Capítulo 33

11 3 0
                                    


Capítulo 33


     —Todo es una mierda, estoy harto que nos estén acorralando, me siento como una presa a punto de ser cazada. —Comentaba Albert ingresando a la habitación de Clemente y Carlos turbado por la situación del momento y la inestabilidad de su familia y casi a punto de querer irse después de la conversación con Silvio.

     —Es cierto. Nosotros también nos sentimos así, y la verdad. ¿Así quien puede dormir tranquilo? cuando todo a tu alrededor podría caerse de un momento al otro— Comentaba Clemente ganándose una mirada de aprobación de Marcelo y el resto.

     —Hace una par de horas estuve conversando con Silvio. Él me contó cómo es que estuvo el asuntito del prostíbulo junto a Carlos. Y pues la verdad lo hemos estado conversando con Clemente y no se nos ha ocurrido aún cómo hacer que esos tipejos salgan de su madriguera, y creo que sería poniendo un sebo. Y ése, sólo puedes ser tú Albert. Pero luego lo descartamos, porque no te podemos arriesgar. Al menos no hasta tener un buen plan que implique no perderte.

     —¿Y Silvio? ¿es que acaso sigue encerrado en ese cuarto? —Pregunta Albert ganándose una mirada de asombro de los presentes.

     —Mira Albert, creo que debemos de darle su espacio, recuerda que ahí también está la mujercita que lo tiene alborotado, a lo mejor a estas alturas ya pasaron a segunda base o están en los preliminares. Recuerda que en tu momento esos preliminares duraron todo un día y te fuiste por un segundo día de repetición. Así es que debes darle su tiempo no seas envidioso. Y a juzgar por tu cara de deshidratación Ellen ya te debe haber exprimido hasta la última gota del suspiro. —Comenta irónico Marcelo elevando y bajando las cejas. Tras su comentario, todos explotan en risa.

     —Ya me están preocupando, ¿tan obvio soy? —Pregunta Albert algo sonrojado. —Si no fueran mis amigos diría que me hacen bulling. —Afirma Albert cruzándose de brazos.

     —Bueno, ya dejando de lado las bromas; Silvio y Carlos comentaron que Leticia es una dama de compañía de las altas esferas del narcotráfico. Es decir por ella llegamos al resto. Y bueno según sé ella te quiere a ti y en segundo término también a Silvio. Recordemos que esta tipa también le coquetea a Silvio cada que lo ve, aunque sabemos que de los dos tú eres su favorito Albert. —Afirma Clemente.

     —Cierto, pero eso es algo que todo mundo sabe, y bien qué es lo que estás pensando Clemente. —Expresa Marcelo curioso.

     —Sencillo hermano, Leticia quiere a Albert, los narcos también y por lo que sabemos también los corruptos del poder judicial porque gracias a este papuchis se cayeron los sueños de riquezas y viajes a montones. Albert al destapar la cloaca ha enviado a cerca de una veintena de malos abogados y hasta jueces y fiscales a la reja. Y eso se le lo van a cobrar no sólo a Albert sino también a Silvio pues saben que los dos trabajan juntos—Manifiesta Clemente.

     —Y...  —Comenta Albert cruzándose de brazos cruzados, observando a sus amigos con curiosidad.

     —Bueno que si Albert sale públicamente les será difícil matarlo o secuestrarlo, solo es cosa de saber qué pretexto puede llevar a Albert al ojo público y al mismo tiempo ser intocable.

     —Me gusta esa idea chicos, pero no se me ocurre nada más que adelantarme a la presentación de mi libro, sólo es cuestión de dedicarme a tiempo completo un par de días y ya estoy por terminarlo. Además ya casi estoy a poquito de concluir, es cosa de dos o tres capítulos, añadir bibliografía y mandar a publicar. Y teniendo a Ellen a mi lado puedo escribir horas de horas imperturbablemente. Podría incluso decir que esta misma noche dándole parejo acabo mi libro—Expresa jubiloso Albert.

ÁNGEL O DEMONIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora