el final?

409 41 11
                                    

Todo había acabado de la mejor manera, Miguel y Uriel acordaron que después de lo ocurrido ambos serían los encargados del cielo, habían jurado no volver a iniciar una guerra, de Metatron no se volvió a mencionar palabra, los ángeles que bajaron a la tierra atacando a los humanos siendo controlados fueron regresados a la normalidad. Algunos se enojaron muchísimo (con justa razón) aunque ninguno tomo represalias.

Muriel regreso al cielo, sentía que tenía que estar con Saraqael, así que decidió quedarse en el cielo, aunque ya o en su puesto, ahora seria acompañante de Saraqael, lo cual se consideraba un rango mucho más alto que el anterior.

Gabriel y Beelz regresaron a Alfa Centauri, habían saldado su deuda, aunque no dejaron pasar la oportunidad de invitar a los ángeles y demonio a visitarlos. El ángel acepto con gusto la invitación, aunque el demonio solo hizo una mueca al pensar que tendría que estar con ellos.

Antes de la partida de Aziraphel, Miguel y Uriel le pidieron que borrara las memorias de los humanos que presenciaron todo el numerito.

-Pero yo no tengo ese poder, aun sigo siendo el arcángel supremo, pero no soy tan poderoso.

-Tu solo no, pero con el si puedes hacerlo.

El ángel volteo a ver al demonio, el cual instintivamente volteo a sus espaldas, pensando que había alguien detrás de él.

- ¿yo?

-sí, tu, su milagro para cubrir a Gabriel fue muy poderoso, 25 lazaros no se consiguen con facilidad, estoy más que seguro que podrán con esto.

Ángel y demonio se miraron un momento, se acercaron y tomándose de las manos hicieron el milagro, y como se esperaba, una gran nube morada se esparció alrededor de los presentes, Crowley y Aziraphel cerraron los ojos y sucedió.

Pareciera como si nada hubiera pasado, los humanos regresaron a sus rutinas y los destrozos ocasionados desaparecieron. Los demonios que se encontraban en la tierra, regresaron al infierno.

Aziraphel y Crowley regresaron a la tierra, para su suerte la librería se encontraba vacía, Aziraphel enseguida entro fue y checo todos y cada uno de sus libros importantes. Para su alivio todo se encontraba como si él nunca se hubiera ausentado.

Cuando bajaba por las escaleras en forma de caracol, logro ver al demonio sentado en su sillón frente a su escritorio leyendo unos libros, algo raro en él, cuando se pudo acercar más las pastas de estos se le hicieron conocidas y enseguida fue al librero buscando unos libros, libros que para su sorpresa no estaban.

- ¿Buscabas esto? - el demonio se levantó de su asiento sosteniendo uno de los diarios del ángel

- ¿Cómo?...

-Deberías esconderlos mejor la próxima vez, alguien podría leerlos, y NO QUEREMOS ESO

- ¿Tu...?

- ¿si los leí? ¿Qué crees que hice todo este tiempo?

-Hay no...- el rostro del ángel se tornó de un rojo intenso, haciendo reír a carcajadas al demonio, debía admitir que verlo así era bastante gracioso

-Vamos ángel, no tiene nada de malo, yo también escribiría cosas así, aunque no tan lujuriosas como lo que tu escribiste, ¿realmente crees que tengo un mentón diseñado por los mismos dioses?

-en mi defensa estábamos en Grecia, en esa época todo lo relacionaban con los dioses.

-puedes ser bastante pervertido si te lo propones, ¿sabes? – dijo el demonio hojeando el diario que tenía – dibujas bastante bien, ¿Cómo es que nunca supe que dibujabas?, ¡mira! Aquí mi mentón si parece hecho por dioses.

Stand TogetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora