiendo el silencio de mis pensamientos. Era un mensaje de Carlo, lo que me resultaba bastante inusual, por lo que desbloqueé el móvil rápidamente para leerlo. El mensaje decía: "Mia, ven rápido al lobby tres que está en la segunda planta. Sara te necesita". La preocupación me invadió de inmediato, y mis piernas comenzaron a moverse velozmente sin pensarlo dos veces.

Presioné el botón del ascensor y los segundos de espera parecieron eternos. Finalmente, se abrió, y me subí con rapidez, temblando por la ansiedad que me embargaba. Mi mente se llenaba de pensamientos negativos mientras el ascensor descendía rápidamente hacia el lobby.

Afortunadamente, no se subió nadie más en el ascensor. Maldije el estar en el último piso, sin entender porque no había bajado antes al evento.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron en el segundo piso, salí corriendo directamente hacia el lobby. No tuve problemas para encontrar el lugar, ya que este piso no era muy grande. Al abrir la puerta, me encontré con Carlo, en su mood de médico, que intentaba tranquilizar a mi mejor amiga Sara, quien estaba en un ataque de ansiedad. Ella estaba sentada en el sofá, con sus brazos tapando su rostro y temblando, mientras Carlo permanecía a su lado.

El resto de nuestros amigos también estaban presentes, mostrando una expresión de profunda preocupación. Todos los presentes en la sala habíamos enfrentado ataques de ansiedad en el pasado, nadie se libraba de ello y yo definitivamente soy la primera.

Me acerqué rápidamente, sintiendo cómo mi corazón latía fuertemente, y me senté junto a ella, tomando su mano suavemente. "Sara, estoy aquí contigo. Respira conmigo, todo estará bien", le dije con voz calmada y reconfortante. En ese instante, Sara me abrazó con fuerza, dejando escapar un torrente de emociones a través de sus lágrimas. No entendía qué había sucedido, qué habría sido el detonante de esta crisis. Mi mente se llenó de preocupación y de preguntas sin respuesta, pero en ese momento, solo necesitaba ser un apoyo para ella.

"Tranquila, respira", repetía una y otra vez, mientras acariciaba su espalda intentando calmarla. Sus sollozos resonaban en el lobby, pero en ese momento poco importaba si alguien podía escucharla. Después de unos minutos, sus sollozos comenzaron a disminuir, y poco a poco, su respiración se fue estabilizando. La abracé con ternura, dejándole saber que podía contar conmigo para lo que necesitara.

Finalmente, Sara pudo hablar entre sus lágrimas y suspiros entrecortados. "Es... es solo que... todo se ha vuelto demasiado abrumador últimamente", confesó en voz baja. "No sé cómo manejar todo".

"Todo está bien, Sara", le dije con voz suave. "No te fuerces a hablar si no te sientes lista. Estoy aquí para ti, pase lo que pase".

Sara asintió con gratitud, agradeciendo el hecho de que no la presionara para hablar más. A veces, solo el saber que alguien está dispuesto a escuchar, sin juzgar ni intentar resolverlo todo, puede ser un gran alivio.

Nos quedamos en silencio durante un tiempo, permitiendo que las emociones fluyeran de manera natural. Sentí cómo su cuerpo se relajaba poco a poco, y cómo sus lágrimas comenzaron a cesar.

En ese momento, las puertas se abrieron de golpe, provocando un fuerte golpe contra la pared. Giré mi cabeza rápidamente para ver qué había causado esa conmoción, y me encontré con Alex de pie en la entrada, su rostro reflejando una mezcla de preocupación y furia, acompañado de su novia e Isabella en el fondo, definitivamente sabemos quién le fue con el chisme a Alex.

La tensión en el ambiente aumentó instantáneamente. Todos nos miramos, sintiendo el cambio en la energía del lugar. Alex estaba claramente molesto al vernos a todos allí.

Sin decir una palabra, Alex nos observó intensamente a cada uno. Podía sentir su rabia creciendo con cada segundo que pasaba. En su mirada, parecía que intentaba encontrar una explicación para la situación, pero tal vez no encontraba las palabras adecuadas para expresar lo que sentía. Pero ese pensamiento se esfumo rápidamente cuando lo único que pudo decir fue: "Déjenme a solas con mi hermana". Sus palabras fueron cortantes y llenas de irritación. Es un imbécil.

Todos menos Sara intercambiamos miradas incómodas, sin saber qué hacer. No queríamos empeorar las cosas, pero tampoco sabia hasta qué punto era bueno lo que quería Alex.

"Alex, solo estamos aquí para apoyar a Sara", intento explicar Carlo con calma, buscando evitar un conflicto innecesario ya que el sabía perfectamente como era Alex.

"No necesitamos tanto apoyo y si tanto querías apoyarla hubieses avisado a su hermano mayor", respondió bruscamente, mirándonos a todos.

Su novia, al ver la tensión en el aire, intervino tratando de calmar la situación: "Alex, tal vez deberíamos hablar de esto más tarde y regresar al evento". Como se le puede pasar por la cabeza decirle eso, es su hermana, esta mal y ella pretende volver al evento como si nada estuviese sucediendo.

Pero Alex parecía estar cegado por su rabia y eso empeoro todo. "No necesitamos tu ayuda tampoco, vete al evento", le dijo a su novia con dureza. Sin embargo ella le miro con dureza en ningún momento se vio afectada únicamente le toco su ego, jamás querría tener una relación así es que ni se la deseo a mi peor enemigo.

Para terminar rápidamente con esto decidí decir "Es mejor que nos vayamos, todos". Diciendo esta última palabra para que la novia también se fuera. Los demás me miraron y asintieron y se fueron todos uno por uno. Solo quedábamos Sara, Alex, su novia y yo.

Finalmente, Sara rompió el silencio. "Alex, por favor, déjala quedarse."

Por un instante, pude ver la lucha interna en el rostro de Alex. Parecía que estaba debatiendo si ceder o mantener su postura. Mi corazón latía acelerado mientras esperaba su decisión. Finalmente, Alex dirigió su mirada hacia mí y luego, con un gesto apenas perceptible, asintió.

Miro a Lauren con frialdad y únicamente le dijo "Luego hablamos" ella sin mirar atrás se fue del lobby. Después de su salida, el ambiente se sintió más tranquilo, pero también incómodo. 

Entre SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora