C A P Í T U L O 31

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"¿Ya se quedó dormido? Mal ahí, quería hablar con él."

Sonreí al escuchar la voz infinita de Gemini del otro lado del teléfono y no pude evitar morder mi labio, encantado con la preciosa amistad que se había formado entre él y Yin. Gemini llevaba exactamente un día fuera y ya lo extrañaba demasiado, no era el mismo, mi dependencia hacia él se notaba tanto que incluso Yin, antes de caer dormido, me traía todos sus juguetes para ver si me animaba con alguno.

"Extrañé mucho tu voz." Murmuré, encogiéndome en el rincón del sofá, acurrucándome en el saco de trabajo de Gemini, ese mismo que traía puesto simplemente para sentir su olor, su calor, para disminuir un poco el vacío de mi pecho por su ausencia. "Te extraño a vos."

"Lo sé, mi bebé, no te das una idea de lo mucho que te pienso y te extraño también." Él hizo una pausa, mientras yo me seguía acurrucando, quizás dormir en el sofá me ayudaría a no llorar al acostarme en mi cama, tal y como la noche anterior. Extrañaba hasta su presencia conmigo, sus brazos haciéndome sentir la cucharita pequeña, o esos dulces besos que me daba sobre mis pelos antes de dormir. "Es una dependencia muy grande."

"Nunca me había sentido así, Gem." Hice un puchero, aún sabiendo que él no podía verme. "Siento que te pertenezco, sin necesidad de pertenecerte... Es raro." Pasé mi mano por sobre mi cuello, no había nada ahí. "¿Así se siente amar?"

"No lo sé, mi amor." Él sonreía, yo lo sabía. "Sólo sé que me pertenecés, así como yo doy mi vida por ver tu sonrisa, Fourth."

"Te amo. Realmente, realmente te amo, Gemini."

"Sólo hace falta que me digas eso un par de veces más para tenerme viajando de vuelta a casa, Fourth, para buscarte, para hacerte mío apenas cruce por esa puerta."

"No digas esas cosas." Suspiré. "Estás haciendo algo importante, no podés venir..." No importa lo asustado que esté, nunca sería una carga para él.

"Lo sé, uhm." Él se tomó su tiempo antes de seguir. "El tipo, Tay, es agradable, supongo... Mañana en la mañana tengo un desayuno con él, aunque prefiero mil veces quedarme en mi departamento del hotel y llamarte."

"Tenés que ir y lo sabes." Sentí la conexión con Gemini perderse y sisee, sacando el celular de mi oreja, busqué el problema en este, notando que una segunda llamada quería entrar, acelerando mi corazón y no de una buena forma. "Francis - Llamada entrante" en letras grandes y blancas. Negué, acercando de nuevo el aparato a mi oreja, esperando que deje de sonar y poder hablar con mi alfa tranquilo. "Esperá. Esperá Gem, cinco segundos, ¿sí?" Entré en pánico, no quería hablarle de eso, no quería que él supiera que había faltado al trabajo.

"¿Qué pasa, amor?" Escuché su voz preocupada, alentándome a contarle.

"Es sólo... Sólo..." Suspiré. "Es mi jefe, él... Seguro me necesita para algo, mañana... Sí, debe ser eso."

"¿Y por qué no contestás?"

"Hablo con vos. Después lo llamo, ¿sí? No te preocupés." No quería decirle, no quería ser una carga para él. Si yo le contaba a Gemini que había visto a Luke ese día, él volvería a Tailandia sólo para cagarlo a palos. Después del viaje, me prometí hacerlo hasta que volviese y no iba a dejar que un ataque de pánico arruine mis planes. "Ya paró." Murmuré cuando por fin la conexión se estabilizó.

"¿Pasó algo en el trabajo? ¿Fuiste hoy?"

"No, ya sabés... Te extrañaba mucho, por eso no fui hoy."

The Perfect Omega; GeminiFourthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora