Una verdad por sentimientos.

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Mi plan era contarle todo durante un paseo por el bosque. La noche estaba clara por la luna y no sería algo escalofriante, si no más bien romántico. Luego, si es que no sale huyendo, cenaríamos o al menos ella lo haría.

Sentado en el living comencé a escuchar el motor de un auto a lo lejos. Espere a que se acercara lo suficiente para salir a recibirla, venía sola, gracias a Dios. Eso quiere decir que confía en mi, algo importante, no cualquiera acepta una invitación así. Lo que por otra parte me preocupa por ser un acto ingenuo de su parte.

Espere a que se estacionara y caminé a abrirle la puerta. Me sonrió ampliamente y salió del auto.

-Gracias por elegir un lugar tan apartado- Dijo riendo y reí también.

-Es una de las tantas cosas que debo explicarte -Dije sonriendo incómodo.

Caminamos a la casa y la ayude a sacarse el abrigo, se veía realmente hermosa con su vestido rojo.

-Tú casa es muy grande -Dijo mirando todo a su alrededor.

Yo estaba apartado a un lado de la sala mirándola analizar todo. Fue a un pequeño librero con mis libros de medicina muy antiguos, los miraba con el ceño fruncido y a la vez asombro hasta que los empezó a olfatear.

-Huelen distinto a los libros antiguos-Dijo mirándome sin entender.

Me encogí de hombros y me acerqué a ella.

-Ven, vamos a tomar una copa de vino- Dije y la tomé de los hombros.

Pero se mantuvo quieta pensando mientras leía algo en uno de los libros.

-Aquí dice que en 1870 estuviste en Italia- Dijo y abrí los ojos sorprendido, lo había escrito en italiano.

En un rápido movimiento le quité el libro y lo revisé. Cuando miré a Esme solo vi su rostro de miedo.

-Estoy imaginando muchas cosas Carlisle- Dijo con tono de advertencia y tomó mis manos de forma brusca.

Sus manos estaban tibias pero las mías eran un témpano. No podía decir nada, ella estaba empezando a deducir todo por su cuenta, es inteligente, aún más que yo.

-Pensé que solo eras frío por ciertas casualidades pero...

Me soltó las manos y caminó hasta el sofá, se sentó y yo le seguí.

-¿Estás esperando que deduzca por mi cuenta? -Dijo enfadada.

-Esperaba explicarte de otra forma- Dije pensando en todo mi plan del bosque.

-Necesitamos vino o algo con alcohol- Dijo rápido y asentí.

Esme se veía enfadada pero a la vez comprensiva, era la reacción que esperaba solo que aún no le decía la parte fundamental de mi problema.

Ya con nuestras copas listas y una botella de vino junto a nosotros me dispuse a hablar. Comencé con mi vida, desde mi adolescencia hasta el día que dejé de vivir.

-¿Entonces que ocurrió? -Me dijo y me empiné la copa.

-Soy un vampiro, Esme -Dije sin más rodeos.

Sentí el pánico en los latidos de su corazón y su rostro se puso pálido. Se acomodó en el sofá demostrándome lo incómoda que estaba.

-Un vampiro real, ¿Cómo el de las películas?- Dijo espantada. -Carlisle esto es demasiado, ni siquiera te creo pero a la vez si... Necesito salir.

Se levantó algo inestable y caminó hasta una ventana, la abrió y respiró un poco más calmada.

-¿Por qué me dices esto? -Dijo con el ceño fruncido.

Pedacito de infierno. /CarlisleyEsmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora