De peón a Alfil

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Ernest se quedó observando con interés a Claude. Su ropa lo hacía parecer su noble, pero su actitud reflejaba que eran lo mismo: dos tipos del submundo y la clandestinidad. Cada uno con sus razones para serlo, y Ernest sabía de las circunstancias de Claude.

—Hace mucho tiempo que no me decían así. Qué bueno saber que mi fama se extendió hasta Almyra, querido Khalid.

—Es bueno hablar con alguien sin caretas, Ernest —contestó Claude, sentándose en la misma silla que había ocupado Byleth.

—Ya lo creo...

—Ahora, yendo al grano, ¿por qué no le contaste todo a Byleth? ¿No recuerdas a todos los que mataste?

—No... Y tampoco estoy listo para reconstruir esos recuerdos —la mirada de pesadumbre de Ernest convenció a su compañero de clases—. Por favor ni siquiera me cuentes al respecto.

—De acuerdo, de acuerdo —respondió Claude, riendo brevemente—. La única cosa que te diré es que vas a desatar la ira de los delegados de las otras casas.

—Era un presentimiento que ya sentía en mi pecho —contestó el joven, acomplejado—. Es algo con lo que siento que tendré que lidiar en algún momento. Pero estoy dispuesto a pagar por mis pecados.

Claude se quedó pensando mientras veía a Ernest. El chico tenía una fama sin precedentes. Lo recordaba con un tipo inmisericorde, sin ningún miramiento por exterminar a quien se le cruzara o incluso la cantidad de gente que se le opusiera. Era el 'Azote Sombrío' del submundo.

—No creo que recuerdes, Ernest, pero te enviaron a matarme —Claude dijo estas palabras con una mirada tan fría como las que ofrecía él.

Ernest se quedó perplejo. De repente, sintió como si de golpe le hubiera dado una migraña intensa. Un montón de recuerdos e imágenes se desbloquearon. Ahora entendía por qué conocía el nombre real de Claude y otra serie de hechos.

—Pero fallé en el último momento —respondió Ernest, taciturno. —No; no fallé: decidí no matarte, Claude.

—Así es —contestó el heredero a Archiduque—. Es un hecho que ya estaba en boca de todos que podía aparecer en Fódlan y reclamar mi lugar como heredero a Archiduque de la alianza. Supongo que te mandaron a impedirlo. Y sospecho que fue el Duque de Gloucester.

—Yo no solía ser informado de los contratantes de mis servicios, pero en tu caso sí supe al respecto, y tienes toda la razón.

—Aun sabiendo al respecto, agradezco que te hayas negado a matarme —dijo Claude, suspirando y frotándose la cabeza.

—Tú fuiste mi último trabajo... Y qué bueno que fue uno fallido —comentó Ernest, mirando con una mueca de falsa alegría a su compañero.

—Sí, fue un trabajo sin completar, pero hiciste bastante para llegar a finalizarlo —respondió Claude, posando ambas manos en su nuca—. Almyra se jactaba mucho de su guardia de asesinos, hasta que llegaste tú a visitarnos. Decidieron cambiar los estándares luego. Creo que se estaban poniendo flojos esos tipos, posiblemente.

—Pero esa no era razón para matarlos, he de decir —replicó Ernest, mirando al suelo.

—Bueno... Lo que se dice de ti es que "llegaste como peón y te fuiste como alfil".

—¿"De peón a alfil"? —cuestionó el estudiante nuevo, estupefacto—. ¿Qué significa eso?

—Uhm... Cómo decirlo... —Claude se tomó un tiempo para pensar—. Alfil puede referirse a "elefante" en Almyra. Básicamente, llegaste como un donnadie y te fuiste como una bestia enorme y arrolladora.

Luz y Oscuridad: Una historia de Fire Emblem Three HousesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora