Capìtulo 14

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Pasan los días y Sasuke no se atreve a decir nada. Solo evade darle besos a Naruto y algunas veces no puede sostenerle la mirada. Sintiendo culpa, llega tarde a casa. Sasuke. No podía evitar preguntarse una y otra vez qué estaba haciendo y cómo había llegado tan lejos. Se sentía atrapado en un laberinto de su propia creación, donde la salida parecía inalcanzable.

La relación con Naruto se desvanecía lentamente. Naruto observó con preocupación a Sasuke, sus ojos llenos de ternura y su sonrisa radiante mientras le decía con voz suave: "Sasuke, debes descansar. Trabajar tanto y estudiar sin cesar solo te desgastará". Sus palabras resonaron en el corazón de Sasuke, pero no como un bálsamo reconfortante, sino como un recordatorio doloroso de sus propias faltas.

Cada gesto amable y cariñoso de Naruto era como una daga que se clavaba más profundamente en el alma de Sasuke. Sabía que él era el responsable de todo lo que estaba mal en su relación, el causante de su propio tormento.

Las sonrisas y la felicidad que solían compartir se volvieron escasas y fugaces. Sasuke veía cómo el brillo en los ojos de Naruto se desvanecía poco a poco, reemplazado por una tristeza que reflejaba su propio tormento.

A pesar de su dolor interno, Sasuke intentó responder a la bondad de Naruto con una sonrisa forzada. Pero por dentro, su corazón estaba hecho añicos. Cada acto de amor de Naruto solo resaltaba su propia falla, su incapacidad para ser la pareja que Naruto merecía. Sentía que no podía corresponder al cuidado y la comprensión que le brindaba.

Sasuke se encontraba parado en la entrada del restaurante, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Había venido en busca de Naruto, como una promesa que había hecho, una pequeña luz en medio de la oscuridad que lo consumía.

El sonido familiar del timbre de la puerta al entrar al restaurante hizo que Sasuke se estremeciera levemente. Miró a su alrededor, buscando la figura conocida de Naruto, pero no lo vio de inmediato. Respiró hondo y se acercó al mostrador, donde una camarera lo miró con una sonrisa amable.

—Hola, ¿en qué puedo ayudarte?

Sasuke tragó con dificultad y luchó por encontrar las palabras adecuadas—. Estoy buscando a Naruto Uzumaki, ¿Está disponible?

La camarera asintió y llamó a alguien desde el interior del restaurante.

Sin embargo, en lugar de ver a su novio, sus ojos se encontraron con la figura de la chica con la que había estado, la misma chica que era el recordatorio vivo de su error.

Su mirada se encontró con la de ella por un instante, y en ese breve encuentro visual, pudo sentir el peso abrumador de su culpa. Los recuerdos de esa noche vinieron inundando su mente, el sabor del alcohol en sus labios, la confusión y el deseo que lo habían llevado por ese camino equivocado. Todo eso ahora se reflejaba en la mirada de la chica, en su expresión sorprendida y confundida al verlo allí.

Sasuke sintió un nudo en su garganta, una mezcla de vergüenza y tristeza que amenazaba con aplastarlo. Había esperado encontrar a Naruto y enfrentar la verdad, pero ahora se encontraba cara a cara con las consecuencias reales de sus acciones. Su mente se nubló por un momento, y no supo qué decir ni cómo reaccionar.

La chica pareció recuperarse primero, y una mirada de reconocimiento cruzó su rostro. Se acercó a Sasuke con una sonrisa tensa, su voz temblorosa mientras hablaba—. ¿Sasuke, verdad? No esperaba verte aquí.

Sasuke asintió lentamente, luchando por encontrar las palabras adecuadas. Sus ojos buscaban desesperadamente la salida, sintiéndose atrapado en una situación incómoda.

Antes de que pudiera decir algo, una voz familiar resonó detrás de él. —Sasuke, ¡aquí estás!

Sasuke giró hacia la voz y vio a Naruto entrando al restaurante, su rostro iluminándose al verlo. Pero la expresión de alegría se desvaneció rápidamente cuando notó la presencia de la chica a su lado.

—¡Oh, hola! —Naruto saludó a la chica con una sonrisa, pero su mirada se volvió hacia Sasuke, llenándose de confusión al notar su expresión tensa y la presencia incómoda en la habitación—. Sasuke, no te presente a mi compañera, ella es Sakura Haruno, casi siempre compartimos turnos.

—Entiendo.

Sasuke sintió una agitación interna, su mente luchando por encontrar una salida a esta situación imprevista. Quería hablar con Naruto, quería confesar y enfrentar las consecuencias, pero ahora se encontraba frente a la evidencia misma de su traición. No sabía cómo explicar lo que había sucedido, cómo decir las palabras que tanto temía.

La chica miró de uno a otro, sintiendo la tensión en el aire, y decidió intervenir—. Creo que debo irme. Fue un placer verte de nuevo, Sasuke.

Sasuke asintió con un gesto mecánico, su mente aún en un torbellino de emociones. La chica se alejó, dejándolo con Naruto, cuya mirada seguía llena de confusión y preocupación.

—Sasuke, ¿qué está pasando? ¿Por qué estás tan tenso?

Sasuke miró a Naruto, sintiendo la urgencia de hablar, de liberar la verdad que había estado atormentándolo. Pero las palabras seguían atascadas en su garganta, su miedo y su culpa paralizándolo una vez más.

—Nada, solo... mamá me regaño esta mañana —murmuró finalmente, su voz apenas un susurro.

En el fondo de su ser, Sasuke anhelaba poder abrirse y confesar sus errores a Naruto. Quería liberarse del peso de sus acciones y buscar la redención. Sin embargo, la angustia y el miedo lo paralizaban. ¿Cómo podía enfrentar a Naruto y admitir que había caído en la tentación, traicionando su confianza?

En medio de su agonía, Sasuke encontraba consuelo en los brazos de Naruto. Su abrazo cálido y sus palabras de aliento eran un destello de esperanza en medio de la oscuridad. Pero incluso en esos momentos de intimidad, el dolor persistía. Sentía que estaba manchando cada caricia y cada beso con sus propios engaños. Cada vez que Naruto lo miraba con amor, Sasuke se sentía como un impostor, un farsante que no merecía esa devoción.

La distancia emocional entre ellos se ampliaba, y Sasuke se culpaba a sí mismo por ello. El amor que una vez compartieron parecía estar desvaneciéndose entre sus dedos, y sabía que solo él era responsable de ello. Cada día que pasaba sin enfrentar la verdad, el tormento en su interior aumentaba.

Sasuke estaba atrapado en una encrucijada entre el deseo de confesar sus errores y la paralizante ansiedad de hacerlo. Mientras tanto, la distancia entre él y Naruto se convertía en una brecha que temía que nunca pudiera ser reparada.

Entonces, empezó a tomar turnos más largos. Sin siquiera pensarlo dos veces.

Sasuke entró con sigilo al departamento, tratando de no hacer ruido. Había pasado tanto tiempo trabajando que apenas había tenido tiempo para dormir, y ahora, al ver a Naruto dormido en el sofá, se sintió abrumado por una mezcla de alivio y culpa.

Se acercó a Naruto con pasos silenciosos, observando su rostro sereno en la penumbra de la habitación. La luz de la luna filtrándose por las cortinas dibujaba una suave iluminación sobre él, resaltando su cabello dorado y las líneas suaves de su expresión en calma. Sasuke no pudo evitar sentir un nudo en la garganta al darse cuenta de que solo podía estar con Naruto en esos momentos, cuando él aún dormía.

Cautelosamente, Sasuke se arrodilló junto al sofá y estudió los rasgos de Naruto. Quería tocarlo, abrazarlo y asegurarse de que estaba ahí, pero no quería despertarlo. Se mordió el labio inferior, luchando contra el agotamiento y el remordimiento que lo invadían. Había deseado estar más presente, ser capaz de compartir más momentos con Naruto, pero su trabajo se había interpuesto en ese deseo.

Deslizó su mano con suavidad por el cabello de Naruto, apartando algunos mechones que caían sobre su frente. Observó cada detalle, desde las pestañas largas que reposaban sobre sus mejillas hasta la forma en que sus labios se movían ligeramente con cada respiración.

Sasuke suspiró en silencio, una mezcla de amor y tristeza llenando su pecho. Se sentía afortunado de tener a alguien como Naruto en su vida, alguien que lo entendía y lo apoyaba, incluso cuando sus responsabilidades parecían alejarlos. Pero también se culpaba por no ser capaz de estar allí cuando Naruto estaba despierto, por no poder compartir más momentos juntos.

Con mucho cuidado, se inclinó y depositó un beso suave en la frente de Naruto, sintiendo un cosquilleo cálido en sus dedos.

—Perdoname, Naruto  —susurró en voz baja, como si sus palabras pudieran ser escuchadas por el durmiente.

Un Idiota Enamorado; SasuNaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora