⍣𝐝𝐢𝐞𝐜𝐢𝐬𝐞𝐢𝐬

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𝐓𝐡𝐞𝐫𝐞'𝐥𝐥 𝐛𝐞 𝐚 𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭 𝐢𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐡𝐚𝐥𝐥 𝐚𝐧𝐝 𝐭𝐡𝐞 𝐤𝐞𝐲 𝐮𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐭𝐡𝐞 𝐦𝐚𝐭

𝐈𝐟 𝐲𝐨𝐮 𝐞𝐯𝐞𝐫 𝐜𝐨𝐦𝐞 𝐛𝐚𝐜𝐤


.・゜・ ─• ~𝟐𝟎𝟎𝟓 ~ •─ ・゜・.


Tomaba conciencia en la camilla de un hospital a las cuatro de la tarde del uno de noviembre, dos personas la estaban esperando en la sala fuera de su cuarto privado. Su padre y su madre habían contactado a su médico de confianza pero estaban muy ocupados con el trabajo para ir a ver a su única hija, por lo que ninguno ocupaba las sillas de plástico.

Deshidratación, pérdida de sangre y un golpe en la cabeza por pérdida de conocimiento a causa de shock. Su diagnóstico no era alarmante ni preocupaba a sus padres, ellos ya lo habían visto todo. Además, tenían un problema legal que atender.

Kyo intenta no recordar, intenta no despertarse para que los sedantes sigan haciendo efecto y el suero permita a su cuerpo recuperar todo lo que había perdido. Pero los golpes se repiten una y otra vez en su mente, evitando que pueda dejar a un lado todo lo que había dejado atrás. Quería olvidarse de todo, quería borrarse la memoria y poder dejar de echarse la culpa.

Pero sus manos ensangrentadas no se iban a borrar fácilmente de su memoria.

Tenían un plan, se habían levantado la mañana del 31 de octubre con la frente en alto y ganas de salir adelante. Ni Baji ni Kyo iban a permitir que Kisaki destruyera la pandilla con la que tanto esfuerzo sus amigos habían logrado sacar adelante. Si su propósito era estar con todos y cada uno de ellos hasta el final de sus días, lo iban a cumplir así eso implicara ensuciarse las manos. Estaba más que claro que, si Kazutoraba mataba a Mikey, no iba a existir vuelta atrás. Pero el objetivo de Baji no era sólo evitar que su mejor amigo cometiera el peor error de su vida, quería destruir a quien le estaba metiendo basura en la cabeza a su amigo de la infancia. La pelea era más personal para ellos dos que para el resto del equipo, que para el mismo Kazutora.

Se despidieron de la madre de Baji, con la excusa que saldrían a dar una vuelta y luego visitarán a sus amigos. El uniforme de la pandilla era casual e informal, no llamaron la atención de la policía ni de los guardias de turno. Eran solo dos adolescentes en una moto, uno decidido a ponerle fin a la tortura que habían sido estos ultimas semanas y otra destrozada por lo que podía llegar a suceder. Tenían bien claro que no iba a ser fácil y aún peor sencillo.

No esperaba paralizarse al ver el uniforme que había utilizado desde que tenía memoria del otro lado del botadero de autos. Pandilleros corrían para encontrarse con sus oponentes y empezar un baile de golpes. Pensaba que no iban a reconocerla, que no se iba a encontrar con caras conocidas ya que su pandilla actual los supera en número. Estaba muy equivocada.

𝐅𝐀𝐕𝐎𝐑𝐈𝐓𝐄 𝐂𝐑𝐈𝐌𝐄 - 𝐊𝐀𝐙𝐔𝐓𝐎𝐑𝐀 𝐇𝐀𝐍𝐄𝐌𝐈𝐘𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora