C A P Í T U L O 5

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"Oh, vamos, Force, ¿podes dejarlo ya? Lo estás asustando."

Escuché la voz de Ford y lo divisé a un lado de todo el escándalo, estaba rodeado por unos cuantos adolescentes mirones, mientras Force y todos sus amigos continuaban riéndose, seguro de mi rostro asustado. Sun era alto, muy alto, y cuando agarró mi brazo, no pude evitar gemir de dolor, no porque doliera en sí, sino porque no quería que me tocara, me sentía de nuevo el estúpido omega que se dejaba llevar por todo.

"Vamos, Fourth, no te resistas, no querés que use la voz y te veamos mearte en los pantalones, ¿no? Sun entrará en celo muy, muy pronto, podes servirle bien, además según las revistas bien sabes servir hasta a millonarios, ¿no?" Mi mirada viajo por la gran cantidad de personas que nos rodeaban, incluso ahora sabía por qué Ford no se acercaba, dos amigos de Force lo tenían bien sujeto de sus brazos, impidiéndole avanzar, ¿quién más abogaría por mi? Incluso los profesores se alejaban de escenas como esta, nadie se mete con un alfa cazando a un omega, yo era el omega, Sun el alfa y su mirada era el perfecto método para hacerme doblegar.

"Force ¡Basta!" La voz de Ford ya parecía algo distante, la mirada de Sun me estaba consumiendo, sentía mi cabeza doler, era yo luchando contra mi omega, tratando de la forma que sea no doblegarme ante aquella mirada. E incluso cuando el brazo de Sun rodeó mi cuerpo, lo sentí quemar, no de la buena forma, aquel contacto me repugnaba tanto, pero ya era tarde, mis pies se estaban moviendo para cuando quise decir o hacer algo. Él ganó, el alfa siempre obtiene lo que quiere, porque eso es lo que soy, una cosa que sirve para aliviarlos, nisiquiera una cosa que deseen mantener a su lado.

Caminamos a paso tranquilo hasta donde los alfas esos tenían sus autos, suspiré, mis pies se movían por inercia propia mientras mi mente sólo se llenaba de la imágen del único alfa con el que quizás aceptaría subirme a su auto, y de hecho, me había subido a su auto sin chistar aquella noche, ¿cómo estaría Gemini? Bueno, era rico, ¿no? Seguro se alimentaba bien, comía bien, dormía bien y tenía una vida de sueños.

Si lo pensaba con la cabeza un poco más fría, cuando me estaba acercando a vivir una de las cosas más desagradables de ser la parte más baja del régimen genético, debí de haberme imaginado que algo así pasaría, quizás habría evitado esto si hubiera traído puesta la ropa donde aún tenía algo impregnado el fuerte olor de Gemini, no sólo para protegerme, sino también porque lo extrañaba, y sinceramente sonaba enfermizo no haber lavado ese conjunto de ropa sólo para mantener su olor, pero era lo único que me quedaba de él.

Cuando ya estábamos a nada de subirnos a uno de los coches, escuché un auto viniendo a velocidad y luego un hermoso Ferrari negro ya conocido para mis ojos se estacionó rozando el parachoques del coche donde se supone iba a entrar. Mi corazón se detuvo y después lo sentí palpitar con fuerza, incluso mi omega estaba aullando de felicidad, si es que eso era posible. Gemini, era mi Gemini

Bueno, sólo Gemini.

Él bajó del auto cerrando la puerta con un fuerte golpe y se paró justo frente a nosotros, sentí su enojo, el fuerte olor que desprendía estaba seguro que nos asustó a muchos, Gemini estaba más que enojado, parecía colérico y la mueca en su rostro sólo me confirmaba mi teoría.

Jadee cuando estiró su mano hacia mi y sin pensarlo dos veces la tomé, me liberé del agarre de Sun para agarrar la mano de Gemini mientras este rodeaba mi cuerpo después. Mi cabeza se apoyó en su pecho e incluso me atreví a frotarme contra la tela, mientras su agarre en mi cintura se hacía más fuerte, sin embargo Gemini no bajaba la mirada para verme, continuaba observando a Sun sin siquiera pestañear.

"Es mío." Gruñó Gemini sentí el golpe sordo de cosas cayendo, observé por el rabillo del ojo a una o dos omegas que se encontraban entre tanto alfa, ellas se arrodillaron ante el gruñido salvaje que soltó el chico que ahora me mantenía contra él como si de eso dependiera su vida. Sun relamió sus labios, parecía pensar muy bien qué decir en ese momento.

The Perfect Omega; GeminiFourthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora