17. The Edevan's Dynasty

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Corbyn

La cabaña en la que me encerraron... no era exactamente una cabaña.
Tapé mi nariz al percibir el hedor de excremento animal y tiré de la puerta, intentando abrirla en vano.

Oí risas provenientes de fuera y tenía demasiado claro que se estaban burlando de mí y la situación en la que me habían atrapado.
Bufé molesto.

No había hecho nada maquiavélico, nunca. Y menos a esas mujeres, pero aún así me odiaban.
Odiaban lo que representaba.

Me quité el pañuelo con el emblema de la familia real de Lectus y lo tiré al montón de excremento antes de dejarme caer en la tierra.
Ser príncipe solo me traía problemas.

Seguramente fue mi padre el que dañó tanto a estas mujeres. Él si cumplía perfectamente con el papel de rey malvado y no culpaba a las integrantes de la aldea en pensar igual de mí.

¿Adela pensaba como ellas? Negué con la cabeza. No podía ser, sino, no se hubiera encaminado en un viaje tan largo con alguien como yo.

¿Estaría bien? ¿De verdad aquella mujer era su madre? Se parecían, físicamente. Y las dos parecían tener esta obsesión extraña con los dragones. Debía de estar sorprendida por aquella relevación y también asustada.

Suspiré y dejé caer mi cabeza en la puerta, hasta que ésta se abrió de improvisto y caí de espaldas en el césped de fuera.

La supuesta líder de la aldea me miró desde arriba con las cejas alzadas e intenté levantarme rápidamente para pasar menos vergüenza.
Su cara me hizo saber que ella no estaba muy contenta con mi presencia.

—¿Cuál es tu nombre? —preguntó fría.

—Corbyn Matthew Besson.

—¿Besson? —su entrecejo se frunció con confusión y yo asentí despacio.

—Así que al final hubo un cambio de Dinastía —susurró para sí misma pero lo escuché a la perfección, lo que creó mil dudas en mí.

¿Por qué le interesaba aquello? La monarquía de Aslondor no tendría que tener relevancia en una aldea tan alejada y rodeada de dragones.

—¿Dónde está Adela? —interrumpí sus pensamientos y por fin se volvió a centrar en mí.

—No es de tu incumbencia —su tono volvió a endurecerse y me golpeó levemente con su lanza en el costado de mi hombro.

Aquello me molestó y alcé bien el cuello para hacerla saber que no la temía y podía desafiarla—. No entiendo tu malhumor u odio hacia mí, no te he hecho nada y no te conozco. No conozco a nadie de esta villa, por lo que creo merecer alguna explicación ante esta absurda situación.

—¿Absurda situación? —bufó incrédula y me volvió a golpear hasta que retrocedí un paso—. Esto es lo que hemos tenido que hacer para sobrevivir y escapar de hombres como tú.

—¿Hombres como yo?

—Nobles —soltó entre dientes y aguanté el aliento—. Nobles que utilizan su poder para conseguir todo lo que quieren y después te dejan tirada. Hombres que matan a hermosas criaturas solo por diversión.

Mojé mis labios nervioso. Era obvio que yo no era así, pero no podía hablar igual de mi padre ni de sus antepasados y menos de la familia Malik.

—No soy así —volvió a bufar y se cruzó de brazos.

THE PRINCE; C.B Donde viven las historias. Descúbrelo ahora