Capitulo 5

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Ya había pasado un mes desde que vino la nueva maestra, y seguía sin gustarme.

Hoy es el último día de clases.

Me arreglé como de costumbre para ir al instituto.

Lastimosamente mi mamá no está, le cambiaron el horario en el hospital. Lo raro de todo fué que la noté más sonriente, no me malinterpreten, me gusta que sonría, pero es curioso, ella no suele reír mucho, siempre está cansada.

Me preparé un sándwich y tomé un jugo de naranja.

Fuí a mi cuarto a traer mi mochila junto con el dinero que siempre me deja mi madre.

En la entrada  del instituto pude divisar a Calleigh a lo lejos, hizo un saludo con su mano.

Cuando estuvimos juntas, se nos unió Jack.

—¿Adónde irán ustedes? —preguntó Calleigh, muy emocionada.

—Yo iré a visitar a mi abuela y de paso, nadar en la gran piscina que tiene —respondió el sin sentimientos.

—Yo, no sé, mi mamá seguramente estará ocupada en el hospital y no tengo con quien salir.

Los se pusieron al frente mío, así que aproveché para alisarme la falda de mi uniforme y evitar su mirada.

—Yo voy a visitar a mi mamá, y juntas iremos a nadar en una playa.

¡Qué bien!, yo era la única que no tenía planes para las vacaciones de verano.

Llegamos a la puerta de nuestro salón y nos dirigimos a nuestros lugares de siempre.

Hoy tocaba literatura a primera hora. La maestra Hillary entró al salón con su sonrisa encantadora, todos los chicos del salón la miraban embobados. Jack, por su parte, estaba hablando con Calleigh.

Como siempre, pidió silencio y empezó con su clase.

A la hora de cambio de clase, vió que mis dos amigos hablaban nuevamente y le dedicó una mirada horrible a Calleigh. Definitivamente ella está interesada en Jack.

No lo quería admitir porque pensé que eran cosas mías, pero con lo de hoy, está confirmado.

En el recreo se repitió nuestra rutina de siempre.

Faltaban cinco minutos para que tocaran el timbre, Jack se adelantó al salón y Calleigh se fué a comprar un borrador, le robaron el que acababa de comprar, es horrible este instituto.

En infraestructura no, pero habían personas que no tienen valores.

Fuí rápido al baño. Escuché que unas chicas entraron y hablaban de lo guapo que es Jack, decían que sus labios eran lindos, sus ojos, que sus lunares, su cabello...

¡Dios, dame paciencia!

Cuando ya no las escuché más, decidí salir del baño, para mi sorpresa, las encontré en el pasillo. Me voltearon a ver, avergonzadas. Supongo que porque saben que soy amiga de Jack. Me gustaría ser la mejor amiga, pero no ha dicho si prefiere darle el título a Calleigh.

Ví mi móvil un segundo para verificar la hora.

¡Oh, no! Falta un minuto.

Salí corriendo, llegué con la respiración entrecortada a la puerta, gracias a Dios el siguiente maestro aún no llegaba.

Caminé a paso lento hasta llegar a mi pupitre. La clase empezó cinco minutos después, cuando el maestro llegó y sacó su plan de clases.

Todo iba bien, hasta que sonó el timbre de salida, todos salieron corriendo, desesperados, supongo que necesitan las vacaciones.

Como siempre, nos quedamos los tres de último, salimos caminando por los pasillos rumbo a la salida.

Calleigh caminaba como toda una top modell, Jack, también, digo, como un modelo. Yo, con un paso perezoso, siempre me regañaban por mi forma de caminar, a veces arrastro mis zapatos en la calle, por eso se me dañan rápido, je je je.

En uno de los pasillos que teníamos que atravesar, nos topamos con la nueva, no tan nueva, maestra.

Le sonrío a Jack, el chico ni siquiera le devolvió la sonrisa.

Por primera vez, me alegra que sea sin sentimientos.

Seguimos andando, ví de reojo que se quedaba parada, observándonos, más bien, a Jack.

Nos despedimos de nuestro amigo porque mañana se irá a visitar a su abuela.

Calleigh me acompañó unas cuadras más.

Nos despedimos con un abrazo, voy a extrañarla mucho. Es mi única amiga.

Visitará a su mamá porque casi no la vé, sus padres se separaron hace dos años, fué difícil para ella superarlo y actualmente vive con su padre.

Abrí la puerta principal, mi mamá aún no ha llegado. Encendí la televisión y decidí ver una película, I believe.

Ese niño pequeño me ha tocado el corazón. Me gusta que desee escuchar la voz de Dios, a pesar de que sus padres no querían que leyera la Biblia.

Mi parte favorita es cuando la mamá le dice que no lea la Biblia porque no quiere que en el futuro se arrepienta de hacerlo.
Y, su respuesta fué contundente: ¿Y si me arrepiento de no haberlo hecho?

Después de haber hecho mis tareas y como no había nada más que hacer, me fuí al cuarto de baño a ducharme, me puse mi pijama y a buscar con qué entretenerme mientras viene mi mamá.


***


¿A cuántos les robaron en su colegio?


¿Cuántos salían corriendo el último día de clases, antes de las vacaciones?

Y por último, ¿Cuántos caminan arrastrando los pies?

Dejo estas preguntas para interactuar con ustedes y conocerlos mejor. Agradezco el apoyo que le dan a esta nueva historia.

AMANDO EN SILENCIO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora