Aziraphel

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La respiración de Aziraphel era casi nula, la sangre en su garganta le impedía respirar correctamente, cayendo sobre sus rodillas, su vista se volvía borrosa, sus pensamientos eran difusos "¿estoy muriendo?" "¿viviré?" "¿puedo morir?" "¿quiero morir? "No, por favor,quiero vivir" preguntas que resonaban en su cabeza como si de las mismas trompetas de la muerte se tratarán, la ansiedad y frustración se veían en sus ojos, a lo lejos escuchaba la voz de su demonio llamándolo, "oh, Crowley, no lo puedo dejar solo" "no llores querido".

En la poca claridad que le permitía su mirada logro apreciar los ojos amarillos que tanto amaba, se veían irritados como si intentaran a toda costa no mostrar la tristeza, Crowley no sabía qué hacer, nunca había visto sufrir a su ángel.

-Dios es bueno ¿no? – aseguro Metatron – los justos prevalecemos, mientras los pecadores yacen en su intento de revelarse.

-tu problema es conmigo, Aziraphel no tiene nada que ver

-te equivocas una vez más, mi problema es con los dos, si ustedes no hubieran interferido con el Armagedón en primer lugar nada de esto estaría pasando, sino hubieran interferido con el tema Gabriel, tu novio no estaría escupiendo su asquerosa sangre.

- ¡cierra la maldita boca de una vez!

Crowley se abalanzo sobre él, empuñando en su mano derecha, la espada flameante de Aziraphel. Con fuerza empezó a golpear al ángel, tratando con cada golpe herirlo de gravedad.

- Yo he visto cosas que ustedes no creerían- espeto el anciano esquivando cada golpe - esto es lo que ella nos ha hecho, la todo poderosa no se interesa por nosotros, ni por ustedes, a ella no le importa que muera un ángel o que nazca otro, solo le importa que sus órdenes sean obedecidas, da igual la forma, mientras el resultado sea el esperado. Y ahora ustedes los dos supervivientes, seres inferiores que se creían imparables, son solo dos hormigas que puedo pisotear en cualquier momento.

La pelea cada vez era mas reñida, al paso de los minutos un demonio notablemente cansado se alejaba para tomar un poco de aire, mientras Metatron seguía jugando con su mente.

-No lo amas, solamente no querías estar solo, o, simplemente, era bueno para tu ego. Talvez te hacia sentir mejor con respecto a tu lamentable vida. Pero no lo amas, porque si lo amaras no lo habrías orillado a cometer tantos pecados. - alardeo acercándose lentamente al ángel débil, lo golpeo con la planta de su zapato, haciendo que este terminara tumbado boca abajo sobre su sangre.

-si lo tocas de nuevo, te cortare tu puta cabeza y te la meteré en la garganta, pedazo de mierda sin valor. - espeto Crowley

-este es el precio que se paga por dudar, a pesar de ser un arcángel debo decir que me gusta verte suplicar Baraquiel, como cambian las cosas... Quién diría que ahora soy una amenaza para ti.

Crowley no dudo un segundo y termino abalanzándose contra él, Metatron voló a toda velocidad a su encuentro, el demonio cegado por la ira no noto que se dirigía a una trampa, Metatron lo había hecho enojar para que se guiara solo por sus instintos y no reaccionara a sus golpes, cada uno de ellos dados con tal fuerza que lograban aturdir con efectividad al demonio.

Cuando este se encontraba bastante cansado sin poder incorporarse, el anciano se acercó a él, empuñando su espada con la intención de acabar con su vida.

-Viva la paz

La espada se direcciono a la cabeza de Crowley, este resignado a su final entrecerró sus ojos en la espera de sentir el frio del metal.

Estaba herido, pero pudo notar las gotas de sangre oscuras que salpicaron la ropa. No era su sangre. Ya estaban lo suficientemente cerca y alcanzo a ver el rostro de Aziraphel, tranquilo y concentrado.

Estaba ante la su peor pesadilla, Aziraphel cubriéndolo con su cuerpo, atravesado por la misma espada que estaba destinada a ser la causante de su muerte.

-Prometiste que no lo arias, eres un mentiroso. - El ángel cayo en los brazos del demonio.

Su adversario contempló asombrado la escena, hasta que al internar dar un paso noto que la espada de Miguel estaba clavada en su pecho. Aziraphel había logrado herirlo en la confusión de la batalla.

Tocó el filo con algo de estupor. Entonces, cogió la hoja con firmeza y tiró de ella.

-Imposible.... Cuando fue que.... – no termino de hablar cuando su cuerpo inerte cayo en el piso.



Aziraphel cada vez más débil en un charco de sangre, Crowley a su lado sosteniéndolo, acariciando su rostro, como tratando de darle confort y tratar de ahuyentar sus miedos.

-Aziraphel no tiene pecado de nada, tu problema es conmigo, a él, déjalo en paz. – gritaba con la esperanza de que Dios lo escuchara. - por favor... solo... déjalo, yo tomare su lugar si es necesario, solo... sálvalo – el demonio suplicaba, ya no le importaba si los arcángeles lo veían o si daba a demostrar sus sentimientos frente a ellos, solo pensaba en Aziraphel.

-Crowley...

-Aziraphel, no hables tranquilo, lo solucionare, yo siempre te salvo cuando metes la pata ¿recuerdas?, bueno esta no será la excepción, confía en mí.

-Crowley, estoy cansado....

-No te esfuerces, yo... yo... lo arreglare.

- Crowley, soy un tonto, perdóname por no darme cuenta de lo que Metatron estaba tramando, siempre me has tenido que cuidar y yo no te pague de la mejor manera, perdóname por no ser valiente, perdóname, porque durante 6000 años intente por todas las formas erróneas e incorrectas de ganar tu corazón, de que te fijaras en mí, solo para darme cuenta en estos últimos días, semanas oscuras, que queríamos algo más. Y yo como un tonto, busque lo que necesitaba en donde no debería de buscar, el cielo, cuando todo lo que tenía y quería estaba contigo, todo lo que éramos lo tire a la basura. Aquel día no te pude decir lo mucho que también deseaba quedarme contigo, por no saber comprender mis sentimientos.

-ey, Shh, no pasa nada, no tengo que perdonarte nada, además, perdonar es lo mejor que se te da a ti y no a mi ¿no? – trato de bromear – saldremos de esta y cenaremos en el Ritz, ¿Qué te parece?, podrás pedir esos pasteles que tanto te gustan, y beberemos el mejor vino que tengan.

-eso suena genial querido, pero..., no creo poder llegar. - los ojos del ángel se oscurecían conforme formulaba las palabras con dificultad, sus brazos sin fuerza tomaron el rostro del demonio con cariño.

-no, no puedes dejarme, ya me dejaste una vez y casi me muero si tu vuelves... - sol losaba el demonio.

-Crowley... Te amo....

Aziraphel dejo caer su mano, un demonio consternado veía el cuerpo inmóvil de su único amigo, su acompañante, su amor.

- ¿Aziraphel?, oye, ¡¿Aziraphel?!




- ¿Aziraphel?, oye, ¡¿Aziraphel?!

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