Byleth estaba en su habitación. Sentía muchas dudas. Quería ir a reprender a Ernest. Pero eso era una fachada. Ella sabía lo que quería y qué le urgía sentir. Ella escuchó en su mente la voz de Sothis, quien de forma casi morbosa quería ayudarle a Byleth a exteriorizar esa tormenta que era su cabeza.
—Admite aquí y ahora que no vas a reprender al crío; vas a usarlo —Sothis se reía mientras aparecía frente a Byleth.
—¿Usarlo? —cuestionó Byleth, casi molesta—. Creo que no es forma de decirlo. Considero que ese chico necesita mi apoyo.
—Comiéndoselo a besos... Claro que sí.
—Pienso que te estás casi festinando con esta situación.
—Dudo que jamás sepas esto de boca de otro ser, Byleth —introdujo Sothis, haciéndole entender a Byleth que ella daría una especie de sermón—. Una cultura de la que no recuerdo bien su nombre, se contaba que los humanos originarios eran unas criaturas llamadas andróginos.
—¿Andróginos? —preguntó Byleth, desconcertada.
—Eso mismo —contestó la criatura, antes de seguir—. Continuando... Los andróginos se conformaban por la suma de dos personalidades, la principal era la del andrógino compuesto por una mitad femenina y una masculina. Esta creación quiso desafiar a los Dioses. Estos, en la necesidad de debilitar a los andróginos, los partieron por la mitad. Las mitades de estos seres conformaron el género femenino y masculino. Desde ese entonces, la mitad femenina y la masculina buscan desesperadamente juntarse, para volver a la esencia andrógina de la que provienen. La obra o lo que sea se titulaba "El Banquete". Ni idea por qué. Creo que es porque se juntaron muchos tipos a comer y a contar este tipo de historias
—Vaya qué historia más rebuscada y con un nombre más salido de la nada —respondió Byleth, mirándose en el espejo—. ¿Estás planteando que Ernest es un ser predestinado para mí, y que quiero convertirme en una con él?
—Ni idea... Puede que lo desees. Puede que sea tu media naranja... O puede ser que te sientes algo así como su mamá. Hay varias posibilidades. Eso depende de cómo aclares tus ideas, Byleth —la respuesta vaga de la Diosa irritó un poco a la mujer.
La verdad es que la respuesta ambigua de Sothis era simplemente para invitar a Byleth a pensar en por qué una persona tan contenida y sumergida en la anhedonia podía estar tan ansiosa por ver a su estudiante. Y la mujer entendió el punto: ella sí sentía ganas de hacer algo más que solamente escuchar las preocupaciones de su estudiante. Podía sentirse poco profesional o inapropiada, pero la verdad es que no podía mentirse más.
—Entonces... Anda a hacer lo que te nazca y plazca, Byleth —concluyó Sothis, antes de desaparecer.
Ya era casi de noche, y Ernest llevaba un rato sentado a la orilla de su cama. Tenía la mirada gacha, apuntando fijamente al piso. Intentaba recopilar y ordenar temporalmente los eventos que hasta el momento había recordado. Los hechos de la guerra entre la alianza de Brigid y Dagda con el imperio, la masacre de la familia Balters y su todavía incompleta participación en la Tragedia de Duscur lo atribulaban caóticamente. Eran demasiados hechos importantes para que estuviera siempre la misma persona participando en estos. Parecía que su padre biológico, Arundel, lo había utilizado en demasía.
Ernest no podía dejar de preguntarse el porqué. ¿De verdad era tan poderoso? ¿Lo que tenía era un trauma que había causado una especie de amnesia en él, o quizás alguien había sellado sus recuerdos de alguna forma? Todo esto rondaba en su mente. De pronto él escuchó que golpeaban su puerta. Probablemente fuera Byleth. Ernest abrió la puerta y se encontró precisamente con ella.
—Buenas noches, Ernest —dijo Byleth, entrando rápidamente a la habitación del muchacho.
—Buenas noches... ¿Cómo va todo?
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Luz y Oscuridad: Una historia de Fire Emblem Three Houses
FanfictionUn nuevo estudiante ha llegado a la Academia de Oficiales de Garreg Mach, ya avanzado el primer año de clases. Su nombre es Ernest Schmidt, un hábil mago negro y espadachín mágico quien se ha transferido desde la Escuela Real de Hechicería de Fhirdi...