ᴄ ᴀ ᴛ ᴏ ʀ ᴄ ᴇ

54 5 0
                                    

Pasaron varios minutos y Ten aún esperaba frente a la casa de YangYang

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pasaron varios minutos y Ten aún esperaba frente a la casa de YangYang. No sabía cuánto tiempo debía esperar. Quizás, YangYang era igual que Lucas, ambos tardando demasiado tiempo en atender la puerta y por eso eran tan buenos amigos. Después de ver el reloj y ver que llevaba casi quince minutos esperando, decidió que intentaría una vez más y, si nadie contestaba, se iría a casa.

Volvió a tocar el timbre y esta vez escuchó movimiento detrás de la puerta. Instantáneamente deseó nunca haber tocado por segunda vez.

La puerta finalmente se abrió, revelando a un YangYang en pijama y con una vincha en el cabello, impidiendo que este cayera sobre su rostro. El menor lo miraba expectante y se notaba a kilómetros que estaba nervioso (estaba temblando incluso, pero esperaba que Ten no lo notara). Ninguno de los dos dijo nada al principio, pues ambos estaban teniendo problemas formulando las palabras correctas que decir.

―Hola ―hablaron exactamente al mismo tiempo, lo cual los hizo reír y, por ende, aliviar algo de la tensión que había entre ellos.

―¿Q-qué haces aquí? ―fue lo primero que se le ocurrió decir a YangYang. Ten fue tomado por sorpresa, alzando sus cejas ante la pregunta. ¿Qué hacía ahí? Sabía qué era lo que estaba haciendo allí, pero por alguna razón era muy difícil decirlo en voz alta―. ¿Te perdiste? ¿Estás en peligro? ―siguió preguntando ante el silencio del mayor, aunque sus preguntas se volvían cada vez más estúpidas a medida que pasaban los segundos. Pero prefería hacer preguntas estúpidas antes que tener que soportar el silencio.

―Yo... vine a disculparme contigo ―explicó Ten, haciendo callar a YangYang. ¿Disculparse? Eso era lo último que el menor esperaba que dijera, pues creía que quien debía disculparse era él.

―O...kay ―dijo, procesado la situación. Rascó su nuca instintivamente, pues no sabía qué hacer consigo mismo en ese momento debido a los nervios. De repente se le ocurrió que invitarlo a pasar sería lo más decente, así que eso hizo.

Ten entró, escuchando la puerta cerrarse detrás suyo. La casa era adorable. Habían decenas de fotos familiares en los muebles y las paredes. Se detuvo a observar unos diplomas que captaron su atención; eran de competencias de rap y danza, lo premiaban por su excelente desempeño, y la fecha databa desde diez años atrás en adelante. Ten sonrió ante la imagen de un YangYang pequeño bailando apasionadamente y ganando esos títulos. De repente, recordó el por qué estaba ahí en primer lugar y sacudió la cabeza para volver a la realidad.

YangYang lo seguía lentamente, tratando de encontrar entre sus recuerdos la razón por la que Ten quería disculparse, pero no podía encontrar nada. Sin embargo, la necesidad propia de disculparse por haberlo incomodado tantas veces comenzaba a crecer con cada paso que Ten daba dentro de su casa.

Finalmente, Ten tomó asiento en una de las sillas del comedor, soltando su mochila junto a sus pies. YangYang  caminó hasta quedar del otro lado de la mesa, corriendo una de las sillas para sentarse también.

━ ❨ 𝐀𝐆𝐀𝐈𝐍 ❩  | tenyangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora