Capítulo 26

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Pov Aria


La vida puede mejorar, siempre puede hacerlo, ahora sabemos que llegara un nuevo integrante a la familia en unos meses, tenia el presentimiento algo me lo decía pero no quería hacerme ilusiones y que sólo fuera una jugada de mi mente dolida.

Después de pasar tantas cosas, seguimos  mas juntos que nunca, somos felices y nos cuidamos entre nosotros, me contó todo, lo que descubrió y que interno en un centro psiquiátrico a la madre para que se recupere.

La verdad no se que pensar de todo eso, solo esperó que se logre recuperar y que pueda salir adelante, no le deseo el mal al fin y al cabo es la madre de mi futuro marido y abuela de nuestro bebe.

Estoy un poquito ansiosa no se a donde vamos, me puso una venda en los ojos cuando subimos a la camioneta según dijo es una linda sorpresa que se esmero en realizar, le dije que no necesitaba que me regale nada ni tampoco debe mostrarme un punto.

Se que me ama, me lo a demostrado muchas veces, todo el tiempo solo quiero que disfrutemos juntos y tranquilo de nuestro embarazo, y si el tiene un par de síntomas es muy gracioso, quiere comer todo el tiempo doritos, lasagna, pizza de atún, que en la ultima lo acompaño por que también se me antoja, las pastas no las tolero solo de olerlas ya quiero vomitar, así que cuando quiere pasta come en el balcón del ático.

Se despierta a la madrugada para comer, creo que si no se controla el que va a salir rodando va a ser el, a mi por ejemplo en la madrugada me dan antojos de frutas y mucha agua, según me contó dentro de tres meses hay un partido importante y quiere que valla con la remera de el para alentarlo, le dije que sí.

—Llegamos Mariposita.

Ni cuenta me di que había parado la camioneta, como tampoco el que me este ayudando a bajar por que obviamente no puedo hacerlo  por el antifaz, creo que a este hombre le encanta vendarme los ojos.

—¿Donde estamos?

—Pronto lo sabrá futura señora mía.

Creo que luego de pedirme matrimonio y el hecho de que estemos embarazados lo volvió un simio posesivo, no quiere que nadie se me acerque ni me mire, creo que son las hormonas, incluso me arriesgó a decir que es una mini copia suya el bebé.

—¿Donde estamos Ash?

—¡Que impaciente!

—Asi me amas– le saco la lengua y me la chupa, no sabia que estaba tan cerca mio.

—Obvio que así te amo, de todas las maneras posibles, hasta cuando te enojas.

—Nunca me enojo.

Me cruzo de brazos y lo siento respirarme en la oreja.

—Cuando cruzas así los brazos tus pechos suben asiendose mas grandes de lo que ya son y no te das una idea lo que me provoca, ya estoy duro creo que podríamos estrenar el lugar.

—Muy gracioso hombre hormonas de embarazado.

—No podes culparme, mi mujer esta de infarto,con ese bultito en el vientre y esas tetotas  me tiene caliente todo el puto día así que preciosa tengo ganas de chuparte esas hermosas tetas que tenés.

¡Dios! ¿Por que abre esa provocadora boca para decirme esas cosas? ¿No sabe lo que también me provoca cuando habla sucio?

—¿Sabias lo cachonda que me pones cuando hablas así? Quiero saber ¿A donde vamos?

—Subimos unos escalones y podrás verlo con tus propios ojos.

Me indica que suba unas escaleritas, al terminar me sostiene la mano derecha haciendo que con esta abra una puerta, sale un olor a flores de jazmín riquisimo.

—¿Estas lista amor de mi vida?

—¡Dios Ash! Me muero de la ansiedad quiero saber.

Siento sus manos en mi cabeza y poco a poco la va retirando, abro los ojos pero veo todo borroso por la venda cierro nuevamente mis ojos con el corazón a mil, siento una emoción inmensa y todavía no entiendo por que.

Abro los ojos, quedo muda el lugar es como una galería vidriada llena de candelabros con velas esparcidos en el piso hay muchas flores dispersas al igual que muchos almohadones en una zona donde el techo es de vidrio, perfecto para admirar las estrellas y la luna, me doy la vuelta y lo encuentro con una rodilla en el piso.

—Te estarás preguntando que es todo esto, y este lugar, me complace decir que es nuestra casa, la compre y prepare hace un tiempo para formar nuestra familia, y estoy de rodillas para pedirte nuevamente que seas mi esposa y el amor de mi vida.

No se que decir, como tampoco se como se respira, me dejo impactada, estoy tan sumida en mis pensamientos que no me doy cuenta del pánico surcando las bellas facciones de este increíble hombre a mis pies, voy a dejar de hacerlo sufrir.

—Obvio que si Ash, ya tengo el anillo, ¡estoy impactada!

—¡Dios santo mujer! Casi me da un infarto, creí que te habías arrepentido de casarte conmigo, preciosa.

—¡Tonto! Me ofende que pienses eso, es obvio que quiero que nos casemos, además debemos estrenar esos lindos almohadones.

—¡Hay mujer! Me encantan las hormonas del embarazo te hacen mas cachonda de lo normal.

—¡Benditas sean!

Nos reímos me abraza y me besa lento, dulcemente, lo amo con todo mi ser, siento que me lleva a la zona de los almohadones, nos separamos sólo un segundo para ayudarme a sacarme todo, a medida que mi ropa se va, la de el también, besa todo mi cuerpo, se pone de rodillas y besa la panza por todos lados.

—Son todo lo bueno que existe en el universo, le doy gracias a la vida o a quien sea por volvernos a juntar, te doy las gracias por dejarme estar a tu lado, por perdonarme las palabras hirientes que dije por presión de otros, no se que sería de mi sin vos Mariposita mía.

Ya para este momento no se si sentirme cachonda o llorar a moco tendido por las palabras dulces que me dice, estas hormonas me hacen pasar del cachondeo al sentimentalismo al instante.

—Te amo con mi alma Ash, sin querer aceptarlo por que me costo mucho, siempre me hiciste falta y secretamente siempre agradecí que me buscaras aunque te tomara tanto tiempo.

—Jamas me daría por vencido, nunca te abandonaría aunque estuvimos alejados quise arreglar mi error pero fue demasiado tarde para luego poder encontrarte seis eternos años después.

Me besa en la boca, se acuesta en los almohadones, a esta altura ambos estamos como dios nos trajo a este bendito mundo, mi panza esta cada día mas grande, aunque sigue siendo chiquita. Me dice que me siente arriba suyo su amigote este erecto y venoso, me  dio hambre.

—Ahora preciosa sentate en mi cara, tengo hambre.

¿Ahora me Amas? Saga A.T #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora