El Secreto Que Compartimos (Chat Noir/Adrien y tú) [PAUSADA]

3. Buenas Acciones

Al día siguiente...

Narra _____

―Y una vez allí, vimos el atardecer juntos, hablamos un poco y luego me llevó a casa…

―Suena lindo.

―¡Por supuesto que fue lindo!, ¡fue el mejor día de mi vida!

Kagami suelta una risa suave y puedo imaginarla negando con la cabeza al otro lado de la línea.

―Me alegra que cumplieras tu sueño de conocer a Chat Noir, _____, pero…

―Y además es tan encantador y divertido. No sé por qué dicen que es presumido y egocéntrico, no lo es… tanto.

―_____…

―Oh, y es tan coqueto, pero no coqueto en el mal sentido, coqueto en el buen…

―¡_____! ―me detiene―, ¡escúchame! ¿Puedes decirme dónde estás?, ¡llevo buscándote por toda la escuela desde hace veinte minutos!

―Te dije que me iría antes, ¿no me oíste? ―El semáforo se pone en verde y me apresuro a cruzar la calle. Kagami suelta un suspiro.

―Claro que te escuché, pero también dijiste que irías a ver a Adrien, así que asumí que estabas mintiendo ―responde con tono obvio.

―No voy a "ver a Adrien", sólo le daré su brazalete y seguiré hacia la panadería.

―¿Escuché bien?, ¿realmente le estás haciendo un favor al chico que odias? ―su incredulidad me hace rodar los ojos.

―Es sólo mi buena acción del mes ―digo con simpleza.

―Sí, cómo no… ¿qué fue lo que hiciste?

―¿Por qué asumes que hice algo malo?, ¿es que no puedo ser una buena compañera de vez en cuando?

―Por supuesto, y yo no soy asiática.

―¡Ay, vamos! ―me quejo y ella ríe―. Ya estoy llegando, así que te llamaré luego ―cuelgo la llamada justo cuando alguien más choca conmigo. Pierdo el equilibrio y caigo sobre mi trasero soltando un quejido ahogado.

Dijeron "arriba las chicas lindas" y me caí.

―¡Lo siento tanto! Siempre soy tan distraída…―balbucea la otra persona poniéndose de pie. Estira la mano hacia mí y sus ojos se abren con sorpresa cuando me quito el pelo de la cara―. ¿_____?

―Hola, Marinette ―la saludo con una sonrisa y tomo su mano para impulsarme hacia adelante.

―Lamento no haberme fijado, ¿estás bien?

―No te preocupes, no es la primera vez que nos chocamos así ―bromeo intentando hacerla reír.

―Tienes razón ―dice y ríe con algo de pena―. Es que iba con prisa y no me fijé.