amigos

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Tenia que saber de dónde provenían esas voces, al caminar por el cielo llego a una oficina un tanto sola solo con un escritorio vacío, se sentó en este y pudo notar como desde ahí, se podía ver perfectamente una librería.

“¿cómo sé que eso es una librería?” “oh es verdad, yo estuve en la tierra, pero… porque me es tan familiar”

Estaba a punto de ir hacia allá cuando Metatron lo llamo. No tuvo más opción que salir de ahí para encontrarse con el otro arcángel

-Te he notado distraído Aziraphel, ¿tengo que preocuparme por eso?

-no, simplemente tengo unas cosas en la cabeza que necesito arreglar.

-entiendo, no dejes que cosas triviales te desconcentren de tus prioridades.

-no se preocupe señor. Ahora si me disculpa tengo papeleo.

-claro.

Aziraphel tenia que resolver sus dudas y no encontraba una mejor manera que bajar a la tierra e ir a esa librería.

Cuando se dispuso a bajar, lo hizo de la forma más cautelosa que pudo, no quería que nadie lo cuestionara por lo que hacía,cuando llego a la entrada solo atino a tocar, se sorprendió al ver a un ángel salir a recibirlo.

-Señor Aziraphel, ¿que lo trae por aquí?

-oh hola, ¿te conozco?

-soy Muriel, no me recuerda, claro, aunque lo entendería ahora es un ángel muy ocupado como recordaría a alguien tan insignificante como yo.

-claro Muriel, Scrivener de la 37a Orden, para ser precisos que haces en esta librería

-señor ¿se encuentra bien? ¿no lo recuerda? El señor Metatron me dejo a cargo de su librería

- ¿mi librería? Esta librería ¿es mía?

-claro, aunque yo solo estoy aquí para limpiar, ya que su amigo no me ha dejado vender ningún libro, ahora que lo pienso no me deja siquiera tocar algo, solo para limpiar.

- ¿mi amigo?

-Si señor, el demonio, Crowley.

En ese momento la puerta de la librería se abrió con brusquedad dejando ver a un demonio algo malhumorado.

- ¿Tú! que haces, deberías de estar limpiando, ya te dije que no puedes vender nada de aquí, ¿no lo recuerdas?

-señor crowley solo estaba…

-no tienes por qué hablarme, solo dedícate a hacer tu trabajo.

Cuando el demonio volteo a ver a aziraphel se quedo estupefacto, no lo había reconocido de inmediato

- ¿tú que haces aquí?

- ¿te conozco?

- ¡¿Qué?! – crowley se quitó sus lentes oscuros- ¿Ahora ni siquiera soy digno de que me hables como para que digas que no me conoces? No cabe duda de que eres un idiota

-disculpa, pero… no te conozco, y yo nunca olvidaría a alguien como tu

- ¿Cómo yo?

-claro querido, eres un ser muy interesante, tú cabello tiene un color muy lindo y apuesto a que siempre te dicen que tienes muy bonitos ojos

-lo dudo- comento Muriel- en todo el tiempo que he estado aquí nunca se había quitado sus lentes, aunque fuera de noche siempre los lleva puestos, es la primera vez que se los quita estando yo.

-oh, pues deberías de quitártelos mas seguido, tus ojos son muy hermosos.

En ese momento crowley tomo por el cuello del abrigo a aziraphel y lo arrastro hasta la habitación trasera, una vez dentro cerro la puerta con brusquedad.

- lo preguntaré una vez más  ¿qué estás haciendo aquí? Creí que regresando al cielo nunca volverías, ya no tienes nada aquí.

-No sé a qué te refieres, no te conozco, no sé porque me tratas así, y contestando a tu pregunta… no lo sé, solo sé que estando en el cielo, sentía que algo me faltaba, y de pronto una voz me llamaba y puff aquí estoy en una librería que dicen que era mía y yo sin poder recordarlo.

- ¿Cómo que no lo recuerdas?

-solo se que algo me falta, no se porque te cuento esto, pero, Muriel dice que te llamas Crowley y que eras mi amigo, tu nombre vino a mi mente cuando veía desde arriba la librería. Pensé que viniendo aquí sabría que es lo que me pasa, pero desde que entre aquí no me a dejado de doler la cabeza.

- ¿enserio no recuerdas nada?

-¡No!...¿tengo que recordar algo? Disculpa, pero mis recuerdos son borrosos y Metatron no es de mucha ayuda si me lo preguntas. Cuando le pregunto solo me ignora o me cambia el tema. - el ángel suspiro y se sentó en una silla que se encontraba en la habitación -Es gracioso como algo que siempre nos causó tanto deseo tanta ilusión, tanto anhelo, termina consumiendo nuestra vida de una forma que nos hace dudar si realmente eso era lo que queríamos. Quiero saber quien soy y saber que es lo que me hace falta. Y creo que tu puedes ayudarme.

Stand TogetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora