C A P Í T U L O 10

380 38 13
                                    

ADVERTENCIA: por ser el capítulo 10 y como un "especial", todo va a ser narrado desde el POV de Gemini, así que van a saber más de su vida por su lado y ese tipo de cosas. Espero les guste.

.

.

.

.

.

"¡Gemini! Gemini, ¿estás escuchándome?"

Despegué mis ojos de la notebook cuando observé la cara de Mark tan cerca que de un cabezazo seguramente podía romperle la nariz. Me alejé para evitar hacerlo y aunque siempre me había enojado cuando me sacaban de mis momentos de concentración, no quría que iniciáramos otra pelea, mi familia ya estaba cansada con nuestros arrebatos y de tener que arreglar mi oficina por como la dejábamos después de eso.

Mark es mi mejor amigo desde que estuve iniciando la secundaria, él era un alfa como yo, sin embargo de algún modo logramos encajar después de cagarnos a palos un par de veces, no es que me queje, así eran las clases debido al constante deseo por ser mejor que todos tus compañeros de tu género, Mark y yo entendímos que no había necesidad de llegar a eso, hemos sido amigos desde entonces y aunque cuando no compartimos pensamiento, podemos irnos a las piñas, nunca pasa de eso, acá el que gana la pelea, tiene razón, fin del la historia.

Mi familia lo contrató para que sea como mi ayudante, mi mano derecha. Ellos se la pasaban la mayor parte de sus años viajando y todo lo que fuera en Tailandia quedaba en mis manos, así que me trasladaron a su oficina hace un año, no me quejo, es mucho más grande que la anterior.

Ser el único heredero de una de las compañías más conocidas a nivel nacional e internacional puede ser algo de demasiado estrés para cualquiera, yo que nací en esa cuna de oro, ya estaba completamente acostumbrado y sabía cuándo permitirme vagar e ignorar el trabajo, y cuándo no.

Por ejemplo, cuando buscaba o llevaba a Fourth, ahí me podía permitir ignorar el trabajo sólo para después esforzarme el doble, no dejaría que todo se me junte como aquel jueves donde las cosas se salieron de mis manos, aún me hervía la sangre de sólo pensar que no acabé con ese desgraciado.

"Mark, ¿exactamente a dónde les gusta ir a los nenes de tres años?"

"¿Qué? ¿Cómo voy a saber yo eso?"

"No lo sabes, perfecto. Entonces dejá de joder y permití que la máquina me responda."

Él rodó los ojos y se sentó en la silla corrediza frente a la mía, separados por mi gran escritorio, continué buscando entre las páginas las actividades favoritas de pequeños de esa edad, aunque todas las opciones que me daban me parecían tan cliché que quise hasta mandarle mi carta a los usuarios de yahoo para que se vaya a la misma mierda con sus respuestas tan obvias e inútiles.

Es importante agradarle a Yin, no es que tuviera experiencia en nenes o en cortejos, pero Fourth amaba a su hijo y si realmente deseaba llegar a algo con él, necesitaba poder agradarle a lo más importante en su vida, esa bolita con piernas y brazos que responde al nombre de Yin.

Sonreí al recordar aquel día que lo conocí, ese temor que creció en mi pecho cuando Fourth me abrió parte de su vida y me contó su historia, pero sobre todo, recordé esas ganas que tuve de seguirlo apenas tres minutos después de que se fue. Yo no iba a renunciar a mi omega solamente por un pasado oscuro, no sería igual que cualquiera, porque necesitaba a Nattawat en mi vida tanto como necesitaba respirar. Así es, he oído de estas historias tantas veces, pero jamás creí vivir una.

Como a cualquier nene chiquito, las historias que me contaban antes de dormir hablaban sobre dragones, príncipes y princesas amándose para siempre por tener un lazo destinado a existir, uno no suele creer en esas cosas cuando creces, ves que la realidad se basa en morder a alguien y ya, pero cuando yo lo vi aquel día en el baño, me di cuenta que quizás los cuentos no siempre son sólo cuentos.

The Perfect Omega; GeminiFourthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora