Capítulo 20

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Querido Carlisle:

Gracias, dudaba de como poder empezar a redactar cada carta, pero la única manera en la que podía hacerlo era agradeciéndote, pensar que yo solo te veía como un oponente, una gran competencia la cual amaría derribar, me case con mi carrera tratando de olvidar mi pasado.

Quería eliminar cualquier rastro de familia, de amor, cualquier conexión me rompería, y no me equivoqué...

Me rompe amor mío, juro que me rompe verte más apagado, más cansado aún que tú secreto este presente.

¿Por qué no me dejas como todos lo hicieron?

¿Por qué no cortas cualquier lazo?

Soy una bomba de tiempo, siempre lo fui, como una infección, cada persona que me toca o se me acerca termina lastimado, he visto los rostros de todos...

Me ven con lástima...

¿Lástima? Soy un maldito genio, un genio que terminó su carrera a temprana edad, que trabajo muy joven para mantener a sus dos hermanos, un guerrero que nunca retrocedió ante la pelea, solian verme con admiración.

¿Acaso hay una fina línea entre la admiración y la lástima?

¿Acaso hay una fina línea entre el amor y el abandono?

Minutos cambiaron mi vida, mi destino, mi futuro.

En mi momento de lucidez escribo para perder menos la cabeza, intento dejar de temblar, intento no ver a los que me atienden, intento no ver a Charlie, Bella, Jasper...

¿Cómo está nuestra familia? Tu me dijiste que ya formaba parte de ella, se egoísta y alejalos, aléjate, a veces el amor no es suficiente...

Deseo ser egoísta quedarme, casarme, adoptar más niños, Jasper puede socializar más, podríamos apoyarlo a superar cada miedo, Esme, viajaría con ella a visitar cada país por su historia y arquitectura, son tantas ideas, y mi cabeza ya no da tanto, empiezo a mezclar palabras, no puedo identificar cosas, y mi redacción va en decadencia, hasta el genio puede caer...

Vete, te amo.

— Marl

Marlon había ya soltado el lápiz al ver frente a el a un hombre de traje negro, rulos negros cayendo por frente, era delgado, alto, con un rostro elegante y afinado, sin duda era de alguna familia aristocratica.

— ¿Marlon Murcen? — Su voz era un perfecto británico, tan puro que quedó emblesado.

Marlon se intentó levantar para poder estrechar su mano, pero perdió el equilibrio haciendo que el hombre lo ayudará a volverse a recostar. — No es necesario que se levanté, permanezca sentado, seré su doctor.

Marlon fruncio su entrecejo, y ¿April?, el hombre frente a el suspiro, bajo la maleta que colgaba sobre su hombro y se acercó — Soy Theodore, Theodore Green. — Marlon aún confundido asintió, empezaba a perderse poco a poco.

El médico tomo el rostro del francés y ahí Marlon pudo ver los ojos grises que esté tenía, un gris demasiado profundo. — La doctora April renunció al caso junto con su colega, y  yo lo tome por decisión propia.

Marlon bajo la mirada ¿April? ¿Quién era April? — Disculpe quien es usted— Theodore sonrió con tristeza y agachó la cabeza soltando el rostro de su paciente.

— ¿Que le gusta hacer? — Pregunto nuevamente el doctor, captando la atención de Marlon que ya había jalado un cubo Rubik de la mesa.

— Soy bueno en el deporte, y en armar esto, pero justo hoy no puedo hacerlo— El doctor sonrió y asintió.

— ¿Quisiera salir a jugar? ¿Qué le gusta jugar? — Los ojos de Marlon volvieron a brillar.

— Basquetball, fui capitán Muñoz años en...— Su mente volvió a quedar en blanco

— Si gusta podríamos salir.— Marlon asintió y se dejó guiar por el hombre, sin embargo al poco tiempo Marlon tuvo un brazo demasiado duro que rodeaba su cintura, no quería ver los ojos del hombre, a pensar de todo había algo que le decía quién podía ser.

— ¿Quién es usted?

— Theodore Green, el nuevo médico del doctor Murcen. — Carlisle fruncio su entrecejo y por primer vez las enfermeras vieron con asombro a aquel doctor molesto.

— Marlon aún no puede salir de su recámara

— Usted no puede decir eso, ¿Es su padre? ¿Su hermano? legalmente usted no es nadie de Murcen, el hombre debe caminar, recrear lo que le gusta, el odiaría pasar sus ultimos días en cama.

Carlisle apretó más la cintura de Marlon, y bajo su vista a el hombre, el estaba completamente perdido en los colores que reflejaba aquel espejo, ignorando a ambos hombres.

— Bien, pero...

— Puedo encargarme perfectamente de el doctor.— Carlisle suspiro y le entrego a Marlon, viéndolo perderse hacia el patio del hospital.

Coloco dos de sus dedos en el puente de su nariz, ¿Qué paso con April?¿Sus hermanos firmaron su renuncia al caso?, tomo su telefono y marco.

Sonó un momento y nadie contestó, solo le llegó un mensaje de la mujer diciendo " lo siento, ya no puedo". Carlisle vio al suelo derrotado, esperaba que Marlon no se enterará tan pronto, uno a uno de sus amigos y familia iba desapareciendo.

Guardo su celular, se compuso la corbata y regreso a trabajar, podría el mundo irse lejos de su pareja pero el siempre sostendría su mano, esa promesa sería si tesoro más preciado.

***

— ¿A donde me llevas bigotes?— Charlie río por el apodo, su imbécil amigo en lucidez seguía siendo el mismo.

— Es una sorpresa, tu cállate y siéntate— Marlon río y asintió

— Bells, ¿sabes en donde me está subiendo?— Bella río levemente.

— Secuestrado por los Swan, interesante título de noticia— Charlie negó mientras le quitaba el pañuelo del rostro.

Los ojos de Marlon se abrieron y de aquellos orbes azul océano empezaron a brotar lágrimas, Charlie carcajeo y golpeó levemente la espalda de su amigo.

—Disfrutalo.— Marlon sonrió en grande, arranco el carro y les pito a los Swan.

— Subanse, vamos a detener a Batman— Ambos Sean se subieron, el francés encendió la sirena y empezó a manejar aquella patrulla por las calles de forks, Charlie cuidaba que aún estuviera en lucidez y Bella reía y sonreía en grande, aún que los ojos de ambos morenos reflejaba tristeza.

— Bella, la justicia merece un descanso, vayamos por hamburguesas— Marlon había olvidado todo, y solo estaba enfocado en pasar un buen rato con los Swan, trataría de grabarse cada rostro y recuerdo.

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MARLON, Carlisle CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora