capitulo 8

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Capítulo 8

Riley.

Que sucede con el idiota de las carreras, que llegó a pensar que era yo, una estúpida a la cual inventan a salir y dice que si porque estoy
Muy necesitada.

conmigo se equivocó, conmigo las cosas son mi diferentes.

No puede ocultar que a primera vista me callo de maravillas, mientras habla con él, pero el cómo me propuso que fuera a cenar con me molesto y mucho. El creyó que de seguro era la típica chica que le diría que si luego de unas cuantas palabras.

Ay chico de las carreras no sabes lo que te espera.

Voy manejando por las calles de Italia, y me es inevitable no pensar en él, Es cierto que Colin es muy guapo, Olivia no mentía al decirlo. Ahora que recuerdo, no era que tenía una relación con una dichosa modelo italiana.

con que así es que juega el Ferrari Boy, manteniendo una relación pública y aun así se toma el atrevimiento de invitar a otras chicas a salí con él .

Dios, pero sin vergüenza es este niño.

Me obligo a salir de mis pensamientos ya que llego a mi departamento, entro a la residencia y me encuentro con el señor Darío y Thomas, ambos se encuentran conversando y tomando chocolate caliente.

Me acerco a donde se encuentran.

—buenas noches señor Darío cómo se encuentra.— Saludo cordialmente y poso mis ojos en Thomas. —Thomas ¿Qué tal? — Con el sí que no soy tan amable.

—Nos encontramos bien, señorita Riley, gracias por preocuparse.

Le muestro una linda sonrisa al señor Darío.

—Te llego un obsequio esta tarde. — Informa Thomas bebiendo de su taza.

—¿A mí?

—¿Acaso viven otras chicas que sean bailarinas en el edificio? — Rueda los ojos en mi dirección. —¿y que se llamen Riley?

El señor Darío nos observa con diversión.

—Tan amable mi amigo—. Le respondo sarcásticamente.

Me saca la legua y yo a él.

Idiota.

—¿Donde está mi regalo, Thomas?— Con una mano muevo mi cabello hacías tras. A Thomas le fastidia que lo trate así, odia cuando me comporto como una antipática

—Solo agradece que es mi trabaje Riley, porque si no le hubiera dado una parte del regalo a cada persona qué pasó por mi lado hoy.

—¿No te atreverías? — lo reto

—Pruébame, enana.

Lo veo dirigirse a los lockers perderse por el largo pasillo.

—todavía son unos niños. — Dice el señor Darío con una gran sonrisa.

—Sí, pero a pesar de todo somos buenos amigos. Le informo.

Varios segundos transcurre y veo cómo se aparece Thomas con un bello ramo de rosas blancas y quedó boquiabierta. Esas son para mí. No lo creo. Thomas llega hasta donde me encuentro todavía pasmada, ante de entregarme el ramo me entrega una nota.

—No sabemos quién La haya enviado, solo dicen que son para ti.— Me informa Darío a ver qué no articulo palabras.

Tomo el ramo en mis manos y subo directamente a mi piso. Cuando me encuentra en mi sala, me dedico a leer la pequeña nota.

Amor a alta velocidad (Run 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora