𝐅𝐀𝐕𝐎𝐑𝐈𝐓𝐄 𝐂𝐑𝐈𝐌𝐄 ━━
Donde Shinichiro Sano conoce a la pequeña Kyomi Nakahara, llevándola al mundo de las pandillas, violencia y asesinatos.
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Donde la única neurona que comparten Baji y Kyomi sale con un plan para evitar que Kazutora mat...
Regresar a Japón fue un reto emocional. Dejó como encargado a su hombre de confianza y ocupó su agenda después de pasar un día entero en la peluquería. Para todo el personal, la jefa iba a un viaje de negocios y los rumores iban en torno a que Bonten estaba interesada en unir fuerzas con Kyo. Ella no negó ni verificó nada, era algo que debía ver con sus propias manos.
Hizo su investigación con respecto a Bonten, del terror que sembraban en Japón y lo rápido que habían llegado a crecer en tan poco tiempo. No sabía que mente maestra se encontraba detrás del grupo criminal pero sabía que se salía de lo que ella estaba acostumbrada a controlar.
Sentada en primera clase, organizó su agenda digital aplazando sus reuniones lo que más pudo y cuadrando presupuestos de su empresa. Su laptop con forro turquesa la acompañó en la mayor parte del viaje. Era parte de este pequeño alter ego que había creado. Pausar su vida por unas semanas iba a dejar más secuelas de las que esperaba.
En el siguiente vuelo se había dispuesto a leer. Tenía pendiente terminar una autobiografía que se encontraba en los best sellers de la temporada. Nunca estaba de más aprender sobre historias de liderazgo e innovación en el ámbito laboral.
Estaba dispuesta a mantener el perfil bajo pero el hombre que se encontraba en el asiento junto a ella no la paraba de observar. No la ponía nerviosa pero ya estaba llegando a un límite de incomodidad. Había olvidado separar ese puesto para viajar sola y se arrepentía.
Cerró el libro y suspiró. Se sacó sus lentes y frotó sus ojos del cansancio, era un vuelo largo y tenía la mala manía de no poder dormir en los aviones.
-Disculpa- El joven del asiento que daba al pasillo entró en su rango de visión. -Puede ser un poco extraño pero siento que te he visto antes, perdona si te incomoda.
No era de España, eso lo decía su acento. Tampoco había crecido en Japón, sus rasgos eran ligeramente americanos. Cabello castaño muy claro y ojos ridículamente celestes. Era del nuevo continente, solo un americano podría vestirse de esa manera.
-No lo creo- Contestó sin darle mucha importancia. Si no era de su misma zona no podía conocerla realmente. No tenía la apariencia de un empresario tampoco. -No eres de aquí, ¿verdad?
