Podría hacerlo. Sasuke asintió para sí mismo. Podía demostrarle al rubio que no era un juego lo que él trataba de tener. Le gustaba el rubio como nunca, ni siquiera se había sentido así por alguien más, cuando tuvo a tantas personas confesándose a lo largo de su vida.
Era popular, pero... su mirada siempre estaba concentrada en los ojos de color cielo que siempre brillaban.
—¡Sasuke! —llamó su madre, mientras lo abrazaba, y sonreía con encanto. La única Uchiha que podía ser tan clara como el agua para las emociones—. ¿Qué te trae visitar a tu abandona madre? ¿Hablaste con Naru?
—Lo hice...
—¡Perfecto! Ya me había asustado, él no es de desaparecer de esa manera, digo —volteó a verlo—. No es cómo tú.
—Lo siento.
—Tranquilo, hijo —rió la matriarca, mientras caminaba hacia el patio trasero. Allí Sasuke fue consciente de la copa de vino que ella mantenía sobre la mesita, y que no dudó en servirle—. Ven, hazle un poco de compañía a tu madre.
Asintió, hablar con su madre siempre era una de las maneras en la que podía liberar su mente hasta encontrar la respuesta correcta a todo. Bebió a su lado para calmar sus propios nervios, y miró más de una vez el estrellado cielo, ya era un poco tarde. Naruto tuvo que haber llegado a casa ya, pensó, negando para sí mismo. Sentado, mientras escuchaba la música clásica que a ella tanto le gustaba dejó escapar su pregunta.
—Mamá... tengo un amigo que tiene algunos problemas.
—¿Amigo? ¿Lo conozco? —Sasuke asintió, pero negó lentamente a lo siguiente para no parecer sospechoso. Mikoto sonrió y preguntó que ocurría con él.
—Parece que quiere salir con la persona que le gusta... pero creo que es un poco tonto.
Sasuke vio a su madre beber de su copa en lo que asintió comprensiva. ¿Había sido mejor decirle que se trataba de él? No, eso solo serviría para ser el centro de broma de su propia madre—. Entonces, ¿Por qué no lo invita a salir? No es más fácil ser directo con lo que quiere.
¿Directo? Quizás, pero ya había hecho peores cosas, y bombardearlo con las posibles opciones que tenía, podría asustarlo.
—No creo que la persona que le guste a tu amigo vaya a negarse. Digo, si tiene confianza en sus sentimientos, entre menos dude sería lo mejor.
Dudar, sí, eso era lo que estaba haciendo, pero igual quería que fuera perfecto para él. Ya había dejado una mala imagen de quien era su mejor amigo, y que pronto sería su amante—¿Crees que eso funcione? —Mikoto asintió sonriente, extendió su mano, pellizcando su mejilla.
—Créele a esta madre, dile a tu amigo que, si esa persona de verdad le gusta que sea completamente sincero con sus sentimientos, y que no tarde. Tu padre casi me pierde por ser un lento.
Sasuke continuó escuchando como su madre volvió a recodar ese pasado en donde sus padres se iban conociendo, incluso como iba su padre siendo alguien tan indeciso. Quizás eso lo había sacado de él, aunque... no era con una chica. Sasuke miró a su madre, quien seguía mirando hacia el cielo perdida en sus recuerdos. ¿Sabría decirle a ella que se trataba de su fiel amigo rubio? ¿O cuál sería la reacción que haría cuando lo escuchara?
Arrugó su expresión con solo imaginar quizás el horror en su mirada. No, aun tendría que esperar para decirle.
—Sasuke... ese amigo tuyo, ¿Es alguien nuevo? ¿Cuándo me lo vas a presentar? ¿Naruto ya lo conoce?
—Cuando no este ocupado —contestó de inmediato.
Itachi parecía haber sacado lo perceptivo de su madre. Ambos eran de temer. Antes de que su madre siguiera preguntando, el timbre sonó dos veces. Su madre sonrió, y se levantó sin dudarlo con una orden simple para él.
—Espérame aquí, cariño, no tardo.
Sasuke cerró los ojos, y la escuchó caminar hasta la puerta, como esta se abrió, y luego nada. Quizás se trataba de alguien equivocado. No tendría ni idea, bebió de su copa, y respiró profundo. Si quería tener la completa confianza de Naruto en él, debía esforzarse más. Escuchó como la puerta fue nuevamente abierta, por lo que pensó que seguía siendo su madre.
—¿Quién era? —preguntó al aire, pero no hubo una respuesta, por lo que abrió los ojos, notando como la mirada azulada y divertida lo observaba tan cerca de su rostro—. Dobe.
—¿No me esperabas, teme? Creí que estabas aun en el trabajo.
—Sali antes, ¿Tú?
—Tenía una cita con la señora Mikoto —Sasuke miró detrás de él, notando la ausencia de su madre—. Tuvo que salir, dijo que volvía, que no iba a tardar.
Sasuke asintió para sí mismo, y no pudo evitar recordar lo que ella había dicho. Si perdía la oportunidad en aquel momento, se convertiría en un idiota, teniendo a quien tan bueno para él. Tomó de la muñeca al joven, atrayéndolo a su regazo, notando la sorpresa en su mirada.
—¿Qué haces, teme? Tu madre llegar en cualquier momento.
—Puede ser...
—¿Entonces?
Sasuke no dudó en dejar caer un beso sobre sus labios, calmando sus propios latidos. Estaba nervioso, y no podía evitarlo. No quería dañar lo que ya tenia con él, aunque lo había echo hace mucho antes. Quería que Naruto estuviera para él, como él para el rubio.
—Sasuke...
—Me gustas...
Sasuke sostuvo su mirada, y había algo que Naruto notó, el pequeño brillo honesto en ellos, además del rojo que empezó a crecer en las puntas de sus orejas—. Puedo prometerte que trabajaré todos los días para ser mejor, para merecer tu confianza....
Los dos se quedaron en silencio, sintiendo la tensión que flotaba en el aire. Naruto parecía debatirse internamente, mientras Sasuke esperaba pacientemente su respuesta.
Después de un largo momento, Naruto finalmente habló con voz quebrada—. No sé si puedo confiar en ti otra vez, Sasuke.
Sasuke extendió su mano hacia Naruto, esperando que aceptara su oferta de redención—. Intentémoslo, confía en mi dobe —dijo con sinceridad.
Naruto vaciló por un instante, pero finalmente tomó la mano de Sasuke, una pequeña chispa de esperanza encendiéndose en sus ojos—. Está bien, Sasuke. Hagamos esto juntos —susurró Naruto, permitiendo que el amor y la incertidumbre se mezclaran en su voz.
Las barreras que había construido comenzaron a desmoronarse, dejando al descubierto sus propias inseguridades y miedos. Lentamente, el resentimiento se mezcló con la tristeza y la confusión.
Extra:
La puerta fue abierta con calma, mientras un suave tarareo se fue acercando a la sala de la casa. Se escuchó un jadeo, en lo que se detenía frente a la encantadora imagen. Mikoto, los encontró durmiendo juntos en el sofá. La sorpresa se reflejó en su rostro, pero rápidamente se transformó en una sonrisa cálida y llena de amor. No dudó en sacar su móvil y tener una foto para el futuro.
—Quizás la coloque en su boda —pensó en voz alta, en lo que alejaba hasta su propia habitación con una alegría que nadie parecía que le arrebataría.
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Un Idiota Enamorado; SasuNaru
FanficAntes de que siquiera la matriarca Uchiha supiera sobre los sentimientos de su hijo menor, y pensara en llevarlo a un psicólogo incluso a un oculista, antes que fuera a planear un futuro sin el consentimiento de su hijo. Hubo alguien quien dudó por...