Narra ____
Me detengo frente a la panadería respirando con dificultad y apoyo mi peso sobre las rodillas buscando recuperar el aliento.
La sensación de mis labios sobre su piel aún sigue presente y me es imposible no sonreír como una boba.
¿Cuántos años tienes?, ¿ocho?
Ay, cállate. Estoy feliz…
Entro a la panadería una vez que logro calmarme y lo primero que recibo es un fuerte y cálido abrazo, cortesía de Tom Dupaing, junto a la mirada preocupada y maternal de Sabine Cheng.
Mis preciados jefes.
―Cielito, debió ser tan difícil… ―dice Sabine tomando mi rostro entre sus manos con ternura y preocupación.
―¿Qué?, ¿a qué se refiere?
―Marinette nos contó lo que pasó. Estar frente a un villano debe ser tan aterrador… ―su voz es dulce y el abrazo de Tom se vuelve más apretado, haciéndome reír un poco.
―No se preocupen, estoy bien. Chat Noir y Ladybug me protegieron. ―Mi respuesta parece quitarles un peso de encima.
―¿Oíste, cariño?, te dije que estaría bien ―Tom se relaja y me libera de su abrazo protector.
Sabine eleva una ceja.
―¿Ah, sí?, porque yo recuerdo algo muy diferente ―empieza con tono divertido―. Marinette tuvo que detenerlo de ir a buscarte. ¿Puedes creer que casi se pone a llorar?
Tom se cubre el rostro con las manos y ambas reímos. Ahora es mi turno de rodearlos en un fuerte abrazo.
―Gracias por preocuparse por mí. No sé qué haría sin ustedes ―confieso con total honestidad.
―Siempre estaremos aquí para ti, _____ ―la suave voz de Sabine es reconfortante.
―Lo sé.
―Y no vuelvas a enfrentarte a un villano por tu cuenta, es peligroso. Deja que los héroes se encarguen... ―el regaño no iba a quedar en el olvido, por supuesto que no.
―No lo volveré a hacer, lo prometo.
Sabine me sonríe y se va. Ya casi es la hora de la cena, por lo que nos deja la tienda a mí y a Tom.
―Yo sí estoy muy orgulloso de ti, ____. Lo hiciste genial ―murmura él con una sonrisa cómplice antes de dirigirse hacia la despensa para hacer el último control de ingredientes del día.
En cuanto vuelvo a estar sola, niego divertida y me dejo envolver por el delicioso aroma a galletas y pan recién horneado que siempre llena el lugar. La calefacción me permite quitarme el abrigo y mientras intento atar los lazos del delantal alrededor de mi cintura, la puerta se abre, mostrando la gran sonrisa de Marinette.
―Hola otra vez ―me saluda y me ayuda con el delantal.
―Te ves de buen humor ―comento mientras empiezo a reorganizar el mostrador.
Marinette abre los ojos con sorpresa y sus mejillas se vuelven de un rojo intenso.
―Bueno… sí. Las cosas con el chico que me gusta van muy bien ―juega con sus manos de manera nerviosa y sonrío con ternura.
―Esas son buenas noticias. ¿Han avanzado mucho?
Marinette niega con fuerza y suelta un suspiro.
―No realmente, pero… él aún conserva el regalo que le di. Dice que es su amuleto de la buena suerte.
La mención de un amuleto me trae el recuerdo de Adrien al instante, y sacudo la cabeza para alejarlo todo lo posible.
¿Es que acaso todos tienen un amuleto de la suerte últimamente?
Quizás debería conseguirme uno también…
―¿Ya me dirás quién es?, tengo mucha curiosidad ―agito las pestañas en una súplica y Marinette aprieta los labios.
―Te lo diré cuando le confiese mis sentimientos ―promete.
―¿Estás diciendo que vas a confesarte pronto?
―No lo sé, aún… aún estoy pensando en éso.
―Bueno, tienes todo mi apoyo, ¿está bien? ―ella asiente con la cabeza y juega con sus manos en un gesto nervioso.
―Oye, _____, había algo que quería preguntarte… algo sobre hoy…
El recuerdo de lo que pasó más temprano y el modo en el que le hablé llega de nuevo a mi memoria y me siento mal por haberlo olvidado.
―Espero no haber sonado muy brusca antes ―me apresuro a decir. Marinette sonríe y agita la mano, quitándole importancia.
―¿Qué? ¡Oh, no, descuida!, no me refería a éso.
―De todos modos lo lamento.
―Descuida, en parte también fue mi culpa. No debí preguntar algo que no me correspondía. Pero cuando se trata de Adrien, suelo ser… un poco intensa.
―Bueno, es tu amigo. Es normal que sientas curiosidad cuando le cae mal a alguien más… ―mis palabras parecen sorprenderla.
―Espera, ¿estás diciendo que te cae mal? ¿Adrien?, ¿ése Adrien?
Su incredulidad sólo me hace reír.
―¿Qué quieres que te diga?
―¿Cómo es éso posible? ¡Adrien es un chico increíble! ―exclama enumerando con sus dedos―. Es tierno, dulce, atento, guapo, inteligente, cálido, divertido, bueno en los deportes. ¡Vamos, él es perfecto! ―su repentina emoción me hace sentir un nudo en el estómago.
Éso mismo pensaba yo...
―Bueno, todas las personas tienen un lado inesperado, ¿no lo crees? ―es todo lo que alcanzo a decir antes de que ella niegue.
―Adrien no es así. Lo conozco. Es amable con todo el mundo. Sé que él no sería capaz de...
―¿Hace cuánto lo conoces? ―la interrumpí. No es que me moleste su intensa adoración por el chico, pero… empiezo a marearme.
―Un año y medio ―contesta orgullosa―. Somos muy buenos amigos. Probablemente fue un mal entendido, deberías conocerlo mejor.
―Lo conozco hace ocho años ―confieso muy a mi pesar―, ¿debería conocerlo más?
La mueca de Marinette me resulta divertida y muerdo el interior de mi mejilla para evitar regodearme.
―¿Ocho… años?
―Sí, ya sabes, nada de lo que quiera hablar ahora. ―Fuerzo una sonrisa y le dejo en claro con una mirada que no seguiré hablando sobre ello.
Es decir, ¿por qué querría seguir hablando del chico que rompió mi corazón?
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El Secreto Que Compartimos (Chat Noir/Adrien y tú) [PAUSADA]
FanficEmbarazarme del chico que odio jamás estuvo en mis planes, pero aquí estamos... ❁❁❁ ꕤ HISTORIA BASADA SÓLO EN LA PRIMERA TEMPORADA Y CON ALGUNOS PERSONAJES DE LA SEGUNDA. ꕤ Las edades fueron cambiadas para adaptarse a la trama. ESTADO: PAUSADA ¡Qu...