Byleth estaba un poco estupefacta. O quizás no; su incertidumbre se había acallado. Había reparado en que la curiosidad por hablar con el estudiante nuevo se debía a un mal presentimiento y, finalmente, su presentimiento había sido acertado.
—¿Me retas a un duelo? —Byleth soltó una pequeña risa—. Después de todo, parece que eso es lo único que aceptarás como prueba de mi voluntad. Aunque, debo preguntar: ¿qué pasaría si te ganara?
—Te contaré todo lo que realmente quieres saber sobre mí —la actitud fría de Ernest se mezclaba con un tono de rectitud—. Y seré tu leal compañero y aliado en la lucha que se viene.
Byleth suspiró mientras agachaba la cabeza. Sintió que las cosas se desviaban hacia un panorama algo "violento". Este no sería un entrenamiento de batalla, precisamente. Quedaba claro que podía ser incluso un duelo a muerte. La profesora sintió en Ernest la voluntad de matar. Algo temible se escondía detrás de su actitud parca y compuesta. Quiso, igualmente, provocar a Ernest para saber de su propia boca sus intenciones reales.
—Bueno... Si insistes —Byleth volvió a suspirar—. ¿Dónde exactamente te gustaría batirte en duelo conmigo? ¿Deberíamos ir al patio de entrenamiento? Podemos hacerlo oficial, con un juez, si quieres. Eso lo convertiría en un desafío justo, ¿no crees?
—Dime... ¿De verdad crees que lucharé contigo como un espadachín mágico? Piensa en mí origen, en el pozo del que vengo. Imagina qué tipo de guerrero soy realmente... Y dime si mi forma de luchar realmente es digna de público.
—Entonces, te preguntaré una vez más: ¿quieres llevar a cabo nuestro duelo en un entorno oficial, con público? ¿O simplemente buscamos un lugar tranquilo y arreglamos esto entre los dos?
—Solos tú y yo, Byleth. Creo que fui lo suficientemente claro.
—Perfecto; que así sea —respondió Byleth, levantándose de su asiento—. Nos veremos antes de medianoche en el patio de entrenamiento, en ese caso.
—Nos vemos, Profesora —dijo Ernest, tomando ambos platos para retirarse.
—Nos vemos...
—Ah, algo más, Profesora Byleth —agregó de forma sorpresiva el joven—. Recuerde llevar su nueva adquisición. La necesitará.
—¿Qué? Cómo es que... —Byleth volvió a sorprenderse, aunque ya no entendía con qué razón lo hacía—. Perfecto, satisfaré tus caprichos. Hasta esta noche, Ernest.
Byleth se retiró a paso rápido. Su corazón latía fuerte. No sabía por qué. No sabía si era por la presencia inquietante de ese tipo, o bien por sentir que era probada a mostrar su voluntad, algo que de verdad no se había cuestionado hace poco tiempo.
"No dejes que ese niñato te amedrente, compañera" resonó la voz de Sothis en la mente de Byleth. "No creas que él tiene tanto poder cómo aparenta... Tú me tienes a mí y a una temible arma en tus manos" agregó ella, motivando más a la mujer.
—No sé... —murmuró Byleth hacia sí misma, ya dentro de su habitación—. Veo algo extraño y peligroso en ese chico... Creo que veo una sed de sangre en sus ojos. ¿No la viste tú, Sothis?
"Es evidente que es un sanguinario. Debe ser alguien bastante hábil. Sin embargo, todavía no queda claro su propósito para acercarse a ti. Lo único que te queda es ganarle y que te cuente lo que realmente es y lo que sabe" respondió Sothis, mientras se le aparecía a Byleth.
—Así será, entonces.
Ya faltaban algunos minutos para la medianoche. Byleth llegó al lugar acordado. Era una noche fresca, casi sin viento. El cielo estaba despejado. No había nadie en el patio de entrenamiento. O al menos eso pensaba ella. De improviso, ella escuchó a alguien hablar detrás de ella. Evidentemente era Ernest.
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Luz y Oscuridad: Una historia de Fire Emblem Three Houses
FanfictieUn nuevo estudiante ha llegado a la Academia de Oficiales de Garreg Mach, ya avanzado el primer año de clases. Su nombre es Ernest Schmidt, un hábil mago negro y espadachín mágico quien se ha transferido desde la Escuela Real de Hechicería de Fhirdi...