Capítulo 11

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Pov Aria

Me. Muero.

No puedo imaginar todo el dolor que soportó, todas las atrocidades que cometió ese horrible ser.

—Lo siento tanto.

—¡Ey! ¿Por que te disculpas?

—Por haberme enojado tanto y no querer escucharte.

—No sabias nada Aria, no te disculpes por algo que paso, además ahora podemos estar juntos.

— ¿Si?

—Asi tenga que cortejarte por meses e incluso años lo haría, con tal de que seas mi premio.

—Bien podes empezar desde ahora a cortejarme.

Nos reimos juntos, me abraza, se acerca a mi oído y me susurra.

—¿Cuando podre hacerte gozar?

—Eso tenés que ganartelo guapo.–Le guiño el ojo, pone cara de pervertido, se acerca a mi cuello para comenzar a pasarme la lengua, el simple contacto de su lengua junto con su aliento me derrite.

—Mañana en la noche me vas acompañar a una cena.

—¿Donde?

—Cena familiar, mama me llamo hoy pidiendome que hagamos una cena, así que estas invitada.

—¿Ella lo sabe?

—Le dije que llevo compañía.

—Curioso, tu mama me odia.

—No lo creó, te adora seguramente.

Que equivocado que esta este chico.

—No lo creo, se que ella me odia, calculo que haría cualquier cosa con tal de que no este con vos.

—¿Cual es tu argumento?

—Siempre me odio y el sentimiento es mutuo, me lo a dejado claro en el pasado.

—Quiza por causa de mi padre, pero ahora que estamos libres veras que eso cambió.

Hay que fe le tiene, pero las víboras de su calaña empeoran, no mejoran va a ser una  cena interesante.

—Ademas vuelve Agnela de un viaje de estudios que se extendió por dos años, por lo que se recibió.

—Oh que lindo, deben estar orgullosos de ella.

—Ni te imaginas, mama quiere tirar la casa por la ventana.

—Me imagino, ¿Cuantos años tiene?

—Va a cumplir los diecinueve en unos meses.

—Que rápido pasa el tiempo, ¿No?

—Para algunas cosas si pasa rápido Mariposita, para otras una eternidad.

Se que se refiere a todo el tiempo perdido que sufrimos estando separados.

—Tengo curiosidad.

—¿Sobre que?

—Mi apodo, ¿Donde lo inventaste?

—Oh es por curiosidad, siempre me gustaron las mariposas, una tarde pensaba en vos y una mariposa se me poso en la nariz,  estaba en el río sentado en la orilla y de la nada apareció, como me gusto sus colores dije que te llamaría como ese hermoso insecto.

—Que tierno, ¿Queres que cocinemos acá?

—Buena idea, tenia pensado ir a algún carrito de comida, pero me gusta mas tu idea– va subiendo las manos que estaban a mis costados, llegando a mi cadera donde me aprieta suavemente.

¿Ahora me Amas? Saga A.T #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora