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Jungkook:

"Mi juego"

Misuk realmente no sabía en lo que se estaba metiendo, y yo tampoco entendía porque a pesar de todo su rechazo seguía detrás de ella, cuando claramente tenía que ser al revés. Pero por fin tenía a Misuk tal y como la quería, ella ya no se negaría a nada de lo que yo le pidiera.

Aunque tenía que ser sincero conmigo mismo, y aceptar que después de que me comí todo el coñito delicioso de Misuk, tuve que ir a darme un baño de agua fría y bajar por mi mismo la erección que ella había provocado. Nunca había probado a alguien tan dulce, Misuk definitivamente era la chica que yo estaba buscando para mis fetiches más oscuros.

Luego de todo lo ocurrido, ella se sonrojaba cada vez que me veía, pero está vez un poco más desvergonzada, me sonreía pequeño y me hablaba inocentemente. No iba a negar que era muy atractiva verla de esa manera, aunque Misuk era atractiva de todas las maneras habidas y por haber. Ni siquiera ella era consciente de la belleza que cargaba. Aún así, mi vida tenía que volver a su rutina, el trabajo no lo podía dejar de lado, y aunque quisiera quedarme en casa disfrutando de Misuk, no podía.

Pasaron al rededor de cuatro días luego de nuestro encuentro, mis días de basaban en lo mismo, salía temprano, desayunaba en el trabajo dejando que Misuk durmiera hasta un poco más tarde, me pasaba el día de reunión en reunión, hablando con personas importantes para luego volver tarde a la casa, ver la cena servida pero no a Misuk por ningún lado. Claramente ella dormía temprano, y yo no me iba a quejar por ello.

En resumen, no había podido encontrarme con Misuk durante cuatro días seguidos debido a mi atareado trabajo.

Y a pesar de que ahora tenía un entretenimiento que me gustaría aprovechar, mi trabajo era importante. Además de que sabía que a Misuk no podía meterla en el mundo del sadomasoquismo de un día para otro, tenía que ir con calma con ella, y eso lo tenía claro, además de que tenía que firmarme un contrato aceptando ser mi sumisa y aceptar cualquier tipo de trato que yo le diera, fuera malo, bueno o doloroso.

Y también, ella tenía que marcar algunos límites, los que no marcaba con mis anteriores sumisas y debido a ello casi maté a la última que tuve, Jimin y Tae me dijeron varias veces que tenía serios problemas con la ira, y lo sabía, había veces que me cegaba completamente y terminaba maltratando de más a mis sumisas, y eso no era lo que quería con Misuk, además de que Misuk parecía el tipo de chica frágil, que con el mínimo error, la perdería por completo, por eso, tenía que tener cuidado.

Cuando llegué a la casa, aparcando mi Mercedes Benz, entré a mi casa quitando mi corbata y tirando mi bolso en el sofá de la sala. Estaba agotado, podía sentir como los párpados me ardían y amenazaban con cerrarse en algún momento del cansancio. Trabajar hasta tarde no era para nada divertido, trabajar no era divertido, pero era necesario.

Me quité los zapatos en la entrada de muy mala manera y fui dejando prendas de ropa a medida que me acercaba a la cocina, quedándome solamente en el pantalón de pinza azul oscuro, del cual tuve la necesidad de desatar el cinturón, justo en este momento todo me asfixiaba, y al estar casi desnudo, en medio de la cocina, me hacía sentir muy cómodo.

Abrí el refrigerador en busca de alguna bebida, encontré mis Banana Milk bien acomodadas y no dudé en agarrar una, vi como en la barra se encontraba mi cena tapada, y me senté en uno de los taburetes altos para cenar. Tenía que admitir que Misuk tenía buena mano para la cocina, su comida era deliciosa y ya me estaba acostumbrado a comerla todas las noches y no dejar nada de nada en los platos.

Me mantuve viendo mi móvil mientras comía, entretenido en un video aleatorio de Youtube, solo hasta que sentí unas pantuflas que se arrastraban por el suelo llevadas por una chica en pijama y con una cara de sueño total, al parecer, hoy me estaba esperando. Porque cuando me vio cenando y ambos conectamos nuestras miradas, ambas muy cansadas, ella me sonrió, yo no lo hice, pero a ella le dio igual, estaba acostumbrada a mi actitud neutra y sin ningún tipo de emociones, a mí lo único que me hacía sonreír, era el placer. Las cursilerías de ver al amor de tu vida y sonreír, no iban conmigo, no sabía que era el amor y tampoco quería descubrirlo.

Unholy › jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora