Practicando.

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Me aburría a mares en el trabajo. Lo único que me tenía contenta y ansiosa era que hoy era día de cita con el doctor sexy del pueblo. Visitaría su casa por primera vez. Por lo que me contó estaba a 10 min del pueblo.
Estaba apoyada en el mesón al lado de la caja registradora, muriendo de aburrimiento. Los únicos clientes que recibí fueron uno que otro extranjero turista o gente campesina del alrededor que necesita provisiones para el día. Miré el reloj que tenía colgado en la pared de al frente. 5:30pm, solo me faltaban 30 minutos para cerrar el maldito local.
Comencé a limpiar, ordenar mercadería y dejar todo listo para mañana. Vi como alguien se aparcaba frente al local y sonreí cuando vi a Carlisle bajarse. Me sonrió abriendo la puerta de cristal y me lancé a sus brazos para besarlo.

-¿Estás lista?- Me pregunto rodeándome con sus brazos por la cintura.

-Debo cerrar la caja y estoy lista.

Cerré la caja registradora y saqué las llaves para cerrar con las cortinas metálicas el local. Esta vez Carlisle lo hizo por mi ya que yo siempre me colgaba como mono para poder bajarlas.

-Mi casa no es muy hogareña, apenas paso tiempo ahí, intenté comprar un poco más de muebles y accesorios para que te sientas más cómoda- Me dijo conduciendo.

Comencé a imaginar una casa prácticamente abandonada cuando me lo dijo tan serio. Pero cuando llegamos supe que no era tan así. Ósea, tenía la pintura blanca exterior gastada, la terraza frontal estaba descuidada también pero en si la casa era bonita. El patio trasero parecía tener acceso directo al bosque, lo cual me dio un poco de susto. Aparco frente a la casa y nos bajamos del auto. Mire todo a mi alrededor, parecía muy desolado.

-¿No te asusta vivir tan solo? -Le pregunté y cerré la puerta del auto.

-El único peligro de aquí soy yo, así que no- Dijo y sonrió.

Intente sonreír pero seguía algo temerosa. Me tomó de la mano para entrar a la casa y miré el suelo, también estaba mal cuidado. Abrió la puerta y vi su realidad. La casa no era tan antigua como parecía. Los dueños al parecer la remodelaron ya que tenía una cocina con isla y muebles modernos. El exterior era horrible, el interior luminoso y agradable. Las paredes eran blancas y en el lado derecho de la casa estaba el living donde había una chimenea y paredes color crema. Carlisle tenía un sofá de 3 cuerpos de cuero verde oscuro casi negro, lámparas de pie doradas y un sofá café de cuero también que era de lectura junto a una ventana que estaba al lado de la chimenea. En medio de la casa estaba la escalera de madera brillante café.

-Creí que sería más desolado. - Dije.

-Supongo que te di una mala impresión -Dijo riendo.

Cerró la puerta y camine observando aún más.

-Te haré un tour por el segundo piso- Dijo tomando mi mano.

El segundo piso tenía un espacio abierto con baranda al rededor de la escalera. Habían 3 habitaciones y un ventanal grande que daba al patio trasero. Entraba mucha luz a pesar de estar en pleno bosque.

-Aquí está el baño- Dijo abriendo la puerta de la primer habitación.

Era un baño grande con tina y ducha, tenía una ventana de ventilación por donde entraba luz natural. El mueble del lavamanos era de madera pintada verde musgo. El espejo era grande, abarcaba la mitad de la pared.

-Por acá está mi habitación, también tiene baño y un closet grande para que puedas guardar cosas- Dijo caminando fuera del baño.

Caminamos a la puerta que estaba al fondo en medio. La abrió y miré la cama. Se veía acogedora con las mantas frondosas de cherpa blanco y el cubre cama color avellana, las almohadas grandes blancas se veían muy cómodas. El respaldo de madera era blanco con acabado vintage. A cada lado tenía una mesita de noche de madera blanca.

-¿Lo decoraste tu? - Pregunté acariciando la manta suave de la cama. Él estaba del otro lado guardando su chaqueta y bufanda en el closet empotrado a la pared.

-Si, quería que te sintieras cómoda, yo en realidad no ocupo este piso, siempre estoy abajo.

Asentí pensativa, aún se sentía extraño que se preocuparan tanto por ti, supongo que es porque un novio de mi edad no lo haría. Fui al baño y tenía un aromatizante delicioso, era una mezcla de rosa pero un poco mas cítrico. En este baño solo había una tina grande. El mueble del lavamanos tenía 2 lavados y cajones grandes para guardar cosas. La taza del baño era común y corriente. Todo era con colores hogareños campestres pero modernos.

-Pareciera que te inspiraste de una revista de decoración.

-Para ser sincero le consulte a unas colegas en el hospital, me dieron varios tips en una aplicación que se llama Pinterest. -Dijo quitándose los zapatos.

Me ahorre el celo cuando vi que también se quitaba la camisa. Luego se sacó el cinturón.

-Vamos a... ¿Quieres empezar ahora ya?- Dije.

-Tenemos máximo 3 horas para estar juntos, debes volver a casa hoy, eso me dijiste hoy en la mañana.- Dijo quitándose el pantalón. Dejó todo tirado y se giró a mirarme.

Mire su cuerpo con atención, no había podido observarlo tan detalladamente en este tiempo juntos. Se paró frente a mi y comenzó a quitarme la ropa con delicadeza, dejándome con el sostén y calzón puestos. Por último me cargó hasta la cama.

-Tengo frío- Dije temblando un poco.

Abrió la cama y me metí bajo las mantas con impaciencia. Estaba tan blanda que se convertiría en mi cama favorita, ademas era espaciosa. Para agradecerle por el detalle de preparar su casa para mi tomé la iniciativa con algo un poco arriesgado, ya que nunca lo había hecho. Me escabullí bajo las mantas hasta sus caderas. Apenas roce mi barbilla en su entrepierna escuché mi nombre en un jadeo. Sus piernas se abrieron como resorte y sus manos se fueron a mi cabeza como imán. Pero debía quitarle el calzoncillo así que le pedí ayuda rápido.
Comencé con lamidas tímidas, tenía miedo de no hacerlo correctamente o que no le gustase el ritmo.
De vez en cuando soltaba gemidos de placer mezclados con asombro. Como estábamos practicando su autocontrol con la fuerza comencé a hacerlo más rápido. Quitó las manos de mi cabeza y escuché un golpe. Sentía como cada vez salía más preseminal así que lo dejé descansar. Subí a su boca y miré el respaldo, tenía dos agujeros. Carlisle me atrapó en sus brazos y beso como nunca. Entre besos me quitó la ropa interior.

-Comencemos con lo más peligroso- Dijo posicionándose encima de mí. -Pero antes que nada, quiero saludar a mis hermosas.

Gemí por la efusión con la que tomaba mis senos con su boca. Soltaba jadeos y gruñidos. Yo ya estaba lista para recibirlo con tanta emoción en esa zona. Puse mis piernas sobre su cintura y lo invité a entrar con insistencia. Esta vez entró de un solo empujón. Se me escapó un grito y no pude contenerme, gemí y jadee desesperada por su pasión.

-Te amo -Dijo entre jadeos.

Cerró los ojos y entreabrió la boca gimiendo. Sus colmillos estaban muy grandes. Esta vez no se acercó a mi cuello ni me tomó las caderas. Tenía las manos dejos de mi cuerpo.

-Ahora probemos otra cosa- Dijo separándose un poco.

Abrí los ojos e intenté recuperar la respiración. Estaba como ida entre tanta sensación.

-Ven a liderar mi amor- Dijo recostándose y subiendo los brazos al respaldo.

Me subí a sus caderas y pude ver cada expresión de placer cuando entró. Me ayudó con el ritmo levantando las caderas con insistencia. Su rostro parecía sufrir pero de placer. Verlo así me haría acabar pronto. Lo cabalgue con fuerza y brusquedad provocando que el respaldo tuviese más agujeros.
Se sentó y tomó mis caderas sin dejar de moverse...

Pedacito de infierno. /CarlisleyEsmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora