El arte de decapitar

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Byleth no entendía nada. La verdad es que no quería escuchar mucho más ahora. Miró por unos instantes hacia donde estaba Ernest. Él estaba paralizado. Seguramente uno que otro recuerdo traumático había brotado en su cabeza.

—Bueno... Te acuerdas de la lección que me diste, Ernest, ¿no es así? —declaró el Señor Oscuro al estudiante.

—La... La Casa Bartels —fue todo lo que respondió Ernest, dejando atónita a Byleth.

La Profesora conocía la historia: El hijo de la familia Bartels, Emile von Bartels, ayudó a su media hermana y a su madrastra a escapar de su padre biológico, el Barón de Bartels. La historia cuenta que ese joven no sólo asesinó a su padre, sino que a toda su familia, borrando de la existencia a la familia Bartels.

—Así que tú estás implicado en la masacre de la familia Bartels... —dijo Byleth.

—No sólo yo —respondió el enemigo—. Digamos que yo asesiné a mi padre en un acto de defensa propia. Luego, llegó este joven para defenderme del resto de la familia. Cercenó a un par de guardias con sus dagas. Jamás pensé que un ser humano pudiera mutilar con un arma para escaramuzas. Finalmente, me dijo que "matara al resto yo mismo. Que si ya había asesinado, no costaba nada seguir haciéndolo". Le hice caso, y seguí instintivamente sus movimientos. Fue un gran maestro. Un maestro de la masacre.

—No... Así fueron las cosas, finalmente —dijo Ernest, agarrándose la frente en señal de desesperación.

—Basta ambos —dijo Byleth con actitud iracunda—. Y tú, Ernest; deja de autocompadecerte y pelea. ¡Es una orden!

Ernest espabiló. Se lanzó en pose asesina, tal como lo había visto Byleth pelear. Él quería eliminar esa huella de su pasado. Aunque en realidad, quería hacerlo por ser un reflejo de sí mismo. Un producto de su crueldad. Quizás El Caballero Oscuro hubiera terminado siendo quien era igual, pero la aparición de Ernest en el territorio del Barón de Bartels señalaba que todo estaba planeado.

—Así es cómo recordaba a ese temible asesino —dijo el caballero oscuro mientras bloqueaba los ataques de Ernest—. ¡Un verdadero prodigio, el mejor de su clase!

—¡Deja de balbucear tonterías! —Byleth gritó furiosa para dejar de escuchar el horrible relato del enemigo.

Ernest se movía cada vez más rápido. Estaba comenzando a abrumar al caballero oscuro. Byleth decidió luchar en serio. Repelió a Ernest, enviándolo lejos. Entonces, ella arremetió con su Espada de la Creación contra el enemigo. Luego de algunos ataques, El Caballero Oscuro tuvo que retroceder ante el abrumador poder de Byleth luchando a su máximo.

—Ja, ja, ja... Qué gran poder tienes, Byleth... Otra prodigio con la cual luchar a muerte una y otra vez... —el tono de ultratumba del caballero rivalizaba con una forma jocosa que daba temor.

De pronto, una figura apareció de improviso. Un individuo de armadura, quien portaba un casco que no revelaba su rostro. Aquel casco, que parecía un antifaz de colores blanco y rojo, solo dejaba ver el brillo violento de sus ojos. Portaba un hacha y un escudo grande. Era evidente que el individuo era un oponente de temer.

—Basta, ya te has divertido suficiente por hoy —dijo aquel sujeto, refiriéndose al Caballero Oscuro.

—No me prives de mis placeres... —contestó aquel guerrero sanguinario.

—Tendrás más oportunidades; créeme. Por hoy... Tu trabajo aquí ha concluído.

—Bah... Cómo quieras... —respondió el Caballero Oscuro, para desaparecer en el acto.

El enemigo se quedó mirando a Byleth, para luego voltearse a ver a Ernest. No se detuvo mucho a mirar al muchacho. Se concentró en Byleth para hablar con ella.

Luz y Oscuridad: Una historia de Fire Emblem Three HousesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora