23. Golpe de Realidad

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Narra Adrien

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Narra Adrien

Juro que quiero seguirla. Correr detrás de ella y pedirle que me escuche, que hablemos, que enfrentemos ésto juntos, pero no puedo. Mi cuerpo no me hace caso.

¡Vamos, imbécil, reacciona!

No quiero perderla por un malentendido. No quiero que piense que está sola. No quiero que me odie más de lo que ya lo hace.

Maldición, Adrien, muévete… ¡ve tras ella!

―¿Qué fue éso? ―la sorprendida voz de Plagg me saca del trance en el que me encontraba―. ¿Acaso dijo… embarazada?

―¿Tú qué crees?

―¡Así que está embarazada! ―exclama volando de un lado a otro, como si acabara de oír la noticia.

―Baja la voz…

―Espera… ―dice de pronto, deteniéndose para analizar la situación―, ¿por qué te lo diría a ti?, ni siquiera son amigos…

Y luego dice que yo soy lento.

―A menos que… no. No, éso no puede ser, ¿o sí? ―está hablando consigo mismo. Y sí, es tan raro como suena―. Nah, es imposible. Tú y ella jamás…

¿Jamás?

Auch.

―De acuerdo, mientras tú lo analizas, yo regresaré a la fiesta. Necesito encontrar a _____ y hablar con ella cuanto antes.

Me doy la vuelta y me dirijo hacia la puerta justo cuando la voz de Plagg se oye de nuevo a mi espalda.

―Tal vez no soy un experto en reproducción humana, pero empiezo a creer que pasó algo entre ustedes dos de lo que no estoy enterado ―acusa y yo ruedo los ojos.

―¿Qué podría pasar entre ella y yo? Tú mismo lo dijiste. Es imposible ―repito en un intento por desviar sus pensamientos lo más lejos posible del tema, pero ya es demasiado tarde para éso.

―¡Espera! ¡Sí pasó! ¡En Italia!

Demonios.

―No pienso hablar del tema contigo, Plagg ―lo detengo incluso antes de que empiece a hacer preguntas.

Porque ni siquiera yo recuerdo qué fue lo que pasó ésa noche.

―¡Sabía que el banquete del hotel era una trampa! ―farfulla para sí mismo con tono sospechoso.

―Plagg, ya es suficiente ―gruño, frotándome el rostro con las manos―. Necesito pensar y no puedo hacerlo si tengo que oír tus quejas a cada rato.

El minino rueda los ojos y se acerca a mí sólo para darme un golpe en la frente.

―¿Qué necesitas pensar? Es tuyo, ¿no?, el bebé, quiero decir.

El Secreto Que Compartimos (Chat Noir/Adrien y tú) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora