C A P Í T U L O 19

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"Y esa es la historia."

Era un tranquilo viernes por la noche. Aproveché apenas terminó mi celo para trabajar las horas necesarias y evitarme sermones o cagadas a pedo, por ello no estuve tan al pendiente de Yin como me habría gustado, pero por suerte terminé de acomodar mi vida esa misma mañana y me encargué de mi hijo, dándole el día libre a Nataly.

Ya en la noche llegó Love y entre tantas preguntas indiscretas y acusadoras, terminé contándole absolutamente todo, desde esa primera noche en la exposición y cómo lo conocí, hasta lo último que pasó. Ella, como siempre, sólo escuchó mientras Yin terminaba de guardar sus juguetes para irse a acostar.

"Wow." Dijo al fin, acomodándose mejor en el sofá que quedaba justo frente al mío. "¿Y cómo estás...con él? ¿Lo llamaste?"

"No." Evité su mirada cuando noté su ceño fruncido. "No sé qué decirle si lo llamo, ¡no sé ni siquiera para qué quiere que lo llame, Love!"

"Hey, ya Fourth, tranquilo." Ella me mostró una sonrisa un poco más relajada y comprensiva. "Perdón, me sentí en una telenovela por un instante, olvidé que la vida es más difícil y sin libretos, no quiero que te rompas la cabeza pensando, ya te veo lo suficientemente cansado, ¿estás durmiendo bien?"

"Tampoco." Suspiré. "Tuve que ponerme al día con el trabajo, también quería pasar todo el día con Yin hoy así que desperté temprano, apenas mañana después de la visita de mamá voy a estar tranquilo."

"Eso espero, Fourth, no te veo bien. Estás más pálido de lo normal y tenés ojeras, ¿dónde quedó mi hermanito con piel como culo de bebé?"

"Boluda." Reí, recordando muy bien que ella siempre me molestaba por mi piel suave, y mi madre la adoraba, decía que era un omega muy, muy bonito. Claro, eso antes del nacimiento de Yin, o de que se enterara que estaba esperando un bebé. "Tengo miedo de que esté enojado porque no lo llamé hasta ahora."

"Pero si seguís sin llamarlo, se va a enojar más, lo sabes."

"Sólo no quiero escuchar algo que sé que dolerá. Ya sabes, como el dicho, no busques respuestas si no vas a poder soportarlas, o algo así."

"¿Y si está preocupado por vos?"

"Llamaría."

"Pero te dijo que quiere que vos lo llames primero."

"Ya sé, Love, ¿de qué lado estás?"

"Perdón, perdón." Ella bufó, dejando caer todo su peso en el respaldar del mueble. "Es muy raro para vos todo esto, ¿verdad? No planeo criticar tus acciones o las suyas, pero definitivamente tu vida dio un buen giro desde que lo conociste."

"Sí, es verdad." Agradecía que Love no me atacara por básicamente haber aceptado darle mi cuerpo a Gemini para complacernos mutuamente, ya por mi cuenta me estaba castigando mentalmente por ello. "A Yin le agrada."

"Eso me dijiste, quién lo diría." Ella se acomodó de nuevo al borde el mueble, volteando hacia donde se encontraba mi pequeño. "Hey, Yin, ¿venís un momento, por favor?"

"¡Síp!"

Yin tan rápido como escuchó a mi hermana, se levantó y corrió con toda la velocidad que sus cortas piernitas lo permitían. Se tiró hacia mi, sabiendo que lo sostendría y lo sentaría sobre mis muslos, tal y como hice. Love entonces me miró y negó con la cabeza con un gesto lleno de resignación, probablemente ante el modo como hijo y yo estábamos conectados, o más seguramente por cuan engreído lo tenía.

The Perfect Omega; GeminiFourthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora