𝗦𝘂𝗳𝗳𝗲𝗿𝗲𝗱 𝗳𝗿𝗼𝗺 𝗮 𝘀𝘁𝗿𝗼𝗸𝗲 [035]

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Me había levantado con un fuerte dolor de cabeza, al parecer estaba en una especie de camilla.

Estaba en uno de los hospitales de la prisión.

¿Qué me paso?- susurre mirando a todos lados.

Señorita, porfavor mantengase quieta, sufrió de un golpe severo en la cabeza- dijo un enfermero que se acercaba a mi.

¿Disculpe?- pregunté confundida.

No recordaba nada de lo que me había pasado, sólo recordaba que estaba luchando con Meredith y Keyla, supongo que con otras mujeres.

No sabía si mi conciencia era buena, si estaba bien.

Tuvo un golpe severo, al parecer golpearon su cabeza contra una pared- dijo el hombre examinando mi cabeza.

Y ahí fue cuando recordé todo lo que había pasado.

¿Dónde están?- pregunté.

¿Quién? ¿Las que la golpearon?- preguntó.

Si ellas- dije mientras tocaba mi cabeza.

Ellas vinieron al hospital, vi algunos golpes que tenían, no fue tan grave- dijo este.

¿Sabé si el guardia les dio un castigo o algo así?- pregunté.

Si, las castigo al igual que usted- dijo el enfermero.

¿Por qué mierda yo?- dije alterada.

Más respeto señorita, usted también causó heridas, porfavor no se mueva- dijo el enfermero.

Me quedé quieta, mientras este pasaba por mi brazo izquierdo un tensiómetro, para medir mi presión.

Inhale, exhale- me ordenó el enfermero.

Le hice caso y empecé a inhalar, exhalar.

¿Listo?- pregunté.

Si, lo hizo excelente- dijo el enfermero mientras quitaba el tensiómetro.

¿Sabe a qué horario son las visitas?- pregunté.

Después de las cinco p.m.- dijo el enfermero anotando unos expedientes.

Muchas gracias- dije mientras examinaba el lugar

¿Su edad?- preguntó el enfermero.

¿Para qué la necesita?- pregunté.

Es mi deber saberlo, estoy rellenando unos expedientes sobre su salud- dijo aquel enfermero.

Tengo veintiuno- respondí.

Este no respondió y siguió escribiendo.

Le recomiendo que no te metas en peleas y que no vuelva a suceder- dijo este sin quitar la vista de los papeles.

¿Por qué?- pregunté confundida.

Señorita, yo no estoy disponible las veinticuatro horas aquí, sólo duro nueve, si se llega a lastimar no estaré para cuidarla- dijo el enfermero.

¿Nuevo escape? Claro que si, ya tenía todo ideado en mi cabeza.

Se lo que piensa, no puede escapar de aquí, si la llevan a un hospital estará vigilada, muchas mujeres lo intentaron y fueron llevadas al calabozo.- dijo el enfermero.

¿Cree que estaría tan loca como para hacer eso?- dije mintiendo.

Señorita, soy médico, se lo primero que piensan las mujeres, se leer el lenguaje corporal de las personas- dijo el enfermero.

Debe enseñarme eso- dije sonriendo.

Soy enfermero, no maestro- dijo el hombre serio.

¿Cómo aprendió eso?- pregunté.

𝗔𝗺𝗮𝗿 𝗘𝘀 𝗠á𝘀 𝗗𝗶𝗳í𝗰𝗶𝗹 𝗤𝘂𝗲 𝗠𝗮𝘁𝗮𝗿. ; Tom And Bill Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora